Gobierno AMLO. Durazo defiende mantener la militarización

El funcionario sostiene que de no aprobarse la Guardia Nacional, se retiraría de las labores de seguridad pública al Ejército para regresarlo a sus cuarteles, lo que sería una irresponsabilidad ante las actuales circunstancias de México.

Hace así caso omiso de lo que cuesta a la clase trabajadora y los sectores populares la violencia desplegada desde el lanzamiento de la guerra contra el narcotráfico en el sexenio de Felipe Calderón: cientos de miles de muertos, desaparecidos, desplazados, feminicidios. Atropellos incontables perpetrados por las fuerzas represivas y el crimen organizado.

Ahora, en el contexto del análisis de la iniciativa en materia de Guardia Nacional en la Comisión de Puntos Constitucionales, Durazo defendió la creación de esa nueva corporación y sostuvo que las condiciones en materia de seguridad "son dramáticas".

Apuntó que el objetivo del gobierno es "acabar con la simulación que ha habido, en dónde si bien la seguridad pública es una tarea del ámbito civil se ha venido cumpliendo con el Ejército y la Marina, ’nosotros no vamos a aceptar eso de ninguna manera’, toda vez que la policía militar y naval están en una condición legal irregular". Se trata de una maniobra para legalizar el accionar de militares y marinos en las calles, una cuestión que contemplaba la reaccionaria Ley de Seguridad Interior que fue declarada inconstitucional.

Con la constitución de la Guardia Nacional el gobierno de López Obrador buscar "regularizar" la presencia de esos elementos en tareas de seguridad pública.

A su vez, Durazo señaló que “si eventualmente el Congreso tomará la decisión de no avalar la Guardia Nacional, espero que no sea así, pero nosotros en esa circunstancia retiraríamos al Ejército completamente a los cuarteles".

Apuntó el funcionario que la Guardia Nacional sería una institución militar permanente, dependiente de la Secretaria de la Defensa Nacional, pero en términos operativos dependerá directamente del presidente de la República. Según señaló, será un organismo de elite que será un instrumento operativo de las políticas de seguridad.

Ante la desconfianza existente respecto al ejército y la marina, Durazo prometió que "habrá un proceso de depuración de los cuerpos de seguridad, pues muchos de los ilícitos, se cometen por la corrupción que existe en las corporaciones, lo cual es imprescindible terminar".

Frente a tan cínicas declaraciones es imposible no recordar las masacres de Iguala -y a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa-, la de Tlatlaya, la de Apatzingán, entre muchas otras que han quedado impunes.

No se trata de algunas manzanas podridas en el brazo armado del Estado capitalista. Las fuerzas represivas en las calles sólo sirven para amedrentar a la población y defender la propiedad privada de las trasnacionales y los magnates como Carlos Slim.

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