Debate. Docentes: la agrupación “Azul y Blanca” cada vez más lejos de la Multicolor

"El Gobierno no se arrodilló frente a los buitres y forcejeó" declaró el diputado Juan Carlos Alderete, referente del PCR-CCC, partido que integra la agrupación docente Azul y Blanca, para expresar su apoyo al acuerdo oficial con los “bonistas” extranjeros.

Lo dijo apenas terminó de votar a favor de la ampliación del Presupuesto 2020, una ley que mantiene los números de ajuste del macrismo y donde los montos destinados a servicios de deuda ascienden a los 800 mil millones de pesos. Es decir, dos veces y media lo que se va a destinar a la Salud, en un momento crítico de la pandemia.

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Pero según afirma el dirigente del PCR-CCC, el gobierno forcejeó y no se arrodilló. Veamos. La realidad es que Fernández y Guzmán fueron entregando beneficios a los especuladores, que terminaron arrancándole a Argentina 17.000 millones de dólares más que en la oferta anterior de abril. Una suma que equivale a un año del (insuficiente) IFE para nueve millones de personas. En conclusión habría que decir que en la negociación el gobierno más bien “retrocedió en chancletas”. Con un antecedente así para las próximas negociaciones con el FMI, ¿intentarán hacerle una “pulseada china”?

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Apoyando así el pago de la deuda se avala una enorme concesión de soberanía a la oligarquía financiera que refuerza la dependencia de nuestro país, para que siga siendo una “colonia deudora”. Se cae la careta detrás de los discursos patrios y nacionalistas del PCR – Azul y Blanca, mostrando la farsa de la estrategia de hacerse el crítico desde adentro del gobierno.

En la última asamblea extraordinaria de SUTEBA La Matanza, Natalia Hernández, Secretaria de Mujer y Géneros y referente de la agrupación Marrón, no dejó pasar la actitud servil de los diputados del partido de la agrupación Azul y Blanca, que integran la Comisión Directiva del SUTEBA distrital, y señaló a los presentes que legitimando una deuda fraudulenta e ilegal y avalando un ajuste en el presupuesto, se alejan una vez más del programa fundacional de la Multicolor.

De los dos lados del mostrador

Esta integración y subordinación al oficialismo de la agrupación Azul y Blanca va en contra de la política de la lista Multicolor en las seccionales del SUTEBA. Se da la insostenible situación de ser parte del gobierno, la patronal del estado, mientras está en los sindicatos docentes, siendo parte de la oposición Multicolor, con la misma política que la agrupación oficialista Celeste, del burócrata Baradel.

Esto ya ha tenido consecuencias en el ámbito sindical. Por ejemplo, en la Asamblea Ordinaria de SUTEBA realizada en La Matanza a finales del 2019 la agrupación Azul y Blanca enfrentó a la Multicolor presentando una política gremial seccional firmada junto con la agrupación Celeste, lo que fue denunciado en un comunicado del Consejo Ejecutivo Seccional. Actualmente en SUTEBA Quilmes, donde encabezan la conducción, son reticentes a convocar asambleas y se vienen negando a movilizarse porque impulsar "un plan de lucha es hacerle el juego a la derecha" . No por nada vienen siendo acompañados en las votaciones por La Celeste de Baradel. Hace rato abandonaron las reuniones provinciales y acciones de coordinación con el resto de las seccionales recuperadas.

¿Hacen falta más evidencias? La agrupación Azul y Blanca rompió con el programa fundacional de la lista Multicolor, conformado en 2013 y ratificado en 2017, que fue el programa que votaron miles de docentes. Este programa expresa claramente ​que el sindicato es “independiente de los gobiernos y los partidos patronales”, así como de la conducción burocrática del gremio. Desde la agrupación Marrón abrimos el debate porque entendemos que hay que darlo de cara a toda la docencia que banca a la Multicolor y su programa. Seamos claros: “la Azul y Blanca ya es Celeste”.

Ante la integración de las centrales sindicales al gobierno nacional y los gobiernos provinciales, en medio de esta crisis sanitaria, económica y social, es clave defender la independencia respecto del Estado. Para luchar por la democracia sindical y la unidad de la clase trabajadora, junto con las luchas sociales, ambientales y por los derechos humanos, una enorme fuerza que imponga nuestra propia agenda en las calles.

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