Un documento revela cómo la intervención de Vidal desestimó pedidos de trabajo por U$s 330 millones en los últimos meses. Equivale a tres presupuestos anuales del ARS. Conozca a los responsables de la “improductividad”.

Lucho Aguilar @Lucho_Aguilar2
Domingo 4 de noviembre de 2018 01:39
Imagen Enfoque Rojo | Fotos María Paula Ávila
"Hace diez años que no hace un barco". "El nivel de producción es muy bajo". "Solamente el uno por ciento de sus ingresos lo recauda con las reparaciones que hace”. Las frases pertenecen a Hernán Lacunza, ministro de Economía bonaerense, pero fueron reproducidas por distintos medios oficialistas y en particular por el Grupo Clarín.
Pero los funcionarios, como reveló este diario, solo estaban siguiendo el “manual de guerra” que había armado minuciosamente la intervención para justificar el deseo de Macri de “dinamitar” el Astillero. Allí planteaban entre otras cosas la “construcción del enemigo. Estas acciones nos permiten crear el perfil de la mafia que queremos combatir y justificar las medidas que tomemos”.
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Con el informe en el programa de Lanata y otras campañas periodísticas intentaban mostrar que había 3000 personas que no querían trabajar y que la empresa era inviable.
Pero un documento al que pudo acceder La Izquierda Diario, en base a los análisis de ingenieros y técnicos del ARS, muestra cuál es la realidad. El rol que juega, como parte de la intervención de Daniel Capdevila, el Gerente Comercial, Abastecimiento y Energías Renovables, Germán Aramayo. Aunque no se lo ve nunca por su lugar de “trabajo”, a sus manos llegan casi todas las semanas pedidos de presupuesto o directamente de trabajo. O los empresarios navieros, locales y extranjeros, no vieron el informe de Lanata, o no lo creyeron mucho.
Para tener una idea, solo en los últimos 12 meses ingresaron 27 pedidos de presupuesto y obras, desde navales a metalmecánicas. Desde multinacionales como el Grupo Techint o Siemens Gamesa Brasil hasta la Armada de Bolivia y de Argentina. Desde construcciones nuevas hasta reparaciones y trabajo de alta complejidad para el área energética y metalmecánica. Estamos hablando de buques, lanchas, puentes viales, aerogeneradores, compuertas flotantes, mecanizado de piezas eólicas, entre otras tantas operaciones.
Lo primero que sorprende es la cantidad de dinero que implican. En el informe hay un total de 29 operaciones estimadas en 330 millones de dólares. 12.210 millones de pesos. 95 millones de dólares por oportunidades del exterior, 147 millones por clientes locales y 88 millones de la Armada (ARA).
Ese monto total es, preste atención, igual que tres partidas presupuestas anuales como las que la Provincia asigna al ARS (3.500 millones de pesos o 100 millones de dólares). Incluso más. O, para decirlo también gráficamente, equivale al valor de 6 barcos como los que se fabricaron para Venezuela (o 3 contratos de ese tipo).
Los pedidos de trabajo no cotizados significan 330 millones de dólares: lo mismo que tres partidas presupuestarias anuales como las que la Provincia asigna al ARS
Lo segundo, que la mayoría de ellas ni siquiera fueron cotizadas por la gerencia comercial. Siemens Gamesa Brasil pidió una cotización para una obra del rubro “energías renovables” el 9 de febrero de este año y todavía no fue cotizado. Lo mismo sucedió con trabajos para Eikontrade (Brasil), Secco, Ferrylineas y Polo Sucro Energético. Este último, para tener idea, era un buque de transporte de Etanol cuyo valor estimado es de 70 millones de dólares.
Hay algo sintomático: el 18/10 Eleprint solicitó un pedido para la modificación de un puente vial. Según el informe “el cliente solicitó ser visitado el 19/10/18. El ARS no se contactó”. En el caso de Siemens se informa sobre la “recepción de mail formal del cliente preguntando si hay algún inconveniente”. En el caso de Kalari, informa que “no se cotizó y el cliente solicitó reunión para retirar las embarcaciones”.
