El presidente estadounidense no consiguió el apoyo de los miembros de su partido para la reforma del sistema de salud. Continúa la búsqueda de un acuerdo con los sectores más conservadores.
Diego Sacchi @sac_diego
Jueves 23 de marzo de 2017
Una postergación anunciada es la que se vivió este jueves en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. La votación de una ley para desmantelar el sistema de salud conocido como "Obamacare" se pasó para el próximo lunes luego de que el presidente Donald Trump y los líderes republicanos del Congreso, no encontraron apoyos para la iniciativa.
El retraso es un duro revés para Trump, que intentaba lograr su primera gran victoria legislativa en base a su principal promesa de campaña: reemplazar la ley promovida por el ex presidente Barack Obama, cuyo nombre oficial es Ley para la Protección de Pacientes y Cuidados de la Salud Asequibles.
Rebelión en la casa
Sin el apoyo de la bancada opositora, el Partido Demócrata, Trump precisa para avanzar en la votación de su proyecto, del apoyo de los legisladores republicanos. Pero conseguir el apoyo de los miembros de “su” partido en el Congreso, se ha convertido en una verdadera prueba de liderazgo para el actual presidente.
Este mismo jueves por la mañana, Trump, se reunió con el sector más conservador de los legisladores republicanos agrupados bajo el nombre de House Freedom Caucus. El encuentro buscaba asegurar el apoyo de este sector en la votación que debía realizarse en la tarde del jueves.
El resultado fue similar al de los días previos. El grupo ultraconservador del Freedom Caucus volvió a reiterar sus demandas de una reforma más profunda que implique una derogación completa de todas las regulaciones de la Ley de Asistencia Asequible, lo que incluye disposiciones que Trump prometió, durante la campaña, que iba a mantener.
El Republicano Mark Meadows, uno de los líderes del Freedom Caucus, dijo el jueves por la tarde, cuando salía de una reunión de este grupo, que no hay acuerdo aún pero que el grupo se "tomará el tiempo necesario para conseguir que [el acuerdo] este hecho". Meadows agregó que sigue siendo un no, pero está "tratando desesperadamente de llegar a un sí".
Pero más allá de las palabras de Meadows y de otros miembros del Freedom Caucus que aseguraron que el gobierno ofreció realizar más cambios en su proyecto, continúa siendo una incógnita si Trump logrará los votos para su propuesta de reforma.
La permanente negociación también es una muestra de la debilidad de Trump para imponer su liderazgo sobre la bancada parlamentaria de “su” propio partido.
Una postergación con final incierto
La postergación de la votación tampoco asegura que Trump consiga los votos para aprobar su proyecto de reforma. Lo cierto es que en las negociaciones, el gobierno, ha ido concediendo puntos importantes que el mismo Trump pretendía mantener ya que afectan a sectores que lo apoyaron en las últimas elecciones.
La división dentro del partido Republicano se da entre algunos miembros conservadores que critican que la reforma es demasiado parecida al Obamacare, y un sector moderado que se muestra preocupado por la posibilidad de que debilite la cobertura sanitaria para millones de votantes.
Si la reforma propuesta por el gobierno efectivamente fuera votada, sin contar las modificaciones que se han introducido, dejaría sin seguro a 14 millones de personas en sólo un año, cifra que ascendería a 24 millones en una década. Con las concesiones que está realizando el gobierno a la bancada ultra conservadora del Partido Republicano, el impacto sería aún mayor al que buscaba el gobierno.
Por otro lado, Trump no puede permitir una derrota de su proyecto de reforma, una de las principales banderas de su campaña electoral. Difícilmente haya previsto que iba a tener tantos conflictos en su propia bancada para llevar adelante su propuesta.
Lo cierto es que los legisladores de “su” partido han buscado marcar límites al liderazgo de Trump, imponiendo condiciones a las medidas más importantes propuestas por el actual presidente. La respuesta de Trump buscando el apoyo de sus votantes para presionar a los legisladores parece tener poco alcance.
En definitiva en este tire y afloje entre el gobierno y la bancada republicana queda latente la posibilidad de un golpe mayor a la autoridad presidencial, con efectos difíciles de prever.
Diego Sacchi
Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.