El kirchnerismo en la era macrista prometió resistir. Le siguieron plazas con ex funcionarios, música en vivo y confianza en las urnas. Diálogos de campaña.
Jueves 5 de octubre de 2017 08:36
-¿Che, a quién vas a votar?
El Parque Centenario fue el primer escenario que inauguraba el kirchnerismo. Con miles de asistentes, tuvo en esa oportunidad a Axel Kiciloff, ex ministro de Economía como orador central. Latente se encontraba la masiva bronca ante el triunfo de Mauricio Macri. En el discurso se hacía hincapié en el pasaje a la resistencia en tiempos de ajuste. De blindaje mediático y otras yerbas. También se emitió el último programa de 6-7-8 al aire libre en el Parque Saavedra y recitales con Fito Paéz, entre otros. Mezcla de algarabía con repudio a la CEOcracia.
El alcance de las “plazas” para hacer frente a los despidos era más que cuestionable. Pero, así y todo, esa "resistencia" duró lo que la oposición en el parlamento. Un suspiro. Por un tubo salió “el pago a los fondos buitres”, la “designación de los jueces del 2x1” y el “presupuesto del tarifazo”. Se sumaron las direcciones sindicales afines que de tibias pasaron a congeladas, y gobernadores fieles que eran mejor esconder.
CFK tardó meses en salir a la luz. Todos recuerdan sus primeras apariciones en vídeos en versión "casual" en el Calafate. La “Jefa”, como se estila llamar en la jerga propia, saldría políticamente después de casi 5 meses. En Comodoro Py, inauguró la política de “Frente Ciudadano” y convocó a la paciencia. Una paciencia de dos años. A la militancia y simpatizantes se la obligó a circunscribirse al plano de las redes sociales.
-¿Unidos con quién?
Que Randazzo sí, Que Randazzo no. Se inscribe "Unidad Ciudadana" con Cristina en la Provincia comienza la campaña electoral.
En sus listas hicieron un "retruco" con figuras polémicas. En la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, "Unidad Porteña" puso a Filmus, a burócratas de UPCN como Fernando Barrera, y a María Rosa Muiños quién votó el presupuesto más bajo en Educación. El refrán de la leche y la vaca ya lo conocemos todos. Pero la moraleja es que no alcanza con llorar.
-¿Por qué el kirchnerismo no optó por una resistencia activa?
"Les pido perdón, mucho perdón, un perdón muy hondo por los que no fueron” (Hebe de Bonafini ante la ausencia del FPV en la represión a los trabajadores de Pepsico).
Sus dirigentes se empecinaron en poner paños fríos sobre la bronca de un sector no desdeñable de la sociedad. En cultivar el escepticismo y la falta de confianza en los trabajadores para construir una fuerza material real que confíe en sí misma para pelear contra los ataques del macrismo. Se montaron sobre lo que ellos mismos abonaron, una ideología de la "estadolatría" y pasividad desde el minuto cero. Así el "empoderarse" quedaría reducido al simple ejercicio del deber ciudadano: Votar.
Evidentemente arengar al pueblo trabajador es un arma de doble filo que el pejotismo en su variante "k" no puede darse el lujo de desarrollar. Ante todo, la defensa de los intereses patronales.
Y así el eufórico cántico de "Vamos a volver" se fue apagando conforme se acercaban los magros resultados electorales. La desmoralización de aquellos que honestamente confiaron en ese plan, es entendible.
-¿Cuál va a ser el nuevo plan de resistencia pos octubre?
Si para muestra basta un botón, dos años son una mercería.
-¿Vas a dejar que borren a la Izquierda?
Jugando a que son “ejecutivas” buscan polarizar. Y no inocentemente el Gobierno y los medios de comunicación de mayor audiencia se han propuesto borrar a la Izquierda del mapa político. Pero la verdadera polarización está dada entre apostar a una fuerza política de Izquierda en el Congreso que se sabe consecuente con los intereses de los trabajadores, las mujeres y la juventud o la ruleta rusa de los "traidores". El Frente de Izquierda convoca a que voten a los legisladores que serán su voz de reclamos en los parlamentos y que estarán en sus luchas poniendo el hombro. Por eso es más que un slogan de campaña decir que Nicolás del Caño en la Provincia de Buenos Aires y Myriam Bregman en la Ciudad, tienen que estar. Es una invitación a ser sujeto de forjar otra oposición.
