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¿Destellos de tormenta? Crónica de una semana de ocupaciones obreras y bloqueos

Lucho Aguilar

Jorge “El Loco” Medina

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¿Destellos de tormenta? Crónica de una semana de ocupaciones obreras y bloqueos

Lucho Aguilar

Jorge “El Loco” Medina

Ideas de Izquierda

En los últimos días, cinco sectores de trabajadores han ocupado sus empresas o levantado bloqueos y acampes contra los cierres y despidos masivos. Rebeliones autoconvocadas que muestran un camino para evitar el flagelo de la desocupación.

La imagen puede parecer de otra época. Un grupo de obreros con las manos aferradas al alambrado de una fábrica ocupada.

Siempre nos amenazan que nos van a echar, que van a cerrar y tenemos que cerrar los ojos y trabajar por monedas. Estamos cansados. Años que la estamos pasando mal y el sindicato siempre tira para el otro lado. El ministerio de Trabajo está con el sindicato. Así que le dijimos al dueño que negocie con nosotros. Nos pagan 20 mil pesos por quincena, no nos alcanza. Nunca hicimos quilombo, pero tiraron tanto de la soga que la cortaron. Acá estamos firmes, seguimos con el paro y de adentro no salimos. Vamos a permanecer adentro hasta que lleguemos a una negociación.

El que habla es uno de los voceros de los obreros del frigorífico Arrebeef, ubicado en Pérez Millán, cerca de Ramallo. Junto a sus compañeros, protagonizan una rebelión en una planta de 1.000 obreros de la carne, rodeada de un inmenso apoyo popular.

1. “Nunca hicimos quilombo, pero tiraron tanto de la soga…”

Este viernes 26, hartos de cobrar salarios de miseria mientras la empresa la levanta en pala exportando carne en dólares, decidieron permanecer en paro dentro de la planta para hacerse escuchar. Por la tarde, el dueño Hugo Borrell anunció megáfono en mano que cerraría las puertas del frigorífico. Los trabajadores también redoblaron la apuesta.

Nunca “hicieron quilombo” pero en un momento, cuentan, “se les hizo un click”. La suma de humillaciones en el bolsillo o en sus cuerpos, como los cientos de casos de Covid que había en la planta y los obligaban a ir igual, los llevaron a decir basta. A desafiar lo que siempre estuvo prohibido: reclamar, organizarse, unirse con los contratados que descartaban en 3 meses, hasta ocupar la fábrica.

Al escuchar las historias uno entiende esa bronca que sale como borbotones delante del micrófono. “Exportan todo en dólares, a nosotros nos pagan 40.000 como mucho. Ni las zapatillas a mi hijo para el cole le pude comprar”, cuenta uno a La Izquierda Diario. “Hay veces que salgo 23:30 y entro de nuevo a las 4, ni dormir puedo. Y después no te pagan lo que corresponde”, dice otro. “Acá la gente y la juventud se rebeló, nos cansamos del abuso y la explotación”. Sus compañeras tampoco callan y ya se sumaron a la lucha. “No hay que aflojar” dice Brenda, y llaman a todos a apoyar a los trabajadores.

La noticia de la ocupación de Arrebeef conmocionó a Pérez Millan y todo Ramallo. También se empieza a comentar en otros frigoríficos de todo el país. Los hombres de grafa blanca ven cómo los empresarios ganan millones, ellos se desloman y sus vecinos no pueden pagar el asado.

También empieza a llegar la solidaridad de otros trabajadores. Este sábado fue una delegación de obreros de MadyGraf bajo gestión obrera. Sandro y Martín contaron su experiencia: "la empresa nos quiso dejar a todos en la calle, la ocupamos y la pusimos a producir para que no queden familias en la calle". El aplauso de “los que nunca hicieron quilombo” les puso la piel de gallina. Más aún cuando le pidieron a mis compañeros si podían dejarles la bandera que trajeron: “para que la gente vea el apoyo que tenemos”. También hablan los pibes de Hey Latam, que llegaron desde Rosario a apoyarlos. La foto de la bandera de Hey Latam agarrada por esas manos en lucha y el frigorífico de fondo es otra postal de solidaridad obrera.

Los pibes y pibas también son parte de las ocupaciones en defensa de los puestos de trabajo.

2. Hey Latam: la juventud que dijo basta

“No a los despidos masivos”. Así dice la bandera que llevan a todos lados les pibes de Hey Latam, un call center de la ciudad de Rosario. Este miércoles 24 también fue movido para ellos. Luego de 86 días de acampe y ante la quiebra de la empresa, decidieron ocuparla pacíficamente. Como en Arrebeef, su patrón les hizo un lockout ilegal creyendo que se iban a ir a sus casas. Cómo la pifió.

