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Red Internacional
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San Nicolás. Docente en cuarentena: demagogia del Ministro y pluma de hierro

Desde La agrupación La Marrón Docente en San Nicolás dialogamos con diferentes compañeras sobre la continuidad pedagógica y el doble discurso en la vida cotidiana, para afuera es “hay que contener” a los estudiantes, pero el discurso para adentro es “tenes que presionarlos más”.

Ruth Karina Corvalán Docente - Delegada SUTEBA

Sábado 25 de abril de 2020 17:34

Esta semana se pudo ver en distintos grupos de WhatsApp de las escuelas un video, cuyos mayores difusores fueron los delegados de la Celeste en Suteba. Allí se escuchan las palabras del Ministro de Educación Nicolás Trotta diciendo que “estamos en un momento de aprender, no de evaluar”, que debemos ser los docentes los garantes del aprendizaje, y que “es más importante cuidarnos, por el momento, que aprender”. Exhorta a los estudiantes que se dediquen a leer y seguir estudiando, que cada escuela va a tener su estrategia. Continua afirmando: “El Consejo Federal que aglutina a todos los ministros está dando pautas y recomendaciones. No hay que atosigar. No hay que enviar tarea todo el día”. Minutos más tarde, las pautas y “recomendaciones” del Ministro comienzan a inundar los celulares, notificaciones de mail generando un gran malestar docente, pero también en las familias y los estudiantes que reciben tareas mientras la crisis se profundiza. Por eso queremos mostrar cual es la realidad cotidiana de las pautas y recomendaciones de las cuales el Ministro no habla.

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Alejandra, profesora de inglés: “Esto es terrible. Cada escuela pide reunión de acá, reunión de allá, cansadas. Nosotras le ponemos la mejor onda, pero estamos terminando a las 20 horas de una jornada que comienza a las 7.30. Estamos en Google Classroom y los chicos te mandan las cosas en la medida que pueden. Yo tengo familias de alumnos que tienen un solo celular en la casa y con suerte, el padre se va a trabajar, se lleva el celular y no le podemos decir ´Tienen que llamarme o tienen que mandarme las actividades a tal hora o tal día´. Hay que ponerse en el lugar del otro. Esa también es otra bajada a los directivos: después a las 22 horas te mandan que necesitan saber de qué manera se está trabajando, el informe de cada alumno, cuándo manda la actividad, cuándo la presentaron, qué problemas tiene. Encima tenemos que aguantar que nos traten mal de forma irrespetuosa. Claro que nos molestan las formas, porque nosotras hablamos bien, pero si nos piden un informe de siete cursos, de cada chico, que aún se siguen anotando, necesitamos tiempo. No decimos que no lo vamos a mandar. Hay chicos que no tienen cómo conectarse, y hay materias que en esos cuadernillos que mandan no están, ¿entonces para qué nos piden calificar?”

El tema de los bolsones alimentarios resulta otro aspecto dramático que atraviesa la realidad de docentes y alumnos: “Para darles la comida fui a dos escuelas y más de doce alimentos no les dan cada quince días. En secundaria les dan a las escuelas que tenían comedor y a los otros no. Yo ayudé a varios alumnos en lo que se puede, pero uno tampoco tiene, buscando algún comedor que esté dando, tampoco los estudiantes adultos reciben nada y nosotros no podemos ayudarlos económicamente, aunque le buscamos la vuelta. Todo esto hace que nos cueste seguir las noticias, terminamos rendidas a la noche. Siempre tuvimos mucho trabajo, pero nunca como ahora. Nosotras intercambiamos con las compañeras y estamos todas así. Somos personas y también nos pasan cosas...te dicen que lo importante es el vínculo, pero ¿qué vinculo podemos tener si no tienen los medios? Hacemos lo que podemos, pero te piden demasiado. Yo ahora tengo en mi casa el pizarrón que lo puse en el living. Los directivos nos hablan del “vinculo” y la frase después es: “¿ya mandaste el trabajito de la semana?” ¿En qué quedamos? Vivimos en reuniones virtuales, sábado y domingo buscando a los chicos, y nos matan igual. Nosotros vamos hacer los últimos en volver a los cursos porque es imposible en un curso pequeño guardar distancias. Nosotros también tenemos nuestros hijos y nietos.”

Queda claro que el discurso público del Ministro Trotta es uno, pero que las exigencias siguen siendo las mismas, los directivos deben continuar haciendo relevamientos y esto a su vez implica que se incremente el trabajo de las y los docentes, generando también un malestar en las familias y los estudiantes que se sienten presionados a cumplir con las actividades y trabajos.

Por su parte Laura, profesora de Lengua, nos comenta: “Te piden relevamientos en algunas escuelas, me parece bien y en otras no tanto, te piden el total de aprobados, el total de desaprobados y no se quien armó esas planillas, pero ¿cómo van a poner desaprobado? Los chicos vienen trabajando como pueden, sin ayuda muchas veces, a todos nos está costando esta realidad, no sé, no me parece tampoco el trato, nos apuran, para que apuremos a los chicos sobre que toda esta situación es complicada, porque hay familias que no tienen ni para comer y quieren que nosotras le agreguemos más presión todavía.”

