La Universidad Nacional de La Plata convalidó la restitución de cuatro cráneos al pueblo Mapuche - Tehuelche, ratificando lo que había aprobado meses atrás la Facultad de Ciencias Naturales y Museo.
Lunes 12 de septiembre de 2016
Se trata de los restos del lonko Gherenal, cuyo cráneo figura en el catálogo del Museo platense con el número 317; el cráneo del “indio brujo”, que figura con el número 333, Gervasio Chipitruz, cráneo 337 y el cráneo de Manuel Guerra, cuyo cráneo está catalogado con el número 309. Los restos de los 4 lonkos llegaron al Museo como parte de una donación de Estanislao Zeballos, al entonces director Francisco Pascasio Moreno, formaban parte de una colección de 300 cráneos, a modo de trofeos de guerra, que habían sido obtenidos tras saquear tumbas entre 1870 y 1880. Este pedido fue realizado por primera vez por el lonko Lorenzo Pincén en 1989, siendo la primera solicitud de restitución que registra el Museo de La Plata, incluso antes que el de Inacayal, se repitió en 2002 y el 19 de abril de 2016, en el Día del Indígena Americano, se renovó el pedido, esta vez con el apoyo de numerosas comunidades mapuche-tehuelche.
La restitución está prevista se concrete el próximo 11 de octubre a la comunidad de Lorenzo Pincén en la ciudad de Trenque Lauquen; quienes entregarán al Parlamente Mapuche Tehuelche de la provincia de Buenos Aires los cráneos de Manuel Guerra y Gervacio Chipitruz que serán llevados a la ciudad de Tapalqué. Se presume que la restitución será aprobada por el Museo casi automáticamente. Primero debe ser aprobado por el Consejo Académico y luego por el Consejo Superior de la UNLP. La restitución de los cráneos forma parte de la colección de más de 10 mil restos humanos de pueblos originarios de América Latina que yacen en el Museo de La Plata. Son más de 6000 los cráneos que se encuentran en el museo, la mayoría no tiene identificación ya que fueron saqueados de cementerios en las provincias de Buenos Aires, Rio Negro, Santa Cruz, Chubut, Jujuy, Salta, Catamarca y Entre Ríos. La cifra aumenta hoy en día a partir de nuevas campañas arqueológicas que se desarrollan a lo largo y ancho del país.
En la cosmovisión mapuche tehuelche se necesita continuar el ciclo y terminarlo, se cierra cuando una persona y sus energías vuelven a ser parte de la tierra, de su territorio, necesita un ordenamiento espiritual, el cual está roto desde el momento en que se convirtieron en prisioneros de la ciencia.