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Red Internacional
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Estados Unidos. Discriminación sexista en el importante torneo de básquet universitario

El March Madness (Locura de Marzo) es la fase final de los torneos universitarios del básquet estadounidense, evento multitudinario que quedó en el ojo de la tormenta por hechos de discriminación.

Viernes 26 de marzo de 2021 21:12

Jugadoras de Oregon Ducks, plantel que integra Sedona Prince, durante un partido de la temporada en Agosto de 2020. Esta semana la basquetbolista denunció trato discriminatorio de la NCAA.

Sedona Prince, basquetbolista de la Universidad de Oregon, dejó en evidencia las desigualdades de trato existentes para hombres y mujeres por parte de la National Collegiate Athletic Association (NCAA). La jugadora publicó un video en sus cuentas de TikTok y Twitter, donde se ven las grandes diferencias en los gimnasios de unos y de otras. Mientras que los hombres tenían a disposición equipamiento de última generación, las mujeres debían conformarse con algunas mancuernas y colchonetas.

Las repercusiones en redes sociales fueron instantáneas. Sabrina Ionescu, figura de la WNBA posteó en su cuenta de Twitter: “Sala de pesas para las mujeres y sala de pesas para los hombres… pensé que esto era una broma. ¿Qué es esto? A todas las mujeres que disputan el March Madness, ¡no dejéis de luchar!”. Stephen Curry, una de las máximas estrellas de la NBA, no se quedó ajeno. El base también se expresó con un tweet: “¡WOW! ¡Por favor NCAA! Todos ustedes están totalmente equivocados”. Ellos no fueron los únicos, muchas otras figuras del básquet de Estados Unidos ayudaron para que el tema tomara conocimiento mundial. Ante este contexto, la NCAA salió a dar explicaciones, tarde y mal.

En un primer comunicado la organización se excusó en la falta de espacio de las instalaciones disponibles en San Antonio, ciudad donde se realiza el torneo. Un informe de Chantel Jennings (periodista de The Athletic) detalló las diferencias. Las mujeres tenían a disposición dos bicicletas estáticas, una cinta de correr, diez esterillas, dos juegos de mancuernas y cinco bancos ajustables. Por su parte los hombres tienen a disposición 12 pistas de entrenamientos y 6 salas de pesas. Las críticas se potenciaron luego de que salieran a la luz más diferencias. La indumentaria y la comida tampoco eran equitativas para hombres y mujeres. Ante la creciente indignación Dan Gavitt, vicepresidente de baloncesto de la NCAA, no tuvo más remedio que asumir la responsabilidad. “Pido disculpas a las estudiantes atletas de baloncesto femenino, a los entrenadores, al comité de baloncesto femenino por dejar caer la pelota. Lo arreglaremos lo antes posible”.

Sedona Prince junto a una de sus compañeras de equipo.
Sedona Prince junto a una de sus compañeras de equipo.

En Estados Unidos existe la ley federal Title IX, aprobada en 1972, que prohíbe la discriminación basada en el sexo en cualquier escuela o programa educativo. Con el incumplimiento de esta ley, la NCAA ha quedado expuesta. Más allá de este último caso de discriminación sexista, aun no se ha saldado el debate sobre una institución que factura millones de dólares a través de contratos televisivos y publicitarios, y a su vez mantiene a los jóvenes atletas universitarios en el amateurismo.

Tras la suspensión histórica por la pandemia en 2020 y a pesar de los marcados hechos de discriminación, la pelota naranja volvió a picar en el March Madness. Los mejores equipos universitarios de Estados Unidos buscan clasificarse para el Final Four, la instancia donde se definirán los campeones. Mientras las mujeres compiten en San Antonio, los hombres hacen lo propio en Indianápolis. Todos con el mismo sueño, pero con distintas condiciones.

Nota publicada originalmente en el sitio Globalonet