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Red Internacional
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OPINIÓN. Docente de Jujuy: "Hace tres meses que no cobro mi sueldo"

Soy maestra suplente. Hace tres meses que no cobro mi sueldo. Como soy provisoria, vivo con la angustia de no saber si continúo o no en el cargo. Sin salario y sin estabilidad laboral: dos frentes que oprimen y desestabilizan mi integridad física y emocional, más cuando tenes hijos como es mi caso.

Viernes 23 de junio de 2017

Maestra de la Escuela 100, este año ingresé a la docencia en el Estado, una de las 1500 docentes que todavía no cobró el sueldo desde el mes de marzo. Como nunca me alcanzó el sueldo de un cargo, trabajé 15 años como maestra de colegio privado doble turno, doble jornada laboral, terminando rota, por la dinámica del mismo.

Después de largos años de intentos y de cursos pagos para tener puntaje, pude acceder a un cargo como reemplazante ya que mi orden de mérito no bastó para que Junta Calificadora me dé la titularidad que me corresponde; pretendían que renuncie al cargo que mantuve como docente en el privado a contra turno, porque según dichos de la Ministra Calsina, "UN DOCENTE = UN CARGO".

Aspecto que sería necesario garantizar, si los salarios estuviesen acordes a lo que cuesta vivir, pero no es así. La mayoría de las docentes tenemos más de un cargo o tenemos más de un trabajo, además del trabajo doméstico. Así comenzó la odisea de poder entrar a un sistema que me excluye en forma sistemática y discriminatoria.

Vivir en estos días es una inestabilidad constante ya que mi período de trabajo se renueva cada mes, por lo tanto no solo no puedo seguir proyectos pedagógicos sostenidos en el tiempo, sino también es la angustia de no saber qué pasará conmigo cuando termine mi reemplazo. Es como vivir una agonía incesante por múltiples causas que determinan, hoy, el ritmo de mi vida.

Una hija en la Universidad a quien ayudar económicamente y pagarle los estudios, debo vivir y garantizar mi transporte viajar ir desde mi casa en Palpalá a mi trabajo en San Salvador. Hace más de 4 meses que no puedo contribuir económicamente con la crianza de mi hijo más chico (que vive con su padre). La desesperación se potencia cuando comienzan a faltar las cosas esenciales, como los alimentos.

Vivo trabajando y sobrevivo sin salario

¡Sobrevivo! Con un sueldo (del privado) que no supera la línea de la pobreza, pagando solo las cuentas esenciales y priorizando pagar deudas “más urgentes” y de las otras, no desentenderme, pero resignarme a no pagarlas, a sabiendas que pronto recibiré una carta documento intimatoria para pagarlas, o bien tener que evitar contestar llamadas por falta de pago de tal o cual cosa. Y ni hablar de ver cómo la comida se termina y tengo que esperar a la “merienda de la escuela” para zafar el día (si no fuera por la mano amiga o la ayuda de mi madre, quizá otra sería mi historia).

Reniego de la naturalización con la que me contestan los portavoces del estado y de quienes nos gobiernan que imponen condiciones naturalizadas como “los tres meses” que tenemos que esperar para cobrar, adoctrinándonos a la espera y manipulación de la desidia y decadencia del sistema administrativo del Estado provincial, y del gobierno que una vez más da la espalda a los docentes, que en su mayoría somos mujeres, y madres que sostenemos hogares. Ver cómo los meses pasan y saber que no soy la única docente que está en esta situación, duele... y mucho.

Da bronca e impotencia saber que una elige esta profesión, porque realmente amo lo que hago, y sin embargo no solo somos mal remuneradas, sino que también tenemos que esperar un montón tiempo para que nos paguen. Me pregunto si los funcionarios del gobierno de Morales que deciden mantenernos en esta situación pueden vivir sin cobrar, y me da mucha bronca que sus sueldos, además, superan entre 6 a 10 veces el nuestro, como el de Isolda Calsina quien cobra $ 65.800 por mes.

Pienso en lo que vale mi vida en este sistema capitalista, en las falsas promesas de los políticos de los partidos de siempre-, y me indigna ver como los que tendrían que representar la voluntad del pueblo en los recintos, no sólo que se aumentan sus sueldos, sin ningún desparpajo, como los legisladores de Cambiemos, o del PJ, FpV, hasta el Frente Ciudadano de Cristina, cobrando más de $150.000 en el Congreso, sino que votan una por una las leyes de ajuste del macrismo, y de Morales en Jujuy, que después pesa sobre nuestras espaldas. Es una provocación que nos digan que plata no hay, mientras de manera exprés deciden autoaumentarse sus sueldos, o siguen subsidiando y otorgándole beneficios a los empresarios, del campo o del sector minero, por ejemplo con la quita de retenciones, o poniendo en garantía nuestros salarios, del fondo de coparticipación federal, para los negocios que el estado provincial hace con empresarios de China.

Solo me queda luchar en contra de este sistema que nos oprime y explota. Sé que esto no puede ser individual, si no que es importante la organización colectiva en cada lugar de trabajo, y en los sindicatos para que estén al servicio de nosotros, los trabajadores, promoviendo la unidad entre titulares y contratadas, entre los que están precarizados y en planta, para enfrentar el ajuste y pelear por nuestros derechos.

Qué hermoso sería si pudiese vivir de un solo cargo, de manera estable y con todos los derechos, y que mi salario parta de la canasta familiar. Viviendo de un solo cargo, se puede repartir el resto de los mismos entre las maestras que no tienen trabajo o hacen suplencias. Que además de las 4 hs estando al frente de mis alumnos, tenga dos reconocidas para formarme, de forma gratuita y que el resto pueda estar con mis hijos, pueda descansar y hacer lo que me gusta. No quiero vivir en agonía y menos morir en el intento. Nuestras vidas valen más que sus ganancias.