María, profesora de Lengua, agrega: “nos piden reuniones mediante Zoom con directivos por áreas, por curso, por ciclo. En esta semana me solicitaron reunirme mínimo cuatro veces, de las cuales ninguna pude porque no tengo wifi y desde el celular no logro conectarme. Imagino el estrés y ansiedad que causa en docentes con más escuelas. Nos exigen que no dejemos de participar en los grupos de WhatsApp porque “es importante”, porqué es la manera en que queda registro de que “hacemos algo”, la manera de “controlar” que estamos mandando las actividades, aunque la mayoría de los chicos no respondan, no interactúen por ese medio porque están tan desorientados o más que nosotros. Las madres se ven obligadas a hacer de maestras en casa, sin remuneración alguna, se les recarga de trabajo, se les modifica sus horarios. Mientras desde la dirección me piden que “presione más a los alumnos” para que cumplan, que mande más actividades. A mí me parece todo muy invasivo.

En cuanto a la evaluación, María continua diciendo: “El ministro de educación concibe a la evaluación como un apéndice del aprendizaje, como algo separado, una instancia aparte. Esa forma de concebir la evaluación indica que el objetivo es para calificar, para acreditar y promover, no para aprender. No les interesa que los chicos aprendan, porque lo que se genera con todo esto es que esa pretendida continuidad pedagógica solo sea continuidad de actividades y deberes para verificar quien cumple y quien no, sin importar las terribles condiciones en la que se hallan la mayoría de los alumnos de la escuela pública.”

La nueva flexibilización encubierta en la cual se preparan los grandes empresarios para pasar en la industria a costa de despidos y suspensiones y los ritmos de trabajo no es ajena a los trabajadores en la salud y educación, la precariedad del sistema educativo profundizada por la falta de inversión de los distintos gobiernos de turno, afecta a nuestras vidas y nuestra salud. Las enfermedades más comunes están relacionadas con la afección de la salud mental como estrés, depresión, neurosis y una variedad de enfermedades percibidas como gastritis, ulceras. Sin embargo la aseguradora de riesgo de trabajo solo reconoce enfermedades laborales de la profesión docente a las afecciones de la voz (siempre y cuando los docentes estemos frete al aula) y la Hepatitis A, ni siquiera en el marco de una pandemia mundial está incorporado el COVID 19, lo que lleva a que muchos docentes no reconozcamos nuestro padecimiento como un problema ligado al ejercicio de la docencia, la precarización y los ritmos de trabajo, por lo tanto es necesario considerar como parte de nuestra lucha mejores condiciones de trabajo y nuestra salud.

Esta situación se suma a que miles de docentes no pudieron tomar horas en los actos públicos y no pueden llegar a la canasta familiar, otros docentes con el “trabajo en casa”, como sabemos este trabajo extra en horarios que no terminan ,es un trabajo no remunerado, trabajo gratis que el estado jamás reconoció como el de preparar clases, trabajos prácticos ,pero que sin duda hoy se intensifica. Por otro lado, somos los mismos docentes los que cubrimos los escasos recursos didácticos, pedagógicos y técnicos para enseñar (incluso con nuestro propio salario) para poder llevar adelante una clase. La poca ayuda pedagógica de especialistas en las escuelas (dado al recorte de los equipos de gabinete), las condiciones sociales y económicas de las familias de los estudiantes y la poca infraestructura es la causa de mayor exigencia de la tarea docente, si le sumamos que la mayoría son mujeres, el trabajo de su casa, sus hijos, sin duda los descanso son muy escasos.

Hoy vemos a enfermeras, médicos, trabajadoras y trabajadores como el Subte en primera línea por cuidar no solo su salud sino la de los pacientes y usuarios. Somos los trabajadores los más interesados en mejorar las condiciones en las que vivimos. Por eso se vuelve imprescindible organizarse desde cada escuela, con delegados que se pongan a la cabeza, independientes del gobierno, mediante Comisiones de Higiene y salubridad. Esto va de la mano a pelear por mayor presupuesto educativo en base al no pago de la deuda externa e impuesto a las grandes riquezas para que la crisis no la paguen los trabajadores y sus familias. Que la paguen los capitalistas.

Al Ministro y al Consejo Escolar no les preocupa la vida cotidiana de los docentes y los estudiantes. No les importa la llamada “brecha digital”. Muchos estudiantes no tienen acceso a Wi fi o no saben adjuntar un archivo a un email.
Lo único que importa para las autoridades es que los profesores sigamos poniéndoles el sello de calidad a los alumnos como los ganaderos marcan a las reses. Que sigan titulando y promocionando. En su visión lo único importante para la educación, en tanto que antesala de los departamentos de recursos humanos, es producir lo antes posible y al menor coste.

Si de verdad interesa la salud de los estudiantes, el gobierno provincial de Axel Kicillof y el gobierno nacional deberían implementar un salario de cuarentena de 30 mil para todos las familias y nuestros estudiantes en nocturna para pasar esta pandemia. Que manden bolsones nutritivos e insumos de prevención en salud para todos los estudiantes que necesiten y no para donde había comedores y solo los que estaban anotados desde el año pasado. Si CTERA y SUTEBA Conducción Celeste de verdad quieren ser solidarios, que dejen de aplaudir las resoluciones del Ministro y comiencen a convocar asambleas virtuales de delegados con mandato para enfrentar la pandemia y las consecuencias del peor virus, que es el sistema capitalista.

Queremos difundir estas voces para que los padres y nuestros estudiantes sepan cómo son nuestras condiciones de trabajo y para que luchemos unificados recreando la solidaridad entre quienes somos los únicos interesados en defender la escuela pública.