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24M. Dictadura, educación y FMI: una herencia que pesa

El modelo educativo heredado de la última dictadura sigue vigente, al igual que la intromisión de los organismos de créditos internacionales como el FMI. La represión en Argentina se llevó, al menos, 600 maestras y maestros detenidos-desaparecidos. No los olvidamos. A 46 años del golpe, este 24 de marzo llenemos las plazas del país contra la impunidad y el acuerdo con el FMI.

Federico Puy

Federico Puy Docente | Secretario de Prensa Ademys

Ivana Otero

Ivana Otero Docente de Nivel Primario.

Lunes 21 de marzo de 2022 22:02

En un muy interesante trabajo, que recomendamos leer, titulado “Los trabajadores del sector público durante la dictadura. El caso de los docentes (1976-1983)” escrito por Laura Graciela Rodríguez, hay una línea por la cual seguir. La autora estudia las consecuencias de las condiciones de trabajo de las y los docentes, especialmente enmarcadas en las reformas de los estatutos docentes (Nacional y de las provincias), como parte de una avanzada neoliberal en educación.

La autora continúa explicando que la junta militar “contribuyó a profundizar el deterioro educativo que venía dándose desde antes de marzo de 1976. El régimen, entre otras cosas, avaló el cierre de cientos de escuelas; provocó el alejamiento por renuncia, jubilación, cesantía o prescindibilidad de miles de docentes en la mayoría de las jurisdicciones; redujo el presupuesto destinado al área que llegó a porcentajes mínimos nunca vistos en la década; y disminuyó el monto destinado a los comedores escolares y al mantenimiento de los edificios”.

La dictadura pretendía reformar ciertos artículos que consideraba estratégicos, destinados a controlar el ingreso y la permanencia de los docentes en el sistema, redefinir los mecanismos de ascenso a cargos jerárquicos (y así evitar que ascendieran aquellos que no eran afines al régimen militar) y recortar los derechos sociales adquiridos en épocas anteriores y que, en algunos casos, perjudicó en forma directa a las mujeres, en ese entonces casi la totalidad del gremio.

Un poco más atrás en la historia, el proceso de reversión y ataque al sistema educativo podríamos decir que se inició con la “Revolución Libertadora” en 1955 y tuvo un aspecto clave: comenzó la transferencia de las escuelas nacionales a las provincias, continuada por la dictadura de Videla en 1978, tal como lo explica Rodríguez, transfiriendo las escuelas primarias y “pre-primarias”. El eje del ataque pasaba por la descentralización y abrirle paso a la Iglesia y sus negocios.

Pero además de esto, la dictadura atacó la educación pública porque la consideraba un vehículo de ideología “subversiva”, un pensamiento muy parecido a las política e ideología de los Libertarios y de Patricia Bullrich. La dictadura fomentó el desarrollo de la educación privada y el fortalecimiento de las cooperadoras escolares para avanzar en desvincular el rol del estado en la escuela pública. Este ataque vino de la mano del discurso tradicionalista que sostenía la primacía de la Iglesia. En esta etapa se implementó un recorte del presupuesto educativo y, por esa vía, del gasto público, que llegó a ser el más bajo de la década.

El pacto con el FMI y la continuidad de la herencia de la dictadura

En relación al FMI y la deuda pública, esta última creció 5,5 veces durante la dictadura, pasando de U$S 8.085 millones en 1976 a U$S 45.065 millones en 1983. Entre los préstamos se incluye uno con el Fondo Monetario Internacional pocos días después del inicio del Golpe. Este salto espectacular en el monto de deuda se enmarca en un plan general de ofensiva neoliberal de ataque a la clase trabajadora, orientado a favorecer los negocios del capital concentrado.

Este régimen colonial con los organismos de crédito internacional que dejó la dictadura, tuvo consecuencias directas en materia educativa. Consecuencias que dieron origen a cuatro momentos históricos de fuertes luchas de las y los maestros:

1. Un primer momento fue en los 90. De la mano del Banco Mundial, el FMI impulsó en el país la reforma antieducativa. Hablamos de la Ley Federal de Educación sancionada bajo el menemato en el año 1993. También, en el año 1995, la sanción de la Ley de Educación Superior (LES) produjo otro golpe profundo sobre el sistema educativo, logrando imponerse a pesar de la rebelión universitaria. Las claves fueron descentralizar financieramente al sistema educativo y que cada provincia se arregle, tener un ministerio nacional sin escuelas, ajustar salarios y presupuestos. Todos conocemos algo de la historia de la Carpa Blanca y las luchas provinciales.

