Se realizó el taller convocado por Economistas de izquierda (EDI) sobre la situación económica, sus perspectivas y la resistencia al ajuste macrista.
Mónica Arancibia @monidi12
Sábado 6 de agosto de 2016
Los Economistas de Izquierda (EDI) se reunieron para debatir sobre el estado de la economía nacional e internacional. El colectivo de economistas críticos de formación marxista, se reunieron en la Fundación Rosa Luxemburgo con la participación de Martín Schorr, Claudio Katz, Guillermo Gigliani, Federico Walhberg, José Castillo, Esteban Mercatante, Mariano Feliz, Alberto Wiñaszky y Eduardo Lucita.
En el debate todos coincidieron en que el macrismo es un gobierno de ajuste, con medidas que vienen golpeando a los trabajadores y se debatió cuál es la resistencia que se necesita para enfrentar los planes del gobierno.
Claudio Katz definió que "coincidimos que los números del primer semestre son de terror, inflación de 46 %, desplome del consumo, caída de inversión, déficit fiscal ascendente y parece evidente que ha fallado el instrumento que se jugaba el gobierno la famosa lluvia de inversiones no llegó”. Las inversiones no llegan porque “los negocios tienen otro ritmo a los cálculos del gobierno. En segundo lugar, hay una diversidad en el escenario internacional y tercero porque buscan rentabilidad estructural de la economía argentina fuera de los sectores del agro, minería de exportación. "
Martín Schorr por su parte coincide que en el primer semestre hubo un drástico ajuste de la economía, con una caída del salario real 15 % según sus estimaciones del trabajo registrado. El investigador sostuvo que hubo una transferencia de ingresos a altas fracciones del capital concentrado, hacia grandes exportadores y el sector financiero a empresas privatizadas y todo el oligopolio petrolero. Calcula que se trata de una transferencia de ingresos de 25 y 30 mil millones de dólares en los primeros 6 meses.
Hubo intervenciones que enmarcaron la situación de Argentina en el contexto internacional. Así José Castillo sostuvo que “el marco sigue siendo la crisis capitalista del 2007, la llegada a la región de la crisis en 2012/13, la finalización del viento de cola del precio de los commodities más allá de la recuperación parcial de la soja y la entrada de la crisis de Brasil y el menor crecimiento chino”.
Por su parte, Esteban Mercatante señaló que “América Latina se encuentra en una situación paradojal. Después del ciclo de gobiernos posneoliberales en varios países de la región, en el último año vemos la sincronía de un nuevo momento, donde se imponen gobiernos que buscan retomar agresivamente la agenda neoliberal. Pero esto ocurre en cierta medida a contramano de las tendencias globales. El Brexit, el triunfo de Trump como candidato republicano (y por izquierda el sorprendente desempeño de Sanders en la interna demócrata), así como la amenaza en Europa de que puedan ganar otros partidos de extrema derecha, son las expresiones más salientes de que este consenso neoliberal que busca hacerse fuerte en la región es el que, a derecha pero también a izquierda, se está descomponiendo en los centros imperialistas.”
¿Se ve la luz al final del túnel?
Martín Schorr observó dos elementos. Un escenario de fuerte disputas al interior de los sectores dominantes que tiene que ver con la incapacidad del gobierno de articular el triángulo tipo de cambio, inflación y tasa de interés. En ese esquema, se abre un escenario interesante de disputas que el gobierno no tiene elementos para resolverlo y el segundo foco de conflicto es el destino de los dólares de la deuda si va a ser para apalancar obra pública o para promover plan de desarrollo industrial. Obviamente, no parece ir para ese lado o si va a hacer como hasta ahora para seguir financiando fuga de capital, remesas de utilidades y un gasto corriente de un estado en crisis fiscal producto de las transferencias de recursos a los sectores del poder. Usar deuda para obras públicas en el mejor de los casos tendrá efectos en el mediano y largo plazo.
Mariano Feliz estima que el objetivo del gobierno es llegar a las elecciones de 2017 con una economía creciendo. Puede ser que el gobierno tenga como estrategia de mediano plazo profundizar la inserción internacional de la economía. Pero “creo que la Argentina como plataforma de exportación de commodities es lo que Argentina ya es”.
