Este fin de semana, en medio de las celebraciones por la Virgen del Carmen, la iglesia católica recibe otro golpe, ex Canciller del Arzobispado fue encarcelado e investigan a otro sacerdote.
Suely Arancibia Auxiliar Hospital Barros Luco.
Lunes 16 de julio de 2018
Primero fue Óscar Muñoz, ex Canciller del Arzobispado, quien el pasado viernes 13 de julio quedó en prisión preventiva tras ser formalizado por el delito de abuso sexual reiterado, donde se estableció un plazo de investigación de 180 días en los cuales el sacerdote estará con la cautelar. Los antecedentes demostraban que habrían sido más de cinco víctimas, con familiares incluidos.
Luego de Muñoz, fue el presbítero Jorge Laplagne Aguirre, quien quedó en investigación por haber sido denunciado por abuso sexual el pasado mes. En la denuncia, se aludía a que el abuso ocurrió hace 13 años, cuando la persona era menor de edad, delito que ya había sido investigado con anterioridad. La investigación reabierta, tendrá una duración de 60 días, mientras que el sacerdote dejó sus funciones de párroco en iglesia de Providencia y Ñuñoa respectivamente.
Nuevamente la iglesia católica recibe un golpe, que se suma a la gran crisis que atraviesa, la cual no ha podido ser superada a pesar de sus múltiples intentos por limpiar su imagen, a través de diferentes métodos.
Actualmente donde el debate por el aborto legal, libre, seguro y gratuito empieza a irrumpir en la escena nacional, tras la primera conquista que tuvo la marea verde en Argentina que consiguió la aprobación de la Cámara de Diputados por el proyecto de ley que legaliza el aborto, es necesario que también veamos el rol que la iglesia ha cumplido en el debate, esa misma iglesia que hoy es cuestionada y con cada vez más casos de abusos en su interior.
Bien sabemos, que en cada debate nacional y parlamentario la iglesia se entromete y está presente interviniendo con su moral conservadora. Respecto al debate por el aborto, han sido uno de los primeros en salir a responder, posicionándose en contra, oponiéndose al derecho de decidir sobre nuestros cuerpos y dejando que seamos miles de mujeres las que perdamos la vida por realizarnos abortos clandestinos, haciendo oídos sordos a un problema de salud pública, que viene a terminar con la vida de mujeres diariamente.
La iglesia, en unidad con el Estado, nos violenta a cada momento y en cada uno de los aspectos de nuestras vidas, esta es una realidad que debemos salir a cuestionar y enfrentar, exigiendo la separación efectiva de la iglesia con el Estado, donde la primera tiene el poder de influenciar en el destino político y social del país, además de nuestras vidas. Mientras gozan de impunidad por los montones de abusos que poseen en su interior, vemos como es la principal institución que sostiene el machismo en la sociedad y a mujeres y diversidad sexual nos criminaliza en cada oportunidad.
