Mauro Segret, docente de una materia inicial de la carrera de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, defiende el genocidio de Estado en la universidad pública. La estudiante Agostina Moczydlover, quien cursa con el mismo, repudia los dichos y llama a la organización.
Viernes 18 de marzo de 2016
Mauro Segret es docente de “Teoría General del Estado”. Egresado de la Universidad Católica Argentina, empezó su carrera como profesor en 1976, cuando los concursos docentes en la universidad estaban cerrados, los cargos se elegían a dedo y había persecución ideológica por parte del estado genocida de la dictadura. En 1981 cursó en la Escuela Superior de la Fuerza Aérea Argentina. Fue jefe de campaña para el Partido Popular de la Restauración –Peronista de Derecha fundado y representado por ex carapintadas – actualmente ligado al massismo.
En las clases de Segret podemos encontrar una defensa abierta del fascismo: "En los 70 había una guerra", “No hubo 30.000 desaparecidos". Estos son algunos de sus dichos reivindicando a las fuerzas armadas y su actuar nefasto en ese momento de la historia. Segret no se ruboriza al defender la pena de muerte como “algo necesario en momentos de ebullición social”, habla a su clase de “culturas superiores e inferiores” y recuerda orgulloso, con lágrimas en los ojos, el actuar de la Alemania nazi en la segunda Guerra Mundial. Nuestra compañera Agostina Moczydlover repudió fuertemente sus declaraciones, generando una acalorada discusión en el curso.
Por deslegitimarlo ante la cursada, Segret atacó a Agostina Moczydlover como referente de la izquierda en la universidad. Este docente persiguió ideológicamente a nuestra compañera por ser mujer, de izquierda y con un apellido de origen judío.
Comentó entre risas como buscó humillar a una alumna militante trotskista exigiéndole que cante la Internacional comunista, con una actitud autoritaria ante el resto de los estudiantes.
El ataque de este facho está acompañado por una situación nacional en donde la derecha se envalentona y busca avanzar. Recordemos que a menos de un mes del nuevo gobierno, el Secretario de Cultura -Darío Lopérfido- negó la existencia de los 30.000 detenidos desaparecidos, declarando en un acto público que aquella cifra "se arregló en una mesa cerrada para conseguir subsidios".
A 40 años del golpe genocida, el PRO recibe con los abrazos abiertos al presidente Obama proveniente del país imperialista que impulso la oleada de dictaduras en América Latina y el plan Cóndor, con el cual se buscó exterminar a una generación de luchadores.
Sabemos que la universidad está alineada con la política del gobierno nacional. En la facultad Mónica Pinto –de la UCR- y el Centro de Estudiantes dirigido por la Franja Morada – agrupación radical- , quienes son abanderados del perdón a los milicos con las leyes de “Obediencia Debida” y “Punto Final”, permiten que docentes como Segret den clases con esta bajada de línea, promoviendo la impunidad.
Agostina Moczydlover militante de la juventud del PTS y del CeProDH declara: “No podemos tolerar una persona así en la Universidad Pública. En nuestra facultad de Derecho hay mas de 100 estudiantes desaparecidos, que fueron secuestrados y asesinados por el terrorismo estatal. A 40 años del golpe genocida no perdonamos, no olvidamos ni nos reconciliamos. En la Universidad Pública y en las calles peleamos todos los días contra la impunidad de ayer y de hoy, por las victimas de la triple A, por los 30.000 compañeros detenidos desaparecidos y por las victimas de gatillo fácil. Llamamos a la comunidad educativa y al Centro de Estudiantes a que repudie los dichos de Segret. Planteamos una Comisión Investigadora Independiente conformada por estudiantes, docentes, no docentes y organismos de DDHH que fortalezca la denuncia de decenas de estudiantes. Sabemos que existen registros en la universidad de denuncias de los estudiantes ante este tipo de discriminación y persecución. Exigimos la publicidad de los sumarios, esta información tiene que ser de público conocimiento. No vamos a tolerar actitudes que constituyan una violación a la más elemental libertad y pluralidad de tendencias ideológicas en la vida académica y política de la facultad. No vamos a dejar que la derecha levante cabeza en Derecho y en la Universidad Pública”.