Virales se hicieron las palabras del diputado Diego Schalper en un podcast, cuando expresó que la manera particular de correr de Naruto era “un baile de guerra”, y seguido de ello “Yo no soy experto en la materia, pero es una provocación del Naruto contra la autoridad, esa cosa tiene un simbolismo muy fuerte para un grupo de gente”. Para quienes conocen la serie será de perogrullo saber que no es un baile de guerra, pero ¿representaba realmente Naruto un peligro contra la autoridad?
Martes 4 de mayo de 2021
Si el animé Shingeki no Kyojin (Ataque a los Titanes, en español) fue el que le abrió la puerta del animé a millones de personas jóvenes y adultas, sobre todo desde 2017 hasta la actualidad, Naruto fue la serie que cumplió esa función sobre todo en los 2000’ y 2010’, abriendo de paso un interés a la cultura nipona para millones, dentro de las generaciones anteriores.
Aún con el impacto cultural que significó Naruto, que va mucho más allá de la particular forma de correr de sus personajes, y que también se puede ver en bastantes otras series de animación japonesa, los delirios de Schalper son el doble de errados, primero porque no existe tal cosa como “los narutos” que conforman soldados que atentan contra la autoridad, y segundo porque Naruto no era un personaje que declarase la guerra a la autoridad, es más bien todo lo contrario, y es lo que pasaremos a ver a continuación.
El sistema político en el mundo de Naruto
En el mapa de la serie Naruto podemos encontrar a 5 grandes naciones, cada una con una aldea principal en la cual se concentra el poder militar. Naruto vive en la Aldea de la Hoja, de la gran Nación del Fuego, y su sueño es ser Hogake… ¿Qué es un Hokage? Es la máxima autoridad militar en la Aldea de la Hoja. Las otras 4 naciones también tienen sus Kages respectivos con la misma función.
A medida que va avanzando la serie nos podría parecer que los Kages son en realidad la máxima autoridad o el máximo poder, pero la realidad es que la máxima autoridad en cada nación es un señor Feudal. Sí, estamos en presencia de una sociedad feudal cuyos actores principales a la vista son ninjas, el poderío militar. Sin embargo, existen también obreros de la construcción, como los constructores de puentes del inicio de la serie, cocineros, pequeños propietarios y mercaderes, o hay también aldeas altamente industrializadas como la “Aldea oculta entre la Lluvia”.
Es de notar, que quienes se desarrollan económicamente como ninjas, gozan de privilegios económicos que ese incipiente proletariado o el campesinado de la serie no tienen, quienes por lo general viven en condiciones de miseria o asolados por la pobreza. Además, la mayoría de los personajes que en la serie se dedican a ser ninjas son hijos e hijas de otros personajes ninja. Es una verdadera casta fundada en historias de odio y luchas entre clanes, genocidios, anexiones forzadas a otras pequeñas naciones oprimidas y, entre todo ello, las conmovedoras historias de cada uno de los personajes.
En otras palabras, si bien la serie se desarrolla principalmente en torno a lo militar, la máxima autoridad es el señor feudal de cada gran nación, quien solo puede llegar a ser señor feudal si es descendiente directo de la familia feudal, quienes concentran el poder económico de cada nación en base a una mezcla de relaciones feudales clásicas y el desarrollo de actividades más propias del capitalismo. El señor feudal es en la práctica, en esta serie, un monarca.
Para ser Kage, por su parte, hay que ser aprobado por el señor Feudal. El sueño de Naruto, como vemos, más que ir en contra de la autoridad, debe de tener la venia de la autoridad para cumplirse. Por detrás de una serie de “buenas personas” podemos llegar así a conclusiones más profundas sobre el argumento de la serie. Naruto quiere ser la máxima autoridad militar de la gran Nación del Fuego que es la gran vencedora de la última guerra entre potencias. Si hiciéramos un símil con la situación actual, guardando las diferencias, Naruto querría llegar a ser algo así como un presidente de Estados Unidos, quien está a su vez subordinado al gran empresariado imperialista de norteamérica. Ser Kage, es dirigir el poderío militar que va a defender con las vidas de aldeas enteras los intereses económicos de quienes se mantienen en el poder por la pura herencia.
