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Red Internacional

En general se plantea que no hay otra alternativa a la renegociación de la deuda externa o el default. Pero el no pago soberano es una propuesta totalmente contraria al default. Se trata de una salida de fondo para resolver la cuestión de la deuda.

Jueves 9 de julio de 2020 | Edición del día
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“Si no renegociamos la deuda vamos a default”, es una frase bastante escuchada por estos días. ¿Cuántas veces el presidente Alberto Fernández dijo “queremos evitar ir a un default”?

En general se plantea que no hay otra alternativa a la renegociación de la deuda externa. Que si no se renegocia, sólo queda el default. Sin embargo, la izquierda tiene otro planteo: el no pago soberano sobre la base de una investigación de la ilegitimidad y el fraude de la deuda pública externa, y un conjunto de medidas integrales.

¿Qué es el default?

Hace dos días los periodistas Ernesto Tenenmbaum y Reynaldo Sietecase entrevistaron al ministro de Economía, Martín Guzmán, en Radio con Vos . Le hicieron una pregunta incómoda:

"En los `80 nos decían que si no pagabamos la deuda íbamos a tener una crisis terrible. Y lo que pasó es que siempre hubo un esfuerzo enorme en cómo pagábamos la deuda, y las crisis se repitieron una tras otra, ¿no pensás que podría pasar lo mismo?"

La respuesta de Guzmán fue que Argentina ya está en default, que tiene condiciones de un "default virtual", y que lo que quiere es sacarnos de ahí con la renegociación de la deuda.

Esa respuesta encubre una maniobra. Guzmán intentó hacer pasar por iguales dos cosas que no tienen nada que ver: el no pago de la deuda como una decisión soberana y un default.

Un default implica que ya no se puede pagar la deuda porque no hay más dólares. El país reconoce eso y dice “me declaro en cesación de pagos”, como hizo Rodríguez Saá en el 2001.

Los gobiernos capitalistas en general se ven obligados a tomar esta decisión, no es su voluntad, pero la suspensión de pagos es transitoria. La expectativa es que cuando haya nuevamente capacidad de pago les devolverán todo a los bonistas, con intereses. Es decir, no se repudia el mecanismo de saqueo y estafa de la deuda, sino que se la valida.

Pero no solo faltan dólares para pagar deuda. Después del vaciamiento que incluyó los pagos de interes de deuda y la fuga de capitales, tampoco quedan dólares para que la economía funcione. Entonces para sostener la rentabilidad de las grandes empresas buscan salir de la crisis con una devaluación del salario y ataques brutales sobre las mayorías sociales. Como pasó en el 2002 con la megadevaluación del 300%, pobreza superior al 50 % y desocupación mayor al 20 %.

Desde ya, todo intento de salir de la crisis de esta forma, con un feroz ajuste, debe ser rechazado por los trabajadores y sectores populares.

El mito de la renegociación como salida

  • Guzmán dice que la renegociación nos premitirá “salir de la crisis”. Pero eso no es así, sólo pospone el problema, y ya ni siquiera tanto, porque con la última oferta de canje, el año que viene se vuelve a empezar a pagar. Renegociar es condenarnos a seguir pagando una estafa en un contexto donde no hay ni va a haber recursos. Este año la economía va a caer un 12%. Fernández lo dice bien: los especuladores no pierden, solo dejan de ganar un poco. Nosotros sí, ya estamos perdiendo nuestro salario.

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  • Si ya estábamos en default desde 2018, como dice Guzmán, es decir, que la deuda era insostenible y que el país no podía pagarla: ¿por qué tanto el gobierno de Macri, como el de Fernández, continuaron hundiendo a la economía y pagando la deuda hasta que ya no quedó ni un dólar? Incluso cuando asumió la actual gestión, Guzmán afirmaba que la deuda no era sostenible pero este año 2020 destinó más de 5 mil millones de dólares del Banco Central en pagarle a los especuladores y al FMI, aún también en plena crisis pandémica. Esa política de pagar fue la que empeoró las condiciones y la escasez de dólares.

¿Qué es un no pago soberano de la deuda?

Volviendo a la maniobra de igualar default a no pago soberano, el no pago de la deuda como una decisión soberana y además basado en una investigación que demuestre la estafa de la deuda, es otra cosa muy distinta al default. Es cortar de raíz el círculo vicioso de la deuda. Imponer su desconocimiento mediante la movilización popular porque ya nos saquearon varias veces y no lo vamos a permitir más.

Es plantear además que para evitar que nos quieran hacer pasar un nuevo ajuste y los grandes jugadores de los mercados realicen nuevas corridas cambiarias, hay que preservar los recursos.

Para ello se requiere sacar del negocio privado y de la especulación el manejo de los bancos y el crédito. Y también tomar medidas que cuiden los dólares de las exportaciones mediante el control total del comercio exterior, gestionado por los trabajadores.

Estas medidas integrales, nacionalización de la banca y monopolio del comercio exterior, son lo contrario a resolver la crisis mediante una devaluación del salario, como está inscripto en el default.

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Entonces, si te quieren vender que con la deuda sólo hay dos opciones, o renegociar y seguir pagando o un default, hay que saber que hay otra alternativa que verdaderamente se propone resolver esta deuda que nos mantiene dependientes del capital financiero: el no pago soberano, sobre la base de una investigación de la ilegitimidad y el fraude de la deuda pública externa.

Default, o no default, esa no es la cuestión.

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