Publicamos una serie de artículos que explican porqué en Venezuela se mantuvieron a lo largo de la historia los elementos que determinaron la persistencia de problemas estructurales, como la dependencia económica del país.
Lunes 22 de junio de 2020 09:44
En los últimos meses de 2019 estuvimos publicando una serie de artículos, bajo el rótulo “El cuento de nunca acabar (o ¿quién puede sacarnos del atraso y la dependencia?)”, para dar cuenta de la continuidad en la historia nacional de una serie de cuestiones que determinan la persistencia de problemas estructurales como la dependencia económica, la atrofia de las fuerzas productivas, la pobreza. Cuestiones que se han mantenido casi invariablemente a pesar de los diferentes regímenes que se han sucedido en el siglo XX y lo que va del XXI, a pesar de que cada régimen que sucedió al anterior prometió el “desarrollo nacional” (o la “siembra del petróleo”).
Son cuestiones que apuntan a la naturaleza dependiente del capitalismo venezolano, a la inserción subordinada del país en los circuitos del capitalismo mundial en su etapa imperialista. Recorrimos desde la economía pre-petrolera de principios del XX hasta el chavismo, pasando por los momentos de “gloria” de la acumulación de capital y la “industrialización” nacionales, a mediados del siglo pasado. Exponiendo en cada caso la configuración de las relaciones económicas entre Venezuela y las potencias extranjeras, los intereses de clase al interior del país, y los mecanismos por los cuales las promesas de desarrollo no han terminado siendo sino parte de una historia de “frustración nacional”.
Mostramos cómo con el chavismo, a pesar de haber sido el régimen político más ubicado “a izquierda” y de haber proclamado una supuesta “revolución”, no hubo ruptura histórica alguna con esa realidad del capitalismo dependiente venezolano y, al contrario, en algunos casos se profundizaron sus males estructurales heredados. Cerramos planteando cómo, con base a esa propia historia nacional, la perspectiva marxista de la “revolución permanente” es la que puede ofrecer una superación histórica de la dependencia y el atraso.
Los tres artículos que compusieron esta serie son los que presentamos ahora en este dossier.
Excedente nacional, expoliación imperialista y “rentismo” en la etapa petrolera
Partiendo de entender que el país atraviesa por una verdadera catástrofe económica y social, configurando la crisis más severa desde las convulsiones del siglo XIX, este artículo va a principios del siglo XX para revisar cómo era la economía y la configuración de intereses sobre la que vendrá a operar la nueva etapa petrolera. Teniendo como un hilo conductor el examen de cómo se generaba y a dónde iba a parar el excedente nacional, se examinan sucintamente las décadas de ascenso del capitalismo rentístico en el país.
Dando cuenta de la “industrialización tardía y desindustrialización temprana” que caracterizó al capitalismo venezolano, marcado por el carácter dependiente, rentista y parasitario de su burguesía nacional, se exponen aquí los diferentes elementos que constituyen los límites insalvables del mismo. Hasta dar con el giro neoliberal tras el ocaso de la “industrialización” y la crisis de la deuda externa.
El chavismo, la reincidencia en “el pasado” y la necesaria perspectiva de la revolución permanente
El chavismo heredó la “crisis estructural” del capitalismo rentístico dependiente, sin embargo, a pesar del altisonante discurso y la autoproclamación como “socialista”, no vino a ser la ruptura revolucionaria con esa realidad sino la respuesta reformista que, además, terminó repitiendo en peor escala los males que arrastrada ese capitalismo enfermo. Representando así una nueva promesa de “desarrollo nacional” frustrada. Esto es lo que muestra detalladamente este artículo, para plantear las lecciones estratégicas que, desde el lado de la izquierda y la clase trabajadora, deberían sacarse de este fracaso.
Ángel Arias
Sociólogo venezolano, nacido en 1983, ex dirigente estudiantil de la UCV, militante de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) y columnista de La Izquierda Diario Venezuela.