Este 12 de octubre se conmemoran los 526 años de la llegada de la Corona Española a América, la cual expresó una etapa para el mundo occidental en la era Moderna: la transformación del mercantilismo en el capitalismo Europeo a través de la explotación de la mano de obra indígena y afrodescendiente en América Latina.

Teresa Melipal Santiago de Chile
Viernes 12 de octubre de 2018
A pesar de que los cambios en las denominaciones sobre el 12 de octubre están muy relacionados con la percepción de Cristóbal Colón en cada país, el problema histórico de la opresión y explotación de que son objeto los pueblos indígenas y originarios son un denominador común en Latinoamérica.
Una de las expresiones más generales es el saqueo de los recursos naturales de parte de los colonizadores hacia las tierras ancestrales, las cuales fueron - y lo son- habitadas por la población indígena y originaria.
Los lavaderos de oro, los cuales formaron parte de la explotación minera durante la conquista y en la época colonial, se tradujeron en el nuevo sistema de trabajo impuesto por la espada y el evangelio. La forma de trabajo en Chile se traducía en la mita, como un modelo de trabajo obligatorio que utilizó el Imperio Inca y que luego fue adaptado por los españoles, donde además de pagar con tributos al Estado Español, los indígenas tenían que ser evangelizados.
Fin a la militarización y criminalización
Bajo la dinastía de los Borbones en la Corona Española durante el siglo XVIII, los parlamentos mapuche sirvieron para mediar los diálogos de las autoridades españolas e indígenas, dando por resultado intercambio de especies y productos como también engaños y alzamientos.
Mientras que posterior a la conformación del Estado-nación en Chile, durante el siglo XIX, las leyes defendieron la acumulación capital y financiera de la burguesía con leyes para la minería, la colonización de tierras agrícolas para explotar el cereal y la Ocupación de la Araucanía con el fin de marcar la frontera con el pueblo mapuche.
Con la Constitución de 1980, heredada por la dictadura cívico militar de 1973, la política hacia los pueblos indígenas se tradujo en la perpetuación del Estado de Emergencia y en la persecución política bajo la implantación de la Ley Antiterrorista. Mientras que para los pueblos indígenas que mantienen conflictos con el Estado, las leyes vigentes ni siquiera responden a los derechos internacionales como el convenio 169 de la OIT, ratificado recientemente en Chile durante fines del 2008.
El derecho a la autodeterminación de los pueblos indígenas
Ya no sólo es el pueblo mapuche que históricamente ha levantado y luchado por esta demanda. El pueblo Rapa Nui exigió al último gobierno de Bachelet el derecho a la autonomía y autodeterminación. Demandas al Estado por la devolución de las tierras ancestrales, freno a las transnacionales y empresas que devastan el medioambiente al interior del territorio indígena, el reconocimiento de la lengua, la cultura y las costumbres son parte de algunas exigencias de las comunidades indígenas y/o originarias.
La lucha por la autodeterminación de los pueblos oprimidos por el imperialismo es una demanda que ha transcendido la historia y las revoluciones. Rosa Luxemburgo instala la discusión de la cuestión nacional en la Segunda Internacional cuando la clase obrera se enfrentaba a una lucha por los intereses de las burguesías nacionales ad portas de la I Guerra Mundial; una discusión que posteriormente fue publicada por Lenin en “El derecho de las naciones a la autodeterminación” y por León Trotsky con la publicación “Sobre las tesis sudafricanas” en uno de sus escritos.