El reclamo de las y los docentes del programa +ATR al Gobierno de Kicillof que decidió dejarlos en la calle, en medio de la crisis económica y social. De la ilusión al desencanto con un gobierno que prometió transformar la Provincia y profundizó la precarización laboral.
Viernes 22 de julio de 2022 16:14

"Yo voté a este Gobierno. Un descontento total, decían que no iban a ajustar a los trabajadores y es lo que están haciendo", dice una de las 22 mil docentes del programa +ATR, que el Gobierno de Kicillof acaba de dejar en la calle, antes de comenzar el receso de invierno. "Me desilusionó lo que voté", remata desde la carpa que montaron para visibilizar el reclamo, el pasado jueves frente a Gobernación.
Ella, cómo muchos de esos trabajadores y trabajadoras de la educación, depositó en 2019 sus expectativas en el Frente de Todos (FDT), luego de padecer varios años de ataques y medidas de ajuste por parte del anterior gobierno de Macri y Vidal. Pero rápidamente, y por responsabilidad del propio Gobierno del Frente de Todos, esa ilusión se fue transformando en desencanto.
Volvieron peores
Desde que Axel Kicillof asumió la gobernación en territorio bonaerense, los sectores económicos, empresarios, y dueños de las tierras de la Provincia, que se beneficiaron ampliamente con el macrismo, siguieron garantizando sus negocios con el FDT, en un contexto de mayor crisis económica y social.
Haciendo un rápido repaso de su gestión, entre las primeras medidas del gobierno bonaerense estuvo el pago millonario y en dólares de la ilegítima deuda que tomó Vidal. Sin cuestionar el origen de esa deuda, que no se destinó a inversión social, sino que por el contrario hundió aún más las finanzas de la Provincia, el gobernador acató la imposición de los bonistas y convalidó esa estafa, demostrando en ese mismo acto qué intereses iba a defender su gobierno.
En la misma sintonía, meses después Kicillof respaldó el acuerdo con el FMI y envió a la Legislatura un presupuesto que profundizó esta orientación de ajuste. Autorizó un nuevo endeudamiento en la Provincia, no solamente en dólares y en pesos, sino también en bonos del Tesoro de la Deuda, es decir los fondos de las y los jubilados. Definió una pauta salarial muy por debajo de la inflación para las y los estatales, y solamente contempló puestos en planta permanente para las fuerzas de seguridad, mientras que para las y los trabajadores de la educación ofreció puestos de trabajo precarios, sin derechos, como los más de 20 mil docentes ATR que hoy dejó en la calle.
Además de gobernar la Provincia con un presupuesto a la medida del FMI, a la gestión de Kicillof no le tembló el pulso para avanzar contra los derechos de los trabajadores bonaerenses. Como la reforma laboral de hecho que impuso contra las y los estatales, ampliando la carga horaria a un régimen de 40 hs, contra la conquista histórica de las 30 hs en ese sector. Todo esto con la complicidad inocultable de los gremios UPCN y ATE. Intentó avanzar también con un plan privatista en el Astillero Río Santiago, pero recibió un contundente rechazo de los obreros. Y actualmente, busca imponer un plan similar en el Instituto Biológico, uno de los emblemas de la salud pública en la Provincia, atentando contra las condiciones de sus trabajadores, para favorecer el negocio de los laboratorios.
Y, frente al enorme problema habitacional que mantiene a 2 millones de familias bonaerenses sin acceder a una vivienda digna, el gobierno de Kicillof y su ministro Berni llevarán para siempre la marca de las topadoras, que pasaron por encima de las casillas de las familias sin techo en Guernica, para asegurar que un puñado de empresarios pueda construir allí sus canchas de golf. Esas mismas familias se mantuvieron organizadas por el derecho a la vivienda, y lograron arrancarle a Kicillof y a su ministro Andrés “el cuervo” Larroque el compromiso público y la firma de actas de lotes con servicios para construir sus viviendas, que dos años después aún siguen esperando.
De la ilusión al desencanto
La realidad de los docentes ATR hoy, despedidos por Kicillof en medio de una crisis económica y social cada vez mayor, es la conclusión de esa política de ajuste que se extiende en toda la Provincia, donde las y los trabajadores, jóvenes y familias empobrecidas son los más castigados.
La contracara a esta realidad, es la organización que se da desde abajo, entre esos sectores atacados por las políticas del Gobierno, cómo las y los docentes que exigen trabajo en planta funcional con plenos derechos. En cada una de esas peleas está el Frente de Izquierda, que junto a Nicolás del Caño propone enfrentar el ajuste y el FMI, empezando por desconocer la deuda y destinar ese dinero a salud, educación, trabajo y vivienda. Una política completamente diferente a la que ya vimos con Vidal y que venimos viendo con Kicillof, una salida a la crisis en defensa de los intereses de las mayorías.
“Están llevando adelante el ajuste que reclamaba el macrismo”, remarca con justeza una de las docentes ATR, y en esa afirmación se resume la experiencia política que miles de trabajadores bonaerenses vienen haciendo con el Gobierno del Frente de Todos, pasando de la ilusión al desencanto. Es tiempo de transformar ese desencanto en organización, para pelear por cada derecho que a pedido del FMI el gobierno pretende arrancar.