La defensa de Rousseff presentó este jueves una acción ante el Supremo Tribunal Federal para suspender los efectos del impeachment y su destitución.
Jueves 1ro de septiembre de 2016 16:42
La apelación ante la justicia, presentada por la defensa de Dilma Rousseff este jueves, tiene el objetivo de anular los efectos del impeachment y su destitución. Esta medida había sido adelantada por el PT, mostrando que su apuesta para “resistir” el golpe sigue siendo por la vía institucional y no mediante la movilización en las calles. Al igual que durante el proceso de impeachment, cuando Lula en persona habló infructuosamente con diputados y senadores para intentar que cambien su voto, una vez consumado el golpe la dirección del PT sigue apostando por la vía de la negociación, ahora la judicial.
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La apelación presentada por el abogado de Rousseff, José Eduardo Cardozo, ante el Supremo Tribunal Federal (STF) se basa en que los representantes de sus acusadores realizaron cambios a sus argumentos que violaban el derecho al debido proceso, cuando dijeron que la presidenta debía también ser juzgada por la crisis económica y por el enorme escándalo de corrupción que se vive en Brasil. Cardozo solicitó además al máximo tribunal que modifique la ley de presupuesto de 1950, según la cual los acusadores de Rousseff basaron los cargos por incumplir las normas de presupuesto.
En el caso, poco probable, de que el STF apruebe la solicitud de Cardozo, Temer volvería a ser presidente interino mientras se repite el proceso en el Senado.
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El PT espera una suspensión del juzgamiento definitivo. Llama la atención como, una vez más, el PT apuesta a los miembros del máximo tribunal, que no fueron electos por el pueblo, y que mostraron en repetidas ocasiones que interpretan la constitución a su parecer, según sus voluntades políticas para dirimir la crisis.
La demanda queda ahora en manos del magistrado Teori Zavascki, quien no tiene un plazo legal para pronunciarse y deberá decidir si esa acción puede ser admitida. De ser así entonces será elevada al pleno de la Corte Suprema, cuyo presidente, Ricardo Lewandowski, dirigió la etapa final del juicio contra Rousseff, como garante constitucional del proceso.
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La confianza ciega que muestra la dirección del PT por un poder judicial que se ha mostrado del lado de los golpistas, se complementa con el silencio sepulcral de la Central Única de Trabajadores (CUT) frente a los ataques anunciados por el gobierno de Temer. Los mismos ajustes que el gobierno del PT había comenzado y que ahora Temer busca llevar a cabo y profundizar. Así como los ataques del PT fueron los que, en última instancia, le abrieron el camino a la derecha, la via institucional con la que vienen pretendiendo enfrentar el impeachment no solo se demuestra ineficaz, sino que desarma a los trabajadores y el pueblo, al tiempo que fortalece la confianza en esas mismas instituciones corrompidas hasta la médula.
El hecho de que los protagonistas de la “resistencia” sean los abogados de Dilma y no la CUT, muestra como la orientación del PT es expresar su bronca contra la derecha golpista pero, al mismo tiempo, seguir mostrándose como responsable para la administración del estado (capitalista). Esta ubicación no la podría mantener si llamara a una resistencia generalizada en las calles que desate una lucha resuelta contra los golpistas y contra los nuevos ataques, así también como aquellos que fueron iniciados por el propio PT.
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Redacción
Redacción central La Izquierda Diario