Desde la cumbre del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington, el ministro de Hacienda “sinceró” la política del gobierno hacia los salarios estatales en una entrevista para BAE: profundizar la pérdida de poder adquisitivo mediante techos que se mantengan por debajo de la inflación.
Lunes 24 de abril de 2017 08:50
No pasó una semana desde que Macri arremetiera en su discurso en Casa Rosada contra los trabajadores de la administración pública mediante su definición de “Estado aguantadero”, para que su ministro de Hacienda reciba la pelota y dispare abiertamente contra los salarios estatales. Mientras en la Reunión Anual de Primavera del FMI y el BM intenta demostrar a los futuros inversores que el modelo macrista cierra, Nicolás Dujovne afirmó, como si de una política novedosa se tratase, que “en cómo llevamos las paritarias estatales tenemos que tener en cuenta la regla: no le podemos ganar a la inflación”.
Esto significa que intentará imponer un "techo" en las paritarias del 18 % o 19 % como a los docentes. Hoy una categoría C0 de la Administración Pública Nacional recibe $ 13.060 netos cuando la canasta familiar de la Ciudad de Buenos Aires se ubica en alrededor de $ 23.000.
Esta declaración no escapa a las cuotas de cinismo a las que nos tienen acostumbrados los funcionarios del PRO: desde la calificación de “ñoquis” enarbolada por un presidente que en los dieciséis meses que lleva de gestión, más de dos los dedicó a vacacionar, hasta esta nueva cruzada en la cual buscan hacer creer que los salarios de los empleados públicos alguna vez le ganaron a la inflación.
Lo cierto es que desde la creación del convenio SINEP a fines del 2008, nuestro salario viene en picada y, en lo que compete a la gestión macrista, la caída del poder de compra en el 2016 alcanzó un 8 %, según el Observatorio del Derecho Social de la CTA. Quien se encargó de allanar el camino para este declive el año pasado (y todos los anteriores) fue el sindicato UPCN, que firmó una paritaria del 31 %, cuando todos los índices de inflación midieron un 40 %.
La Junta Interna del INDEC estimó una canasta básica para una familia con dos hijos al 30 de noviembre de 2016, de $21.208,46 la cual, con la inflación proyectada por el mismo FMI, ascenderá a $24.599. Esta cifra se aleja abismalmente de los sueldos de muchísimos estatales donde las categorías más bajas del escalafón no llegan ni a la mitad de esa canasta para subsistir.
El recorte del gasto público que busca profundizar el gobierno tiene la clara directriz, ahora blanqueada por ministro de Hacienda, de tomar los salarios estatales como una de las variables de ajuste. Además, Dujovne declaró en la entrevista con BAE que tiene la intención de bajar el gasto en algunos programas que considere “menos eficientes” lo cual, traducido desde el lenguaje de Cambiemos, significa despidos de los trabajadores que vienen llevando adelante estos programas desde hace años, en condiciones de precarización y vulnerabilidad que dejó la (no tan) pesada herencia kirchnerista.
Desde la Agrupación Marrón Clasista de ATE le decimos a Dujovne que nuestras vidas no son una variable de ajuste. Mientras el macrismo avanza con despidos masivos como en el INDEC, o “por goteo” como en el propio Palacio de Hacienda que dirige Dujovne, las direcciones de ATE Capital y ATE Nacional compiten para ver quién lanza la medida más testimonial “para la foto”.
Como exigen los docentes combativos, hay que promover las más amplia deliberación desde las bases, con asambleas en cada lugar de trabajo y plenarios de todos los estatales para construir un plan de lucha unificado. Vamos por un salario mínimo igual a la canasta familiar de $ 23.000. Para romper el techo en las paritarias y recuperar el poder de compra perdido en 2016, exigimos 38 % de aumento. Pase a planta permanente de todos los precarizados. Basta de despidos y persecusión a la organización gremial. Que la CGT y las CTA llamen a un paro nacional de 36 horas con marcha a Plaza de Mayo para derrotar el ajuste y la represión de Macri y las gobernaciones nacionales como Alicia Kirchner en Santa Cruz.
