Mientras a escasos metros se encontraba un retén de militares y policías, la docente fue herida de bala a las afueras del estacionamiento de la facultad.
Viernes 23 de febrero de 2018

Los hechos se registraron el día de ayer por la noche a las afueras de la entrada de la FES-A que colinda con la plaza comercial. Cuando la docente, María Luisa, de la carrera de economía, salía en su carro del estacionamiento, fue alcanzada por un sujeto que disparó un arma de fuego contra ella, en lo que aparenta ser un intento de robo. La detonación provocó que la víctima perdiera el control del vehículo y su posterior colisión con un puente. Según los testigos después de que el agresor detonó el arma, huyó del lugar con dirección a la avenida las Américas.
De igual manera se denunció que a unos cuantos metros del acontecimiento se encontraba un retén de militares y policías, quienes tardaron en reaccionar e implementar las medidas adecuadas. Al lugar acudieron paramédicos que trasladaron a la profesora al hospital de Lomas Verdes, la respuesta fue un despliegue exorbitante y sin sentido de patrullas municipales y militares, en los alrededores de la FES.
Violencia y militarización
A raíz de este suceso, se abrieron discusiones en la comunidad estudiantil de la FES cuya dirección ha planteado como solución más policía. Como Agrupación Juvenil Anticapitalista queremos debatir esta posición.
A nivel nacional nos encontramos ante un contexto en el que la violencia e inseguridad incrementan. Producto de la descomposición que generan las condiciones estructurales y políticas de este sistema, este fenómeno no apunta a detenerse, hay cada vez un mayor índice de pobreza, desocupación, empleos marginados y carestía de la vida.
La crisis económica y de valores sociales no tiene punto de retorno. Tampoco la crisis de los que dirigen, su trampa electoral se desacredita cada vez más y han llegado a duras medidas basadas en la represión policial y militar, para imponernos sus condiciones y acallar el descontento social por la fuerza.
Miles de personas se encuentran sin condiciones óptimas que les permitan tener una vida digna, sin acceso a la educación y sin un trabajo digno. El contexto en el que nos desenvolvemos no surge de la nada, sino que encuentra sus raíces en las contradicciones del sistema.
Ahora bien, si se entiende que el problema no es superficial y que se encuentra mucho más a fondo. Es posible comprender que la solución no está en exigir “más seguridad” y con ello una mayor presencia de las fuerzas armadas y la policía en las calles, en nuestros barrios, pueblos, unidades y menos en nuestra universidad.
¿Quiénes son las fuerzas armadas y la policía? En los hechos y en todos sus niveles, son los responsables de una lista enorme de crímenes contra la clase trabajadora y pueblo pobre; violaciones de derechos humanos, violaciones, tortura, feminicidios, desapariciones y asesinatos en la supuesta guerra contra el narcotráfico.
Son los actores principales de una guerra contra al narcotráfico que no ha dejado más que una cifra bestial de asesinatos, son los responsables de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, de la desaparición de Marco Antonio estudiante de Prepa 8, y una serie de atrocidades más que día con día continúan sumándose. También son los que en múltiples ocasiones han demostrado tener vínculos directos con la delincuencia organizada y cárteles del narcotráfico. También son quienes nos criminalizan por el simple hecho de ser jóvenes y nos catean sin una orden judicial.
La situación en el país no es favorable, por el contrario, es alarmante pues ahora se agrava con la futura implementación aprobación de la controvertida Ley de Seguridad Interior que le daría luz verde a las fuerzas represivas del Estado para operar a su antojo, vislumbrando más violencia y sangre para el país. Así pretenden “legalizar” las acciones que ya vienen haciendo como la ocupación militar el día de hoy de una maquiladora, cuyos trabajadores están en pie de lucha.
El Estado de México es una de las entidades con más violencia. La policía es identificada por su asociación y actuar con la delincuencia organizada. Si vamos en la calle y vemos una patrulla tenemos miedo de que nos puedan desaparecer, golpear, asaltar, torturar y fabricar delitos. La solución para la violencia nunca será la policía, como juventud le apostamos a la educación y la cultura sin la permanente amenaza policial. Para eliminar esta amenaza tenemos que organizarnos y luchar por la eliminación de la militarización que poco a poco los gobiernos estatales y federal vienen desplegando por todo el país, uniéndonos con los trabajadores del campo y la ciudad, y con los vecinos de las colonias pobres, quienes son los que más sufren estos atropellos.
¡No queremos más policía!
Entonces, ¿se pide más policías para sentirnos más "seguros"? En concreto se está pidiendo que aquellos que perpetúan todo lo arriba mencionado, sean “los que nos cuiden” y es ahí donde yace la notable incongruencia.
Nada bueno podemos esperar de las estructuras políticas del Estado, cuya degeneración y corrupción son conocidas a nivel mundial, nada bueno podemos esperar de la policía, el ejército y la marina, cuando son ellos los que defienden a los poderosos de este país, para eso están, para reprimir a los que protestan y proteger a los gobernantes corruptos que saquean impunemente la nación sabiendo que no serán perseguidos, que no será extraditados como el caso de César Duarte hoy, y que, en caso de llegar a la cárcel, los cargos les serán reducidos y “olvidados” por los jueces y la PGR, como en el caso de Javier Duarte, que para eso están.
Como Agrupación Juvenil Anticapitalista hacemos el llamado a generar espacios de discusión independientes de las autoridades en los que trabajadores estudiantes y académicos puedan polemizar la problemática que hay y pensar en conjunto soluciones y propuestas no sólo para el ámbito estudiantil sino para acabar con las lacras que nos oprimen con sus fuerzas armadas, sus leyes y sus partidos.