2. Un segundo momento comienza a fines de los 90, cuando la conducción de la CTERA llama a levantar la Carpa Blanca y votar a la Alianza, que llevó al gobierno a Fernando De la Rúa, también ligado al FMI. El presupuesto educativo fue de ajuste, recordemos que el 20 de marzo de 2001, luego de que el gobierno anunciara un brutal ajuste sobre la educación pública que provocó una gigantesca respuesta del movimiento estudiantil, renunció López Murphy (hoy diputado de Cambiemos) profundizando la crisis del gobierno de De la Rúa. El final ya lo conocemos todos y todas.

3. Un tercer momento se da con el kirchnerismo en el gobierno, junto a sanción de la ley Nacional de Educación en 2006. La misma implicó el rescate y la continuidad de la Ley Federal (dejando intacto el problema del financiamiento). El pago de intereses de la deuda externa fue mayor a la inversión en educación y salud durante cuatro de los doce años de gobierno, primero de Néstor Kirchner y después, de Cristina Fernández. Durante sus gobiernos, se pagaron 216 mil millones de dólares en concepto de capitales e intereses de deuda, no cumpliendo con su meta de financiamiento educativo. En palabras de la ex presidenta, fueron “pagadores seriales”.

4. Un cuarto momento se da durante los duros cuatro años de macrismo y la asesoría del FMI que dieron como resultado una disminución del 35% en el presupuesto educativo, una profunda deserción estudiantil y salarios a la baja. Con el libreto del FMI, el macrismo impulsó políticas muy cuestionadas como, en Ciudad de Buenos Aires, la “Secundaria del Futuro” para que las y los jóvenes trabajen en McDonalds y la aprobación de la creación de la UNICABA para avanzar con la desaparición de los veintinueve profesorados. El macrismo significó un duro y constante ataque a la educación pública en todos sus niveles.

¿Y dónde estamos ahora? ¿Qué hacemos?

El gobierno de Alberto Fernández, junto a Cambiemos y la silenciosa complicidad de Cristina Fernández de Kirchner, acaba de endeudar nuevamente al país por decenas de años más. Como dice el maestro Orlando "Nano" Balbo, discípulo de Paulo Freire y militante ex detenido desaparecido en los ´70: “Las políticas educativas se vienen prolongando más allá de los maquillajes. La cuestión de fondo sigue siendo la misma: el neoliberalismo que empezó con la dictadura y que todavía sobrevive, dio vuelta la ecuación fundamental de la educación. Entonces los maestros hoy tienen que andar administrando la escuela, el comedor y pedagógicamente se distribuye lo mismo entre desiguales. Y esto es profundamente injusto”.

Lo que se profundiza, gobierno tras gobierno, es una mayor dualización del sistema educativo (o los sistemas) con un sector público cada vez más degradado y un sector privado donde concurren los hijos de los sectores más acomodados de la población (y franjas de los trabajadores con mejores salarios). Y esta dualización se corresponde con la política de “reformas” a nivel internacional en las que se busca que la escuela pública quede como una suerte de “depósito de pobres”, con mínimo presupuesto y donde la escuela esté al servicio de la precarización laboral como ahora dice el gerente de Toyota que atacó a la escuela secundaria y luego implementó una reforma laboral de hecho en su planta.Que en la Ciudad de Buenos Aires se quiere avanzar sobre una nueva reforma del estatuto que tiene puntos de contacto con la realizada por la última dictadura militar, y que grandes empresas de las finanzas como Mercado Libre sean quienes impartan educación financiera, es parte de un mismo ciclo.

El rol de la CTERA y la burocracia sindical, ayer y hoy, formará parte de otro debate que aquí no podemos profundizar. Sin ir más lejos, dieron su apoyo crítico absteniéndose a la hora de votar el pacto con el FMI.

La represión en Argentina se llevó, al menos a 600 maestras y maestros que fueron detenidos-desaparecidos. No los olvidamos. A 46 años del Golpe volvemos a decir: “No olvidamos ni perdonamos”. Este 24 de Marzo: llenemos las plazas del país contra la impunidad, el acuerdo con el FMI y la guerra en Ucrania.


Federico Puy

Docente | Secretario de Prensa Ademys

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