Este miércoles y en medio de las cifras alarmantes por el aumento exponencial de los contagios por Covid-19, trabajadores y trabajadoras de la salud se movilizaron en varias partes del país para denunciar las pésimas condiciones laborales sobre las cuales se sostiene la salud pública.
Miércoles 7 de abril de 2021 23:08
La jornada de lucha empezó bien temprano: a las 4 de la mañana trabajadores y trabajadoras de la salud bloquearon la ruta del petróleo a la altura de la localidad de Añelo, corazón de Vaca Muerta en reclamo de una mesa de negociación salarial. Hubo asambleas, cortes, movilizaciones, caravanas, paros, bloqueos en provincias como Neuquen, Rio Negro y Santa Cruz, en ciudades como Cipolleti, Choele Choel, Zapala, Junín, San Martín de los Andes, Cutral Co, Bariloche, General Roca, Rosario y la Matanza. Hace unas semanas hubo un paro de clínicas y sanatorios privados con el 90% de acatamiento.
La pandemia dejó en evidencia el importante rol de los y las trabajadores de salud, y esto era reconocido hacía exactamente un año -en otro Día Mundial de la Salud- por el presidente Alberto Fernández. En esa ocasión, reivindicaba a los trabajadores de la salud mediante un tuit donde decía: “día a día ponen el cuerpo a la lucha contra el coronavirus en todo el país”. Y eso es así, en la primera línea se deja el cuerpo: la falta de personal en hospitales, sanatorios y clínicas se traduce en una sobrecarga de tareas en quienes trabajan, llegando a cumplir jornadas extenuantes de trabajo. Los salarios bajos conducen al pluriempleo y a sobrecargarse con horas extras. El pluriempleo fue una de las causas que implicó altos índices de contagios. Toda esta situación aumenta el agotamiento del personal de salud.
Quiero aprovechar el #DíaMundialDeLaSalud para reivindicar la salud pública y agradecerles infinitamente a los y las profesionales que día a día le ponen el cuerpo a la lucha contra el coronavirus en todo el país.
Hagamos algo por ellos: quedémonos en casa. pic.twitter.com/XtBwHtg0BM
— Alberto Fernández (@alferdez) April 7, 2020
Una enfermera del Sanatorio privado Mitre decía: “Queremos una respuesta de los empresarios. Casi el 80 % del personal de salud y en especial los enfermeros tenemos dos trabajos por eso llegamos a subsistir. El que no tiene dos trabajos mete horas extras, recargos, prácticamente vive en el sanatorio o la clínica.” Y agrega: “Cumplimos todos los horarios, estamos excedidos de pacientes. Nosotros teníamos un tope de clínica médica de 6 pacientes y hemos llegado a tener más y son más complejos, paciente postrado, añoso, que en una internación normal está con la familia que lo asiste en la comida. En cambio cuando se internan por COVID tienen que estar aislados y nosotros hacemos el doble trabajo. Y nunca nos bajaron la cantidad de pacientes, cada vez tenemos más y no pusieron más personal.”
No son héroes ni heroínas; son trabajadores y trabajadoras
La precarización en los hospitales es crítica: además de la existencia de trabajadores con monotributo, trabajadores de limpieza, seguridad y cocina se encuentran tercerizados, y muchos llegan a trabajar 16 horas para lograr cubrir las necesidades básicas. Trabajadores de seguridad que son monotributistas, no tienen aguinaldo, ART, obra social y sus vacaciones son sin goce de haberes.
En clínicas privadas la situación no es muy diferente: muchas pagaron la mitad de los sueldos con la ATP y REPRO. Una trabajadora de una clínica de Mar del Plata cuenta que “Al cobrar así se nos bloquea la posibilidad de sacar créditos o pedir un préstamo. Y la paritaria del año pasado fue inferior al 24%, por lo que nuestros salarios están muy atrasados en relación a la inflación”.
Trabajadores de clínicas privadas además denuncian a los empresarios del sector, quienes realizaron declaraciones extorsivas reclamando el aumento de los valores de las prestaciones de las obras sociales para poder afrontar cualquier negociación salarial. Esta medida afectaría a las familias de la clase trabajadora cuyos salarios vienen también perdiendo frente a la inflación.
El gobierno en sus discursos habla de diálogo y agradece al esfuerzo realizado por trabajadores de la salud, pero en los hechos niega la recomposición salarial y el derecho a negociar colectivamente los salarios. Trabajadores y trabajadoras de salud responden: “Nos consideran esenciales, pero somos descartables”. Ya cansados de discursos y tuits saludando su esfuerzo en la primera línea, exigen que para reconocerlos realmente como esenciales, es necesaria la recomposición salarial, una jornada laboral de 6 horas para enfermería, y acabar con la precarización laboral, el verdadero sostén de la salud pública. Laura García, pediatra del Hospital del Niño de La Matanza lo deja en claro: “Queremos un salario que empiece por arriba de la canasta familiar”.