En total, 24 de los pedidos no fueron cotizados, más del 80 %. ¿Cómo podríamos definir la “productividad” de la gerencia comercial de la intervención?
Un tercer dato significativo es la diversidad de obras que los clientes encargan al Astillero, o sea a sus ingenieros, soldadores, mecánicos y toda la mano de obra calificada que entra todos los días a las 6 de la mañana al predio de Ensenada.
Se trata de 11 oportunidades para construcción de buques nuevos (buques tanqueros, petroleros y multipropósito, remolcadores, corbetas, lanchas), 8 oportunidades de reparaciones de otras embarcaciones, pero también 5 oportunidades metalmecánicas y la misma cantidad del rubro energía (piezas para unir autopistas, curvado de chapas, mecanizado de piezas eólicas, modificación de puentes, compuertas flotantes, reconversión de containers, etc).
¿Usted sabía que los obreros del Astillero son capaces de hacer todo ese tipo de obras, tan diversas, complejas y en muchos casos vitales para otras industrias?
¿No siente orgullo de esos hombres y mujeres, que además de su capacidad de luchar, son capaces de transformar esos materiales en objetos tan útiles para el funcionamiento de una industria, un parque energético, una ruta?
Un cuarto elemento es interesante: no solo se trata de clientes locales, ni solo “estatales”. El 30% son del exterior, desde grandes multinacionales hasta otros países. ¿No habrán leído el informe de la intervención que “detalla” todos los “males” que son capaces de hacer los obreros del Astillero? ¿O será que es increíble?
Un último detalle, también para tener en cuenta. Desde fines de julio, fecha en que se emitió el programa de Lanata bajo el título “#MirenDondeAjustar”, llegaron a la gerencia comercial del Astillero 7 (siete) pedidos de cotización por trabajos navales, de obras metalmecánicas y de energía.
Otra vez: ¿empresas que no habían visto la campaña de Vidal y el Grupo Clarín, o que prefieren que sus barcos los construyan o reparen esos 3000 obreros? Adivinó: ninguno de los trabajos fue cotizado.
Los datos son indiscutibles. Desmienten a María Eugenia Vidal, Hernán Lacunza y el interventor Capdevila. El gobierno está llevando adelante un intento de vaciamiento del Astillero, por eso rechaza los pedidos de trabajos, no compra insumos ni ordena trabajos, mientras despilfarra dinero en comprar lanchas usadas a otros países.
Por eso los gerentes ni aparecen por Ensenada. Son los únicos que no van a laburar y cobran sueldos de más de 100 mil pesos en la mayoría de los casos.
En ocasiones argumentan que “se está regularizando el tema legal para trabajar para el mercado interno”, lo cual no es totalmente cierto y en todo caso muestra la falta de voluntad o inoperancia de las autoridades. Pero además todo lo que es para el mercado externo no tiene ninguna excusa ni legal ni técnica.
El argumento "estuvimos en conflicto" no resiste ningún análisis y solo intenta esconder su política de vaciamiento. Como muestran los datos, los únicos que no quieren trabajar son los gerentes.
Los datos son indiscutibles. Confirman la denuncia obrera. El gobierno no solo no entrega los insumos para terminar el buque Eva Perón y cobrar el total de la obra a Venezuela, también boicotea la producción.
El Astillero es totalmente viable, pero los únicos que quieren un “Astillero productivo” son los hombres y mujeres que trabajan todos los días allí. No los CEO macristas, que solo buscan “construir el enemigo interno para justificar las medidas que tenemos”.
Aquí, el documento al que tuvo acceso La Izquierda Diario que detalla todos los trabajos que llegaron en los últimos meses, las fechas, montos y la actitud que tomó la gerencia comercial. Apretando "Listado de oportunidades" podrás verlo más grande.
Trabajos rechazados por el ... by on Scribd
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Lucho Aguilar
Nacido en Entre Ríos en 1975. Es periodista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2001. Editor general de la sección Mundo Obrero de La Izquierda Diario.