El senador y jefe de la bancada del gobernante PT, Delcídio Amaral, fue arrestado el miércoles investigado en el marco del escándalo de corrupción en Petrobrás. Unas horas antes había sido detenido el presidente del mayor banco de inversión independiente de Brasil.
Jueves 26 de noviembre de 2015
El parlamentario habría intentado destruir pruebas en su contra y perjudicar las investigaciones por el escándalo de corrupción en Petrobras, conocido con el nombre de “Lava Jato”.
La prisión de Delcídio fue motivada por el intento de evitar que el ex director de Petrobrás, Nestor Ceveró, lo mencionase a él y al banquero André Esteves –también detenido hoy- en su delación premiada. Una conversación del petista fue interceptada por la Policía Federal.
Esta es la primera vez que un senador con mandato en ejercicio es detenido. La PF también allanó las oficinas de Delcídio Amaral en Brasília, y en los estados de Rio de Janeiro, San Pablo y Mato Grosso do Sul.
La prisión de Delcídio es el resultado de una operación puesta en marcha por la Policía Federal, que también tiene como blanco a empresarios.
El senador fue arrestado en el hotel Golden Tulip, donde vive en Brasilia, mismo lugar en el que el último martes la PF encarceló al empresario José Carlos Bumlai.
Delcídio fue nombrado en la delación del lobista Fernando Baiano, señalado por la investigación “Lava Jato” como operador de coimas en el esquema de corrupción instalado en Petrobras entre el 2004 y 2014. Fernando Baiano dijo que el senador habría recibido 1,5 millones de dólares en especie en la operación de compra de la Refinería de Pasadena, en Estados Unidos.
El ministro Teori Zavascki convocó a una reunión extraordinaria del grupo del Supremo Tribunal Federal, dedicado a la operación Lava Jato y quién autorizó los arrestos. La reunión de la Corte será reservada –algo raro.
Un salto en el escándalo de corrupción
La detención de Delcídio constituye un nuevo salto en el escándalo de corrupción en Brasil: aun con el archioligárquico senado brasileño, que genera mecanismos de blindaje de los senadores prácticamente invencibles, el Partido de los Trabajadores logró superarse en la corrupción y tener el primer senador preso en ejercicio.
Con una denuncia directa de impedir el desarrollo de la operación, ofreciendo coimas a un ex director del área internacional de Petrobras, Nestor Ceveró, la noticia habría caído como una bomba hace pocos meses, cuando el tema del impeachment (destitución) a Dilma estaba en boga. No se trata de un nombre cualquiera, sino del líder del PT en el senado, uno de los principales articuladores del partido, y garante del ajuste fiscal, que es la principal política de Dilma Rousseff.
Sin embargo, todavía habrá que ver la reacción del resto de partidos dominantes para saber cuál será el impacto en el régimen político en la actual coyuntura. Lo que reina hasta ahora es un gran silencio. Por un lado, el opositor al gobierno, considerado como quien sería el gran agente del impeachment, Eduardo Cunha (PMDB), está más embarrado en la corrupción que cualquier político.
El PSDB tampoco ha encontrado espacio para gran protagonismo y, al contrario, se ha mantenido más parsimonioso en favor de la unidad por el ajuste fiscal. Además, siendo el partido que privatizó la Vale que produjo una de las mayores tragedias ambientales del país, no tiene gran entusiasmo en sus políticas neoliberales para ofrecerse como alternativa. Es que el barro de la corrupción es del mismo tamaño que el lodo de la privatización de la Vale.
De todos modos, el PT tiene un problema para pensar la sucesión en el senado. Nombres como Gleisi Hoffmann y Humberto Costa, posibles sucesores, están también ligados a la operación Lava-Jato.
Hay que evaluar si este encarcelamiento puede abrir la puerta a la detención de otros políticos, lo que significaría una nueva fase de la operación Lava-Jato. Lo que no está claro es si los partidos dominantes tendrán cómo equilibrarse entre el juego político y la enorme inestabilidad generada por la combinación de crisis económica, crisis política, y los intensos ataques a los trabajadores y a la juventud.