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Además, varias clínicas como el Sanatorio Plaza, la Clínica el Talar afrontan cierres y vaciamientos, como la Clínica San Andrés en Caseros, paralizada tras el intento de cierre de sus dueños. Sus 144 trabajadores se encuentran peleando por sus puestos de trabajo por la apertura y la estatización. Al borde de la segunda ola y siendo que 18 mil pacientes de PAMI se quedaron sin atención en plena pandemia no puede haber clínicas cerradas.
Y a todo esto ¿y los sindicatos?
Como denuncian cientos de trabajadores, los sindicatos han brillado por su ausencia o aparecen para cerrar acuerdos con el gobierno nacional. Por eso trabajadores de la salud denuncian su rol cómplice y traidor con la precarización laboral. Hector Daer, tardó un año de pandemia en llamar a un paro, cuando ya hacía meses que el salario había perdido frente a la inflación. Pero frente a esto, ya hay sectores que no eligen el camino de la resignación: trabajadores de Rio Negro se autoconvocaron y conformaron un nuevo sindicato ASSPUR, Asociación Sindical de Salud Pública de Rio Negro, para poder combatir los métodos antidemocráticos y antisindicales, donde se respeten las asambleas y se organice los reclamos desde las bases.
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La médica Virginia Icazatti de La Matanza contó sobre la unidad que se empieza a tejer con otros sectores de salud: “Estamos en permanente comunicación y coordinación con el Germani, el Equiza, el Policlínico y las unidades periféricas, que están siendo totalmente vaciados. Igual que los hospitales, están destruyendo la salud pública”. Y agrega: “Hace tiempo que no veíamos tanta unión, que no teníamos el espíritu que tenemos en este momento. Más allá de los resultados, lo que vemos es el camino. Estamos totalmente coordinados, unidos”.
También sumó un llamado a la comunidad y a los pacientes de La Matanza. “Lo preocupante para la población de la Matanza es que los contratos que no son renovados van en desmedro de la salud pública. Y la salud pública es de todos. Si entienden que sus hijos y familiares no van a ser atendidos porque no hay recursos humanos ni insumos”.
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¿Y ahora qué?
A más de un año del inicio de la pandemia, Alberto Fernández vuelve a repetir lo mismo que hace un año: “Hagamos algo por ellos: quedémonos en casa”. Laura Cano, médica generalista del Hospital Cestino de Ensenada y miembro del Consejo Directivo Provincial por la minoría en Cicop, le responde: "no podemos simplemente pedir mayor responsabilidad a la ciudadanía. El Estado debe tomar de manera urgente medidas de fondo, que en mas de un año no se adoptaron y son urgentes, si verdaderamente queremos hablar de hacer frente a la segunda ola. La centralización del sistema de salud y de todos los recursos disponibles, así como declarar de utilidad pública todos los laboratorios que produzcan insumos relacionados al covid, como el laboratorio Sigman donde se produce el componente activo de una de las vacunas, para que se puedan envasar en Argentina y adelantar el programa e vacunación".
Además agregó: "Cualquier limitación a la circulación de personas, debe ir atada a la urgente restitución del IFE, a un valor de 40 mil pesos, junto con el incremento de otros programas sociales, ya que son millones las familias que están en la pobreza y no tienen como afrontar una restricción mayor, sin pasar hambre".
Por otro lado, ante esta Emergencia Sanitaria, Fesprosa y organizaciones se encuentran difundiendo un petitorio para envasar la producción nacional de vacunas AstraZeneca en Argentina al Ministerio de Salud de la Nación. Argentina lleva exportados a México componentes para fraccionar 40 millones de vacunas que se fabrican en el país, y hasta hoy no recibió ni una sola dosis de esa producción. Por esto, Nicolás del Caño y el Frente de Izquierda Unidad plantean que se declare de utilidad pública el laboratorio mAbxience, propiedad de Hugo Sigman, junto con el uso de toda la capacidad técnica-científica del país y la inversión que sea necesaria en los laboratorios públicos.
Por su parte la Federación se ha sumado junto a decenas de organizaciones del campo sanitario, al reclamo de la Internacional de Servicios Públicos que exige vacunas para todos y el quiebre de las patentes de la industria farmacéutica. Frente a la profundización de la crisis, trabajadores de la salud se movilizan por sus reivindicaciones, mostrando el camino para enfrentar la pandemia. Porque, como dijimos, no hay razones para celebrar y sobran excusas para salir a luchar.
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