Akatsuki: Criminales o revolucionarios
Sobre todo durante la primera parte de la serie, Akatsuki aparece como una banda de ninjas renegados de sus aldeas que escaparon para integrar una organización criminal, cada quién con fines más o menos ocultos y difíciles de entender.
Pero ya entrando en la segunda parte de la serie se revela el origen de la organización Akatsuki, remontado a La Guerra de las Tres Grandes Naciones: La Aldea de la Piedra, la Aldea de la Hoja y la Aldea de la Arena. Estas tres grandes naciones rodeaban a la Aldea Oculta entre la Lluvia, que como mencionamos anteriormente, es una aldea altamente industrializada, azotada por la polución y por la guerra a la que nunca habían entrado por decisión.
De aquí en adelante, el origen de Akatsuki se comprende desde el espiral de odio, dolor y venganza desatado por el ciclo bélico. Los tres fundadores de la organización eran jóvenes aún y buscaban terminar con la guerra, las fronteras y los ciclos de opresión de las grandes naciones a las pequeñas, sin tener que desatar guerras contra otros pueblos y asesinar a la población civil de las grandes potencias o de otras aldeas que llevaban años envueltas en guerras que no les pertenecían, y que sólo seguían fines para los Señores Feudales de las grandes naciones.
Así, Nagato, uno de los fundadores de la organización, retrataba el cuadro en el que se hallaban inmersos: “La guerra trae muerte, heridas y dolor a ambas partes. No hay nada más difícil de aceptar que la muerte de quienes amas. Así que crees que nunca pueden morir, especialmente aquellos que no conocen la guerra, como tu generación.”
En este arco, el denominado Asalto de Pain, problematiza no sólo la guerra desde una visión más crítica que no nos entrega mucho el resto de la serie, sino que también la paz. Hay una escena en particular, donde Pain, integrante de Akatsuki declara que “Su paz no es nada más que violencia contra nosotros”.
La paz, la rebelión y Akatsuki
Es de notar que justamente en la rebelión comenzada en octubre de 2019 en Chile, en lugar de encontrar vestimentas del personaje Naruto, nos encontrábamos con la típica vestimenta de Akatsuki, los trajes negros con nubes rojas, incluso entre la primera línea de autodefensa contra la policía.
Y es que este origen de Akatsuki es reivindicable a ojos de muchos y muchas por la razón de que su objetivo era acabar no solo con la guerra que asolaba su país, sino con un sistema de conjunto en todo el mundo. Tenía en sus orígenes un espíritu revolucionario y cuestionaba la paz en términos de que ésta sólo se sellaba con guerras que favorecían a algún bando (principalmente al poder económico encabezado por los señores feudales) por medio de la muerte de sus pueblos.
Sin ir más lejos, el Acuerdo Por la Paz, firmado el 15 de Noviembre de 2019 desde la UDI al Frente Amplio, sólo trajo el desvío de la lucha, la impunidad del gobierno y los represores, la estabilidad de Piñera y el régimen, y violencia contra miles y miles de personas que nos seguimos movilizando y fuimos objeto de torturas, mutilaciones, asesinato, prisiones políticas y la mantención de un sistema que está podrido de conjunto. Es, como lo expresa el fundador de Akatsuki, una paz que solo es violencia para nosotros y nosotras, mientras que es una verdadera paz para el gobierno, el gran empresariado, y personeros bizarros como el diputado Diego Schalper que salen al paso con delirios de derecha como este tomándose de tendencias de moda entre la juventud.
Si vamos a hablar de lucha contra la autoridad, hablemos del Akatsuki de Nagato, Yahiko y Konan, no del Naruto que, con todo lo noble que representa su personalidad y su espíritu de superación, su máxima aspiración seguía siendo, y es, volverse el jefe militar y de la represión, más que acabar con el ciclo de odio, violencia y opresión al que nos arrastran quienes tienen el poder.