La política de gestos entre ERC y el PSOE es la crónica de un acuerdo anunciado. Hace meses que lo buscan los republicanos y hace semanas que también lo busca Pedro Sánchez. Pero de la autodeterminación del pueblo catalán ni rastro.
Martes 8 de junio de 2021
Todos los medios burgueses han destacado los cuarenta minutos de conversación telefónica entre Sánchez y Aragonés del pasado lunes, la carta de Junqueras “mirando al futuro” y el encuentro de ambos presidentes en Foment del Treball}.
Todo esto es la concreción de la busqueda desesperada que desde el referéndum del 1-O hace Esquerra Republicana para “dialogar” (¿de qué?) con el Gobierno español. Pero también es la concreción de que el gobierno central no puede esperar casi nada de la derecha y que tiene que buscar un acuerdo que incluya también a los partidos procesistas para alargar la legislatura.
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Los dirigentes políticos del partido republicano insistieron en constituir una mesa de diálogo (que casi nunca ha contado con interlocutores del Gobierno de Pedro Sánchez). Más allá de qué tipo de diálogo se pueda establecer entre ambos Ejecutivos, lo cierto es que se han alineado los “planetas” republicano y socialista para hacer una política vinculada con los indultos a los presos políticos catalanes del “juicio de la vergüenza” y que, como contrapartida, podría haber apoyo republicano a los presupuestos del Estado y un “gobierno” más estable.
Junqueras ya habló de una independencia en 10 o 20 años hace unas semanas atrás. Ahora, en un nuevo artículo directamente niega la vía unilateral para llegar a ejercer el derecho de autodeterminación y destaca la vía escocesa, pactando con el Gobierno del PSOE y Unidas Podemos. No obstante, el Régimen del 78 es el mismo que envió la policía a reprimir el referéndum del 1-O y aplicando el 155, y el PSOE de Pedro Sánchez se puso al frente del apoyo a esta política.
El mismo régimen también que controla, o no, una fiscalía que día a día se está cebando, no solo con el movimiento independentista, sino en todos los ámbitos de la sociedad catalana, con más de 3.000 encausados en numerosos procesos judiciales y policiales.
Ahora bien, la predisposición al diálogo de Sánchez es una muestra de la debilidad que tiene su Gobierno y que quiere acabar la legislatura porque unas elecciones anticipadas serían un gran peligro para el PSOE. Pero el diálogo del PSOE no alcanza a resolver los derechos democráticos del pueblo catalán (tampoco llegará a los derechos sociales de los trabajadores de todo el Estado).
El problema que tiene Sánchez es que ha hecho una gestión capitalista de la Covid que ha dejado sin trabajo o en ERTEs mal pagados a millones de trabajadores, el problema son las decenas y decenas de miles de pequeños comercios que han tenido que bajar la persiana definitivamente con una deuda impagable, el problema es que el paro y la precariedad juvenil es altísima (que también afecta a las mujeres y otras capas sociales) ¿Qué tipo de diálogo se puede tener con un Gobierno así?
¿Qué tipo de diálogo se puede tener con un Gobierno que te persigue policial y jurídicamente? Un gobierno que niega los derechos democráticos básicos como la libertad de expresión a los que luchan, que aplica leyes antiinmigración con las devoluciones en caliente como en Ceuta recientemente o los internamientos en los CIE; que limita el derecho a las nacionalidades o a ejercer el derecho de autodeterminación. Parece un diálogo entre el lobo y la oveja, ¿No?
Pero el gobierno de la Generalitat no tiene ningún problema en hablar con el lobo. Porque ellos hacen lo mismo con los jóvenes precarios, con los trabajadores, con la gente desahuciada, con los estudiantes que no pueden pagar las tasas y, sobre todo con los que salimos a las calles a denunciar la crisis social y económica, tal y como pasó con el encarcelamiento de Pablo Hasél o con la sentencia del 2019.
Por todo esto, el Govern de Catalunya entre ERC y Junts iniciará un diálogo con el Gobierno central de cara al retorno a la normalidad autonómica de Catalunya y que nada tiene que ver con las necesidades sociales y democráticas del pueblo catalán y del resto del Estado.