Mientras continúa el juicio por la masacre de Once y los familiares de las víctimas denuncian la responsabilidad del Grupo Cirigliano y los funcionarios involucrados, la justicia pone toda la responsabilidad del hecho ocurrido posteriormente en la misma línea férrea solo en el trabajador.
Augusto Dorado @AugustoDorado
Jueves 30 de abril de 2015
El Tribunal Oral en lo Criminal de San Isidro condenó a cuatro años y tres meses de prisión efectiva al maquinista Daniel Roberto López, quien conducía el tren Chapa 1 el 13 de junio del 2013, cuando este impactó contra otro cerca de la estación Castelar. El hecho le costó la vida a tres personas y resultaron heridas más de trescientas.
El fiscal Alberto Gentile destacó al pedir la condena que López había tenido "culpa consciente" en el siniestro. La querella, en tanto, había pedido una condena a 11 años de prisión por estrago doloso contra el motorman, al sostener que tuvo la intención de provocar el choque. Según los jueces, López sabía que podía chocar el tren contra otro y no hizo nada para evitarlo.
Gregorio Dalbón, el abogado de la querella, dijo al canal TN: "Hemos conseguido algo importante que es que este personaje que mató vaya preso. Ahora investigaremos a La Fraternidad”. Este abogado “carancho” hace el trabajo sucio de culpar a los trabajadores y ahora quiere investigar a los testigos por “falso testimonio”.
Para los jueces, los fiscales y la querella el motorman es el único responsable del choque y desligan de responsabilidades a la empresa y a todo el sistema de seguridad de los trenes. Estos no contaban con el sistema de frenado ABS y el sistema de señales funcionaba mal (y aun hoy es así); los responsables del tránsito de los trenes obligaban a los maquinistas a ignorar las señales para evitar más demoras que las que ya provocaba (y provoca) el propio estado de deterioro de la infraestructura.
Marcelo González, motorman de la línea Roca, expresó que "con este fallo sientan un grave precedente que el gobierno y Randazzo utilizarán para desligarse de responsabilidades y salvar más aún a sus viejos amigos, los Cirigliano, que al momento de esta tragedia administraban el Sarmiento. Ellos son, junto a muchos funcionarios del gobierno kirchnerista, los responsables del estado calamitoso del material rodante y el sistema de señales del Sarmiento y del conjunto de las líneas". "No es casualidad”, continuó, “que una vez que el gobierno y Randazzo se hicieron cargo de los ferrocarriles todo los controles (cámaras, pipeta, etc.) recayeron hacia los trabajadores, mientras para los empresarios solo hubo subsidios e impunidad", concluyó.
Hay que recordar que el gobierno viene buscando la manera, con ardides legales, de quedar exento de responsabilidades en caso de que ocurra un nuevo accidente. Esto no es menor, ya que hay incidentes de todo tipo semana tras semana, y no están garantizadas las condiciones de seguridad ni para los pasajeros ni para los trabajadores. Ayer mismo al mediodía una locomotora se prendió fuego en la línea San Martín entre Pilar y Villa Astolfi, provocando gran temor entre los pasajeros. Mientras tanto Randazzo, que sigue de campaña electoral, salió a criticar a Macri y a los gremios del transporte que se reunieron con él por buscar beneficiar a las empresas del sector. Esta crítica sería creíble si no fuera porque es lo mismo que viene haciendo el kirchnerismo durante todos sus mandatos: beneficiar todo lo que pudieron sucesivamente a Tasselli, Cirigliano, EMEPA de Romero y Metrovías de Roggio, por no hablar de los nuevos capitales chinos u otros que quieran sumarse a la operación ferroviaria de transporte de carga en el próximo período.
Augusto Dorado es trabajador de la exlínea Roca e integrante de la Agrupación Ferroviaria Naranja