Desde las 6 hemos ingresado pacíficamente al local luego de la decisión tomada en la Asamblea de Compañeres Unidos de Hey Latam, dado que el Juez Civil y Comercial le otorgó el día lunes la quiebra a la empresa dejando a 300 familias en la calle. No cobramos nuestro sueldo, desde hace tres meses que nos sostenemos de la olla popular y la solidaridad: necesitamos contar con trabajo de manera inmediata para poder sostenernos, no tener que abandonar nuestros estudios y poder alimentar a nuestres hijes.

Así informaron a la sociedad y a quienes los venían apoyando sobre la decisión que habían tomado.

Cuando accedieron a la oficina de los gerentes, se sorprendieron ante los lujos que tenían. Detrás del sillón del jefe pusieron un cartel que decía “Call tomado” y una máscara de Salvador Dalí. Los medios se coparon con esa escena. Además, convirtieron la sala donde verdugueaban a les pibes cuando estaban enfermos en un salón de asambleas.

Pero no quieren quedarse así sentados. Le exigen al Estado que les otorgue trabajo, para lo que incluso han formado una cooperativa. Ofrecen los instrumentos y la capacitación que tienen para brindar servicios a la comunidad. “A través del 0800, el 147 frente a la pandemia y la vacunación o cualquier otra necesidad de la población, cómo es la atención telefónica frente a emergencias, situaciones de violencia de género, entre otras”.

La juventud de Hey Latam, muchas de ellas mujeres, torcieron la historia. Hoy son un ejemplo para miles de jóvenes que enfrentan los ataques en sus precarios trabajos de repartidores, cajeras, limpieza y muchas fábricas.

Para eso tuvieron que enfrentar, como en Arrebeef, la actitud cómplice del Sindicato de Comercio, al que le exigieron que los defienda. En cambio se unieron a otros sectores. Este sábado realizaron una asamblea de empresas autogestivas y trabajadores en lucha frente a Hey Latam, donde también estuvimos con la delegación de MadyGraf.

3. Ternium Canning: dolor de cabeza para Paolo Rocca y la UOM

El viernes 19 de febrero, cuando los secretarios generales de la UOM se dignaron a aparecer en la planta del Grupo Techint, los trabajadores los recibieron con un cantito. Quizá no conviene reproducirlo textualmente, lo pueden ver acá. Pero estaba claro que los hornos de la planta no estaban para bollos. Más bien estaban apagados. Hacía una semana había comenzado un paro total y acampe en la puerta, que se transformó en una dura respuesta al ataque patronal.

¿Qué pasó? Don Paolo está acostumbrado a que en sus plantas muchas veces rijan otras leyes laborales, o no corran los decretos presidenciales. Y decidió que no iba a respetar el encuadramiento en el convenio de la Rama 17-UOM, ni el aumento salarial. Ante la primera medida de fuerza obrera, respondió con 35 despidos, atacando la organización obrera. Los trabajadores no aflojaron. Endurecieron las medidas. El duro bloqueo se convirtió en noticia nacional. Los siderúrgicos desafiaban al hombre al que Macri o Fernández siempre le dicen “sí señor”.

Durante 16 días se mantuvo un acampe y un duro bloqueo, que impidió la salida de materiales. Además se formó una comisión de mujeres, se realizaron asambleas y se recibió la solidaridad. El Movimiento de Agrupaciones Clasistas estuvo allí, apoyando y aportando sus ideas, como la de coordinar a los distintos sectores en lucha de la zona.

En los últimos días se profundizaron los aprietes, con amenazas de desalojo. Como denunciaron a La Izquierda Diario, “el Ministerio de Trabajo permite todos estos atropellos patronales, que nos apriete a los trabajadores para que levantemos el paro y que la patronal pueda sacar su producción. Todos defienden los intereses de esta patronal multinacional de Techint”.

En las últimas horas el conflicto entró en una pausa, pero la lucha sigue. Así lo dejaron claro los obreros que convocan a solidarizarse a las organizaciones obreras y sociales.

4. Despidos virtuales, toma en carne y hueso

La semana pasada, a los trabajadores de la multinacional SwissJust de Lomas del Mirador los convocaron por Zoom. Pensaron que era una reunión informativa más. Pero se trataba “virtualmente” de un despido. La empresa le informaba que iba a tercerizar su trabajo a un depósito en Escobar (muy lejos), si a alguno le interesaba. “Es un despido masivo que no quieren blanquear", dijo en ese momento Iván, uno de sus trabajadores. Tres aceptaron y los otros 50 decidieron ocupar la planta. “Los compañeros dijeron que no”, cuentan.

