Aviones estadounidenses bombardearon posiciones de EI en Libia a pedido del Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN).
Martes 2 de agosto de 2016 18:42
En Abril pasado desembarcó en Libia el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN), un gobierno armado por los Estados Unidos que tiene el apoyo de Occidente junto con el respaldo de la ONU y el apoyo de países de la región como Túnez y Argelia.
Comandado por Fayez Serraj, el GAN tiene el objetivo de asentar el territorio para llevar adelante los planes más estratégicos del imperialismo norteamericano sin que EE.UU intervenga directamente, derrotar al Estado Islámico (EI) y avanzar en toda la región de conjunto.
De todas formas Serraj tiene varias contradicciones internas, como por ejemplo la resistencia del Congreso General de la Nación con sede en Trípoli y la Casa de Representantes en Tobruk, que no reconocen al Gobierno de Unidad Nacional por lo que Libia tiene tres ejecutivos que se disputan la legitimidad.
En este marco se da la primera vez que Estados Unidos realiza una ofensiva aérea a petición del gobierno de unidad para apoyar a las fuerzas locales.
El ataque, que contó con la autorización de Obama, se dio en Sirte, una ciudad de la costa del mediterráneo ubicada a 400 km de Trípoli. Ciudad que el EI había capturado el año y la convirtió en su base más importante fuera de Siria e Irak, pero sus militantes están confinados a unos pocos kilómetros del centro donde controlan lugares estratégicos, incluido el centro de conferencias Ouagadougou, el hospital central y la universidad.
La llegada del GAN
La llegada del GAN abrió la puerta para el inicio de la operación militar en Libia al estilo de la de la coalición contra el Estado Islámico en Siria e Irak. Italia, Francia, Reino Unido y EEUU esperaron meses el establecimiento del GNA en la capital para poder legitimar las acciones esporádicas que han venido cometiendo, como el bombardeo contra un refugio de EI en Sabrata en febrero.
La Unión Europea también aguarda el permiso de Serraj para poder avanzar hasta aguas libias en la Operación Sophia. Antes, sin embargo, Trípoli y Tobruk deben transferir al GNA todos los poderes y permitir que empiece a trabajar.