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Red Internacional
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VIVIENDA. Dos nuevos suicidios por desahucio: otro crimen capitalista

En la madrugada de este lunes dos hermanas se suicidaban ante la amenaza de verse desahuciadas. La comitiva judicial, así como los responsables del Ayuntamiento de Barcelona y los Mossos d’Esquadra tenían orden de intentar la ejecución del desalojo del piso. No es un suicidio, es un crimen capitalista.

Martes 2 de julio de 2024

Dos hermanas residentes en Barcelona se quitaban la vida en la madrugada de este lunes, horas antes de ser desahuciadas en el barrio de San Andreu. No es el único caso de suicidio frente a la amenaza de un desahucio que se ha vivido en Catalunya en los últimos años. 2023 se acababa también con la noticia de que el Sindicat de Llogateres de Barcelona informaba que una vecina de Barcelona se había suicidado también por la amenaza de desahucio inminente.

Los Mossos d’Esquadra tenían que hacer el lunes el primer intento de ejecución por impago desde marzo del 2021, según consta en la denuncia del propietario. Según fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, indicaban que en ningún momento habían podido contactar con las inquilinas, pero que, aun así, "la intención de los profesionales era asistir esta mañana el desahucio".

De hecho, en la ciudad de Barcelona durante el año 2023, el primer año de Jaume Collboni en la alcaldía, hubo 1249 desahucios consumados, según datos del Consejo General del Poder Judicial. Casi 3’50 desahucios de media al día en la capital catalana. Y de ellos, la gran mayoría, 1076, fueron ejecutados por no poder pagar el alquiler.

Y todo esto, teniendo en cuenta que en 2024 todavía permanece la moratoria del gobierno de suspender algunos desahucios de alquiler e hipotecas. En caso contrario, las cifras continuarían siendo similares a 2019, año pre pandemia.

No obstante, con los hechos de esta madrugada, queda de manifiesto que la supuesta prohibición de los desahucios a familias vulnerables se queda en muchos casos en un simple relato, que en el peor de los casos acaba en una desgracia capitalista sin retorno.

En este sentido, Álex Cisneros, un joven de 16 años, desmontaba hace un par de semanas este mismo relato, citando en la red social X un video de Íñigo Errejón en el cual el dirigente de Sumar decía que “hemos conseguido que ninguna familia se encuentre desprotegida por desahucios en ningún intervalo hasta 2028”. En su respuesta, Álex explica cómo el 28 de febrero de 2023 su madre, su hermano y él (ambos menores de edad) fueron desahuciados en plena ola de frío por los Mossos d’Esquadra, a pesar de contar con un informe de vulnerabilidad presentado a Servicios Sociales.

“Esta es la realidad de la clase obrera y sus barrios. Desahucios cada día de familias vulnerables y sin alternativa residencial. Y esta realidad solo beneficia a los grandes tenedores”, le recordaba también Álex a Errejón.

Una realidad que en Barcelona, además, es consecuencia de la política capitalista y el modelo turístico gentrificador que abre las puertas y llena los bolsillos de los grandes lobbies empresariales, mientras expulsa a la gente de sus barrios y decenas de familias vulnerables son desahuciadas cada semana. Es la "marca Barcelona" que han venido a perpetuar Jaume Collboni y el PSC.

En Catalunya, más allá de los bancos, algunos de los tenedores con más presencia detrás los desahucios son fondos buitres como Cerberus Capital Management o Blackstone Inc, o el mismo Instituto Catalán del Suelo.

Frente a esto, es necesaria la paralización total y efectiva de los desahucios, pero también impulsar medidas más de fondo que cuestionen los intereses capitalistas: como la expropiación sin indemnización a estos fondos de inversión que especulan con el problema habitacional, así como todas las viviendas vacías en manos de la banca y grandes propietarios, e impulsar a la vez un parque de vivienda social a precios bajos de acuerdo con las necesidades sociales.