En la última sesión de la Cámara baja bonaerense, el Presidente de la Comisión de Seguridad y mano derecha de Cristian Ritondo, Matías Ranzini defendió la represión a los trabajadores del Astillero Río Santiago. Además acusó a trabajadores y militantes de izquierda de “querer tomar la Casa de Gobierno”.
Viernes 7 de septiembre de 2018 15:45
En el marco del ataque que está realizando el gobierno de Cambiemos al Astillero Río Santiago, ayer jueves se vivió una tensa sesión en la Cámara de Diputados Bonaerense cuando se trató un proyecto de Declaración impulsado por Susana González (Unidad Ciudadana) de rechazo a las acusaciones realizadas por María Eugenia Vidal sobre los trabajadores del astillero y un proyecto de Resolución de Guillermo Kane (Frente de Izquierda) solicitando la concurrencia del Ministro de Seguridad, Cristian Ritondo al recinto para que dé explicaciones sobre la represión del martes 21 de agosto.
Recordemos que fue el propio Presidente Mauricio Macri el que señaló que “habría que dinamitar el Astillero” y que la gobernadora, María Eugenia Vidal no solo justificó la represión sino que aseguró que el reclamo de los trabajadores por la reactivación del Astillero Río Santiago y la defensa de los puestos de trabajo “es falso”.
Sin embargo, falsas son las palabras de Vidal negando un ataque a los trabajadores ya que esta semana volvió a violar el Convenio Colectivo de Trabajo con masivos descuentos en el rubro productividad y vacaciones, pese a haber un fallo judicial que la obligaba a devolver el premio a la eficiencia ya descontado.
Garrote, garrote, garrote
Durante el debate en la Legislatura bonaerense, el diputado Matías Ranzini (Cambiemos), defendió y justificó la salvaje represión y las detenciones arbitrarias de manifestantes realizadas por efectivos policiales vestidos de civil. “Actuamos con la ley en la mano”, afirmó en medio de insultos opositores.
Lo que realmente oculta Ranzini es la brutal represión que tuvo como saldo cuatro trabajadores detenidos y golpeados en el calabozo de la Comisaría Primera de La Plata, cuyos oficiales están denunciados por apremios ilegales.
Pero la defensa del operativo policial de Ritondo y Vidal no quedó allí. En una actitud policíaca, Ranzini señaló que los trabajadores “quisieron tomar la Gobernación de la Provincia” y aseguró que fue “un acto de vandalismo dirigido intencionalmente por algunos sectores políticos” ya que “seguramente no eran trabajadores los que se estaban manifestado si no que eran unos vivos que llevaban camperas vistosas con la leyenda de Ensenada”.
Como si sus argumentos macartistas y descalificadores hacia los trabajadores del Astillero y organizaciones de izquierda fueran poco, Ranzini también atacó al movimiento estudiantil diciendo que “hay estudiantes que van a estudiar (y fueron los `perjudicados´ por la manifestación) y otros que van a la Universidad a financiar partidos de izquierda a través de una fotocopiadora”.
Además, para justificar la represión de su gobierno y mostrar que no son lo “únicos” en utilizar este método, desplegó una fotografía de José Montes, trabajador del Astillero y dirigente del PTS-FIT, reprimido el 23 de octubre 2014 bajo el gobierno kirchnerista en la Panamericana durante el conflicto de la multinacional Lear. En este tema se ve que las grietas se achican y cuando de reclamos y manifestaciones obreras se trata, tanto peronistas como cambiemitas recurren a las fuerzas de seguridad.
Tantas similitudes en el accionar represivo le dieron la oportunidad al diputado Ranzini de echarle en cara a los legisladores de Unidad Ciudadana-Frente Para la Victoria, que “acá el único que tenía la gorra era el General Milani”.
El pollo de Ritondo
Matías Ranzini actualmente es un legislador de la Segunda Sección Electoral que responde directamente al Ministro de Seguridad Cristian Ritondo.
Anteriormente se desempeñó como subsecretario de Asuntos Institucionales del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, por lo que todos lo describen como un hombre muy cercano a Ritondo. Y aseguran que el Ministro fue el principal impulsor para que su “hombre de confianza” asuma la presidencia de la comisión en la Cámara baja.