Luego de 7 días de ocupación pacífica de la planta y de difundir el intento de vaciamiento, consiguieron la conciliación obligatoria y la empresa debe dar marcha atrás. Pero saben que se tienen que mantener en guardia, porque la empresa sigue con su plan de ajuste.

5. Vacunatorio Vip vs enfermeras en lucha

La noticia de que algunos privilegiados se “colaban” de las prioridades sanitarias en una “salita” que funcionaba en el Ministerio de Salud era otro símbolo de una pandemia que no puede ocultar sus contornos de clase. Mientras eso pasaba, había quienes enfrentaban el cierre de una clínica donde atiende a 18 mil jubilados y muchos llegan con covid. Es el caso de la Clínica San Andrés de Tres de Febrero.

Ante el vaciamiento, en febrero decidieron ingresar a la clínica y permanecer en asamblea permanente, pero también realizando cortes y movilizaciones. El sindicato de Sanidad de Héctor Daer brilla por su ausencia. Encabezados por bravas mujeres, dicen que si los empresarios se van, “queremos que el Estado se haga cargo, somos 144 familias". ¿En medio de una crisis sanitaria, a quién se le ocurre cerrarla? La Izquierda Diario viene cubriendo día a día ese conflicto.

Perder el miedo, desafiar "lo prohibido": luchas duras para enfrentar el ajuste

En el 2020 nos vimos impactados por la toma de Guernica. “Tierra para vivir” decían 2 mil familias sin techo. Eran parte de la clase trabajadora más precaria, la primera que había quedado en la calle durante la coronacrisis.

Los echaron donde vivían, les sacaron el pan de la boca a sus hijos, los mondaron a dormir bajo un puente. Entonces decidieron desafiar la sacrosanta propiedad privada, esa que se arrogan los dueños de los countries (que muchas veces son los dueños de las empresas).

El año terminó con decenas de conflictos por salario, a lo largo y ancho del país. Quizás algunos empresarios pensaron que las vacaciones eran buen momento para sacar tajada. Error. Febrero “se picó”, como dicen los pibes. Distintos sectores salieron a enfrentar los ataques: en defensa de la salud en el Subte; contra los despidos y el congelamiento salarial en Aeronáuticos; en el FFCC Roca, las tercerizadas de Edesur y Pedidos Ya; por el regreso a aulas seguras en docentes y los innumerables conflictos en la salud.

Pero los conflictos que recorrimos en esta nota muestran algo nuevo, contundente: la decisión de ocupar empresas, o bloquearlas duramente, ante el cierre o los despidos masivos. Un método histórico de la clase trabajadora, retomado incluso por sectores que no tenían una larga experiencia de organización, como vemos en Ramallo o Tres de Febrero. Pero además el desarrollo de la democracia de base, la autorganización, que ya habíamos visto en conflictos del año pasado (choferes, rurales, docentes, salud, call centers) como forma de tomar las decisiones y llevar adelante el conflicto. Eso está íntimamente ligado a la bronca contra la burocracia sindical.

Una buena noticia. Más si tenemos en cuenta que la crisis económica y social ya golpea pero aún no dio sus momentos más críticos, como anticipan los propios capitalistas. Como fue, por ejemplo, a finales de los ‘90, que dio lugar a las primeras ocupaciones y también a las gestiones obreras.

Por eso las peleas que vimos estas semanas parecen “recuerdos del futuro”. Es cierto que son iniciales, que no será un proceso lineal, "siempre para adelante", pero muestran que algo ya comienza a cambiar.

El Movimiento de Agrupaciones Clasistas y la Red de Precarixs e informales vienen apoyando estos conflictos. La Izquierda Diario está ahí, ayudando a que se escuchen esas voces. Con humildad pero mucho orgullo, podemos aportar nuestra experiencia en defensa de los puestos de trabajo que dieron lugar a las gestiones obreras de MadyGraf, Zanon o Cerámica Neuquén. O nuestra participación en las ocupaciones en Kraft, PepsiCo y otras empresas, para enfrentar despidos masivos.

Eran la forma de retomar las mejores tradiciones obreras y el programa de la izquierda revolucionaria para defender a la clase trabajadora del plan de los empresarios. Pero también para convertir cada una de esas experiencias en un eslabón para pelear por una salida obrera a la crisis.


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Lucho Aguilar

@Lucho_Aguilar2
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.

Jorge “El Loco” Medina

Trabajador MadyGraf
Trabajador gráfico, integrante de MadyGraf (ex Donnelley) bajo gestión obrera y referente de la agrupación gráfica Bordo Clasista