Desde julio del año pasado los estibadores están trabajando sin contrato. La manzana de la discordia es el aumento de salario y el pago de los impuestos sobre planes de salud para los trabajadores.
Miércoles 11 de febrero de 2015
Desde hace cuatro meses los estibadores están trabajando a reglamento –o aplicando el “tortuguismo”-. El sindicato de estibadores, ante la postergación de la firma de los nuevos contratos, implementó que los trabajadores laboren con el manual de reglas de operación técnica en la mano.
Esta práctica laboral desaceleró el tráfico de contenedores en 50% en Seattle y Tacoma, redujo a la mitad los movimientos en el puerto de Oakland, y de un día para otro, no hay suficientes operadores de grúas en Los Ángeles y Long Beach. Los trabajadores portuarios ILWU dicen lo que quieren es un nuevo contrato de seis años.
Los 29 puertos de la Costa Oeste operan 43,5% de los envíos de carga en contenedores y el movimiento de 12,5% del PIB de Estados Unidos. Constituyen la entrada y salida de productos entre Estados unidos y Asia. Un conflicto en este sector, que afecta la circulación de mercancías, es muy peligroso para la burguesía imperialista estadounidense.
Pero a la vez revela el enorme poderío de los trabajadores en el corazón del imperialismo. Si la huelga se concreta, se estima que podría costar a la economía estadounidense la friolera de US$ 2 mil millones al día.
De acuerdo con el artículo “Longshoreman’s Union to Strike 29 West Coast Ports” “La Federación Nacional de Minoristas envió recientemente una carta al Presidente Obama advirtiendo que una huelga o cierre costera ‘puede ser inminente’”. Obama respondió que confía en que las partes lleguen a un acuerdo razonable en las negociaciones.
Tras dos días de haber mantenido los puertos cerrados, el lunes 9 los trabajadores reanudaron las actividades, según informa la página del International Longshore and Warehouse Union (ILWU).
Es necesario mantener las conquistas de los estibadores
Se dice que los estibadores son los trabajadores de cuello azul mejor pagos de Estados Unidos. Los trabajadores a tiempo completo que trabajan 2.000 horas (un poco más de 40 horas por semana) por año ganan un promedio de $ 142.000 anuales en sueldos y un paquete de prestaciones de $ 82,000 por trabajador. Un trabajador que labora un promedio de 50 horas a la semana ganan más de $ 200.000. Sin embargo, "walking bosses", el equivalente de los capataces de almacén, puede ganar más de $ 300.000.
Los estibadores demandan la firma de nuevos contratos por 6 años, que incluyan aumento salarial, además de mantener las prestaciones que tienen actualmente.
De acuerdo con el artículo “US West Coast Labor Negotiations: Frequently Asked Questions”, el presidente de la Asociación Marítima del Pacífico, James McKennan señaló que “los negociadores pueden decidir posponer la cuestión de quién - trabajadores portuarios o empleadores - deberán atender un estimado de $ 150 millones por año fiscal de impuestos del Obamacare sobre el plan de atención de salud de primera calidad del sindicato en las que los empleadores pagan el 100 por ciento de las primas en la salud ILWU y el plan de atención dental para los miembros y sus familias, y los miembros del sindicato a pagar sólo $ 1 copago por receta para medicamentos. Tales planes "Cadillac" están sujetos a impuestos bajo Obamacare. Los empleadores han indicado que se puede resolver con una fórmula de distribución de costos, mientras que el ILWU, en su tradicional estrategia de ‘no dar un paso atrás’, no quiere pagar impuestos sobre su plan de salud. Dado que el impuesto entre en vigor en 2018, algunos tienen la idea de que para entonces el Congreso cambiará el Obamacare para eliminar el impuesto. Si no, el sindicato y los empleadores pueden revivir el tema luego como parte de una negociación separada”.
Así, queda en evidencia que la patronal aspira a dejar fuera de los nuevos contratos una parte importante de las prestaciones que reciben los trabajadores portuarios.
El problema es que si los estibadores pierden prestaciones, otros sectores de trabajadores también pueden verse afectados. Cada pérdida de conquistas obreras es una cuña que mete el capital para obtener más ganancias a costa de pauperizar el nivel de vida de la clase obrera y los sectores populares.
Si los estibadores salen de este conflicto con menos prestaciones, eso puede ser un aliciente para empresarios de otros sectores para que quiten beneficios a sus trabajadores.
La huelga es necesaria: sólo parando las operaciones en los puertos y evitando el lock-out patronal los estibadores pueden conquistar un nuevo contrato de trabajo a su favor.
Si salen a la lucha, la solidaridad de la juventud, los afroamericanos, los migrantes y los trabajadores de otros servicios e industrias deben cobijarlos. El apoyo internacional de la juventud y la clase obrera debe ser su pilar. Sólo así la consigna del sindicato “¡Ni un paso atrás!” podrá sostenerse.