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Red Internacional
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VENEZUELA-INTERVENCIONISMO IMPERIALISTA. Donald Trump vuelve a presionar al Gobierno de Maduro

Estados Unidos continúa con la presión sobre Venezuela con una nueva declaración del Departamento de Estado, tratándose del tercer movimiento de Donald Trump sobre Venezuela en una semana.

Lunes 20 de febrero de 2017 00:57

En un comunicado del Departamento de Estado, EE.UU. pidió este sábado la liberación de las "más de 100" personas presas en Venezuela "por sus convicciones políticas", entre ellas Leopoldo López, quien cumple tres años en la cárcel. Trump ya exigió la libertad de López este miércoles tras reunirse con su esposa, Lilian Tintori, en la Casa Blanca, dos días después de que su Gobierno impusiera sanciones económicas al vicepresidente, Tareck El Aissami, por presunto narcotráfico.

El comunicado de este sábado, firmado por el portavoz interino del Departamento de Estado Mark Toner, es, por tanto, el tercer paso significativo del Gobierno Trump en solo una semana sobre su política hacia Venezuela. De acuerdo al comunicado de la Casa Blanca EE.UU. está "consternado" no solo por "los presos políticos" sino también por "otras acciones tomadas por el Gobierno de Venezuela "para criminalizar el disentimiento y negar a sus ciudadanos los beneficios de la democracia". Así, el Gobierno de EE.UU. llama "a la inmediata liberación de todos los presos de conciencia", pero también al "respeto del Estado de derecho", "la libertad de prensa", "la separación de los poderes constitucionales" y "la restauración de un proceso democrático que refleje la voluntad del pueblo de Venezuela", sin precisar más al respecto.

Durante la campaña electoral, Trump no dio pistas sobre su política hacia Venezuela, más allá de expresar referencias y de apoyo durante un acto durante su campaña electoral en Miami frente a partidarios de la oposición. Pero los movimientos de esta semana indican que el Gobierno de Trump está tomando una posición pública más dura con el gobierno de Maduro que el Gobierno de Obama. También es significativo que, en los últimos días, Trump haya hablado de la situación de Venezuela, por separado, con los presidentes de Perú, Colombia, Argentina y Panamá, según las informaciones oficiales sobre sus llamadas telefónicas.

Trump, a menos de tres semanas ha conversado con el presidente de Colombia y lo ha invitado a la Casa Blanca, ha hablado dos veces con el presidente de Argentina, y lo ha invitado también a la Casa Blanca, y lo ha hecho de la misma manera con el presidente de Perú y este domingo con el de Panamá. El vicepresidente Mike Pence también conversó con el presidente de Brasil, y uno de los temas de conversación fue la crisis de Venezuela, de acuerdo a los comunicados oficiales.

Durante sus audiencias de confirmación en enero, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, afirmaba con respecto a Venezuela que “Hay que seguir denunciando las prácticas antidemocráticas del gobierno de Maduro, pedir la liberación de los presos políticos, y hacer cumplir las sanciones contra los violadores de derechos humanos y narcotraficantes venezolanos”. Así como “Estamos totalmente de acuerdo en cuanto a la calamidad que ha caído sobre Venezuela, en gran medida producto de su incompetente y disfuncional gobierno, primero con Hugo Chávez, y ahora con el sucesor al que designó, Nicolás Maduro”.

Es de recordar que Tillerson ha sido durante los últimos diez años (2006-2016) director ejecutivo de la petrolera ExxonMobil, empresa con la cual el chavismo ha tenido los mayores enfrentamientos, que, tras disputas y litigios, decidió abandonar el país después de la nacionalización del sector petrolero en 2007.

La semana pasada, un grupo bipartidista de 34 legisladores envió una carta a Trump para pedir más presión sobre el Gobierno de Venezuela con la imposición inmediata de sanciones a funcionarios que "están beneficiándose con las violaciones de derechos humanos". Esa misiva fue el primero de una serie de movimientos que se han dado en Washington en las últimas dos semanas y que han devuelto protagonismo a la crisis venezolana en EE.UU., eclipsada durante el arranque de la Presidencia Trump por el choque con México a cuenta del muro fronterizo.

Maduro, que dijo en enero que Trump no podría ser "peor" que Obama y criticó la "campaña de odio" en contra del magnate, ha continuado con su política de no enfrentarse con Trump. Desde que el magnate llegara a la presidencia de Estados Unidos Maduro ha tenido una política de no confrontación con Trump, incluso buscándolo hacer pasar por un imperialista benevolente, política que se le ha venido abajo.

Este domingo, volvió a dirigirse a Trump diciéndole que "abra los ojos, no se deje maniatar y llevar a las políticas de cambio de régimen fracasadas contra Venezuela y América Latina de la vieja administración de George W. Bush y Barack Obama". Insistiendo que insistió en que a Trump "le están imponiendo todas las fracasadas e ilegales políticas de la era Obama y de la era Bush contra Venezuela" y que para ello "se están pagando millonarias sumas en dólares en pasillos y oficinas desde la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro".

Pero las políticas conciliadoras de Maduro con respecto a Trump no le han servido de nada, muy al contrario éste ha arremetido con más fuerza contra Venezuela. La política vergonzosa de Maduro con respecto a Trump se le desmoronó muy rápidamente, en el que buscaba hacerle creer al pueblo que podrían beneficiarse de la nueva administración de la Casa Blanca.