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Red Internacional
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Golpismo en Perú. Dina Boluarte descalifica el probable inicio de nuevas movilizaciones contra su gobierno

Dina Boluarte, la presidenta golpista, responsable política de los casi 70 muertos que dejo la brutal represión policial-militar contra el último levantamiento popular iniciado en diciembre del 2022, hoy ha salido a descalificar y amenazar a los sectores sociales que vendrían organizando nuevas luchas contra su gestión, la cual está marcada por el continuismo económico, la corrupción y la violación a los derechos humanos.

Jueves 15 de junio de 2023

El pasado miércoles 14 de junio, la presidenta Dina Boluarte, quien tiene las manos manchadas de sangre a raíz de la criminal represión policial-militar que dejo casi 70 muertos civiles en las jornadas de lucha que repudiaban su asunción presidencial y el golpe parlamentario, ahora ha salido a declarar muy suelta de huesos responsabilizando y amenazando a los manifestantes quienes estarían preparando nuevas acciones de protesta contra su ilegítimo gobierno.

En ese entender, Boluarte, cuando se encontraba en la región norteña de Piura, dijo ante los medios de prensa: "Llamo a estas personas que nuevamente están anunciando la ’tercera toma de Lima’ o la ’nueva toma del Perú’, ¿cuántas muertes más quieren por el amor de Dios, acaso no les duele en el alma haber perdido a más de 60 personas en estas manifestaciones violentas? Ninguna de esas muertes la ha provocado ni la ha buscado el Gobierno".

Olvida Boluarte que la razón principal que llevo a miles de peruanos y peruanas a movilizarse, sobre todo en las regiones más pobres del país, fue el golpe parlamentario promovido por la derecha y por los sectores empresariales contra el expresidente Pedro Castillo el pasado 07 de diciembre del 2022. Recordemos que Castillo, a pesar de sus enormes límites reformistas y su política de conciliación de clases para con los sectores burgueses nacionales y extranjeros, era visto por los sectores populares que lo votaron en las últimas elecciones, como su presidente.

Boluarte también olvida que fue ella, junto a su premier Alberto Otárola, quienes dieron la orden a las fuerzas armadas y policiales, como bien lo han refrendado investigaciones periodísticas y las declaraciones de los mismos mandos militares, para que se lleve adelante la brutal represión militar-policial que, como ya vimos, costó la vida de más de 70 civiles y dejo muchos detenidos arbitrariamente y miles de heridos, quienes hasta ahora se encuentran olvidados por el estado y con severas lesiones que afectan sus actividades cotidianas y su sustento económico.

Es por esa razón que el pasado 03 de mayo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), hizo público en su informe que las fuerzas represivas del estado peruano actuaron de manera extrajudicial cuando asesinaron violentamente a quienes participaron de manera directa e indirecta en el levantamiento popular. Este informe, que involucra a la presidenta Boluarte, ya que ella fue la que dio las órdenes a las fuerzas represivas para que actúen como lo hicieron contra la población desarmada, se sostiene, entre otras cosas, en los sucesos ocurridos en las regiones de Ayacucho y Puno, donde la CIDH habla de que allí habría ocurrido una masacre contra los manifestantes.

En otro momento de su intervención en el norte peruano, Boluarte dijo: "¿A quién benefician esas muertes? Eran aquellos que pedían mi renuncia y ahora mismo no satisfechos con que yo no haya renunciado, siguen buscando y quieren utilizar a la población peruana para seguir generando zozobra, violencia, caos, crisis, ¿a dónde más vamos a llegar? Y están en Europa con esa narrativa falsa hablando contra el Perú, ¿acaso eso no se puede calificar como traición a la patria?".

Completamente alejada de la realidad, la presidenta golpista que hoy gobierna sostenida en los sectores más reaccionarios y ultraderechistas de la política peruana, como es el caso del fujimorismo que se ha convertido en su principal aliado, dijo que su gobierno “está trabajando sin robar al pueblo, es respetuoso con las instituciones y la Constitución y no les van a dar el gusto a los que les acusan de ser un Gobierno cívico-militar", pidió también que la “ayuden a que miren a un Perú que está saliendo de las cenizas como el ave fénix y quiere volar con alas frondosas como un país desarrollado".

Esto colisiona frontalmente con la realidad, ya que su gestión, no solo es repudiada por más del 80% de peruanos, quienes también rechazan masivamente al Congreso de la República, que es una de las principales instituciones en las que se sostiene Boluarte para mantenerse en el ejecutivo (la otra es el ejército). Este repudio tiene que ver con la forma como llego Boluarte a la presidencia, en su estrecho vínculo a los denominados políticos tradicionales y a que, a la fecha, no solo ha mantenido incólumes los pilares del modelo neoliberal, sino que también pretende profundizar las medidas de ajuste contra el pueblo trabajador.

Esto último ha quedado demostrado concretamente en la forma como ha respondido el ejecutivo y el estado en su conjunto, a la proliferación del dengue, sobre todo en la zona norte del país, donde las cifras son alarmantes. Acá, una vez más, el sistema público de salud, desfinanciado y en crisis a raíz de las políticas de ajuste neoliberal, ha mostrado sus límites, mientras que las farmacias y clínicas privadas, amparadas en la constitución de 1993 que prioriza las ganancias de los grandes empresarios antes que la vida del pueblo, buscan sacar el máximo provecho elevando los precios de productos como el suero y otros que hoy hacen la diferencia entre quienes viven y quienes mueren. Y todo esto ocurre con la venia de la presidenta nacida del golpe parlamentario del 7 diciembre.
Por ello es importante retomar la lucha contra este gobierno asesino y neoliberal que gobierna sostenido en las fuerzas represivas, los grandes empresarios y los sectores más derechistas del espectro político.

Para eso es importante apelar a la auto organización obrera, campesina y popular. En ese entender, nos parece importante que, desde las bases, se impulse la realización de un gran encuentro nacional, obrero, campesino y popular donde participen delegadas y delegados elegidos por sus bases y que en este espacio se discuta y se apruebe un plan de lucha para enfrentar y derrotar a este gobierno asesino y poder imponer así desde la movilización y la auto organización obrera y popular, una Asamblea Constituyente Libre y Soberana que nos permita acabar con el nefasto régimen del 93 y abrir las puertas hacia un gobierno de las y los trabajadores.