El secretario de gobierno de la CDMX entregó al congreso local el segundo informe de la administración de Sheinbaum, mismo que aún no es publicado para conocimiento de la ciudadanía.
Jueves 3 de septiembre de 2020
A dos años de gobierno en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum envió al Congreso local, por medio de su secretario de gobierno, Suárez del Real, el segundo informe de su administración. La comparecencia pública del informe está contemplada para el 17 de septiembre, en un formato aún por definir.
A partir de lo declarado a la prensa por Suárez del Real, el informe consta de seis grandes rubros: igualdad de derechos, cultura, sustentabilidad, movilidad, educación y seguridad. También aborda el desempeño del gobierno de la Ciudad frente a la pandemia.
Esperamos ansioses el informe, pero sabiendo lo que Sheinbaum ha declarado en innumerables ocasiones en relación a estos grandes rubros, y lo planteado por AMLO en su segundo informe presidencial, lo más probable es que nos falten las sonrisas.
Solo podremos abordar un par de ejes, debido a su relevancia. En el caso de la igualdad de derechos, que básicamente comprende el avance material de los grupos prioritarios (mujeres, lgbt, pobres urbanos, poblaciones indígenas y migrantes, juventud y niñez, adultos mayores y personas con discapacidad).
En este rubro, que ha contemplado principalmente de inclusión formal de algunos derechos en la legislación y un enorme despliegue de apoyos sociales, las condiciones de vida del conjunto de estos grupos no han mejorado de manera cualitativa.
El desempleo se ha incrementado por los despidos masivos, que el gobierno no prohibió. Las pequeñas y micro empresas, con menos posibilidad de enfrentar la crisis, siguieron la misma política que las grandes patronales, echar a cientos de miles de trabajadores a la calle antes de ver afectadas sus ganancias. Esto afectó principalmente a quienes ocupan los puestos más inestables y precarios en el empleo, que son, básicamente, todos los grupos antes señalados.
La violencia focalizada contra estas poblaciones ha aumentado, incrementando a 11 las mujeres asesinadas por día (hace dos años, cuando Sheinbaum tomó posesión, la cifra era de 9), los crímenes de odio también se han elevado, y el aumento de condenas y de la tipificación de delitos ha sido impotente frente a esta descomposición. Producto de esto es que las movilizaciones feministas contra la violencia se han mantenido en la capital, mismas que han contado con un fuerte despliegue policial como medida represiva, dejando ver la verdadera cara de su gobierno.
La permanencia del ejército en las calles y la profundización de la militarización que significó la Guardia Nacional, que ya tiene casi 100 mil elementos en las calles, han alentado que la violencia se incremente, como demuestran las múltiples denuncias de violaciones a derechos humanos contra elementos de los cuerpos represivos del Estado.
Esta política está lejos de ser repudiada por la administración de Sheinbaum, a pesar de haberse desmarcado de otros gobernadores en el manejo de la pandemia al no imponer una cuarentena obligatoria. Sin embargo, no implementó pruebas masivas para detectar y rastrear a las personas contagiadas, ni garantizó material sanitario de bioseguridad para personal de salud ni para el conjunto de los y las trabajadores esenciales que siguieron laborando; tampoco lo exigió a las empresas, exponiendo la vida de miles.
En particular en el sector público y donde la patronal es el gobierno, hubo cientos de casos de trabajadores víctimas del coronavirus en el sector salud, de limpia y del transporte público.
Frente al silencio que los informes oficiales presentan a dos años de gobierno de la 4T, es necesario plantear decididamente que las condiciones de precarización laboral, desempleo y pobreza, así como la violencia contra migrantes, mujeres y lgbt, se mantiene producto de una política que, en muchos aspectos, representa la continuidad de los sexenios anteriores a cargo del PRI y el PAN.
Tendremos que continuar en posteriores entregas lo relacionado a su política de movilidad, que ha significado nuevos mega proyectos y despojos, así como su política para el sector educativo y la respuesta frente a la pandemia y la implementación del modelo “híbrido” en el nivel básico.