Además agregó que tiene dudas de que el blanqueo le dé un empujón a la economía argentina y que pueda funcionar. Por varios motivos, por la magnitud de recursos que van a entrar con ese blanqueo, por cómo está constituido legalmente va a ser menor va a poder brindar un recurso fiscal pero no mucho más.
Esteban Mercatante sostuvo que con el blanqueo el gobierno apunta a que ingresen capitales que busquen aprovechar las bajas tasa de penalidad (7 % en promedio sobre los fondos declarados) para entrar al país, y se destinen en parte a actividades productivas. En parte, también, busca captar algo de esos fondos para financiar al Tesoro, a través de los bonos intransferibles que ofrecerá como alternativa para quienes no quieran pagar penalidad (sin rendimiento en el caso del bono a 3 años, y con 1 % para el caso del que es a 7 años).
Pero habrá que ver si el blanqueo termina más cerca de los 60 mil millones o más bien alrededor de los 20 mil millones de dólares. Un interrogante es: incluso si se cumpliera un pronóstico cercano a los 20 mil millones de dólares, ¿cómo se conecta con la reactivación económica que promete el gobierno? Excepto por la parte de los fondos blanqueados que se traduzca en bonos que financien el gasto del gobierno y permitan volcar más recursos a la obra pública no está claro que el destino de los capitales declarados vaya a ser la inversión ni por tanto el estímulo a la actividad productiva.
Federico Walhberg estimó que se puede tratar de reactivar con obra pública, eso lo podría hacer con la capacidad de endeudamiento. En cuanto al blanqueo señaló que la referencia es el blanqueo realizado en Chile que fue por 16.000 millones de dólares y la recaudación fue de 1.500 millones de dólares. Esto puede alivianar pero no cambia el cuadro general.
Claudio Katz sostuvo que “hay que ser cautos con los pronósticos. Yo creo que con una inflación del 47 % hay una inercia muy fuerte para el año que viene, ya hay un piso muy fuerte para 2017 y el desborde de todas las variables te genera una debilidad en el rebote de crecimiento”. Además agregó que “no es automática una reactivación con la obra pública, en general aunque lance la obra pública los ritmos son diferentes, tampoco es automática la conversión de todos los dólares que van a venir por el blanqueo y la inversión se espera que vengan muchos dólares cuanto de eso irá para invertir es una incógnita.”
Guillermo Gigliani explicó que es posible que haya un empuje al 2017. Hay elementos por los cuales va a tratar de salvarse Macri. La obra pública es uno, lo hará con déficit fiscal, el segundo es que la inflación no se desboque de manera que los convenios colectivos que empiecen a regir mejoren el poder de compra, no lo recuperen pero sí mejore.
El blanqueo también le parece a Gigliani una cosa importante. La balanza comercial estima que contribuye porque la soja tiene precios buenos, el petróleo tiene precios bajos. Es decir, la principal exportación y la principal importación están bien y la recesión hace que la balanza comercial esté pareja.
Eduardo Lucita calcula que el PBI va a caer este año 2 % o 3 % y según estimaciones el rebote de la economía puede volver a crecer una cifra similar diciembre de 2017. En el mejor de los casos estaríamos en el mismo PBI de diciembre de 2015 pero con mayor desocupación, mayor endeudamiento, una tasa de inflación que no va a bajar lo que se cree que va a bajar y déficit fiscal.
El ajuste será con resistencia
En el taller del EDI se discutió también el impacto del ajuste y la resistencia a las medidas del macrismo. La ronda de preguntas con el público también debatió sobre rol de la izquierda en general y en particular sobre el Frente de Izquierda, su oportunidad de crecimiento por ser una referencia. El rol de las mujeres y los movimientos ambientales fueron materia de discusiones en el taller.
Claudio Katz sostuvo que el Gobierno sabe a dónde va pero no tiene los instrumentos para ir a dónde quiere ir porque enfrenta mucha resistencia popular. Por ejemplo, los límites del último tarifazo hasta qué punto cada medida que toma este gobierno enfrenta barreras muy grandes. Incluso, el tarifazo ya es más interesante que la resistencia anterior porque no fue una marcha organizada por las centrales sindicales. Fue la primera reacción espontánea que vino completamente por abajo, el cacerolazo deja de ser el instrumento de la derecha y vuelve a ser el cacerolazo popular.
Guillermo Gigliani citó a Roberto Frenkel y dijo que del 2001 al 2015 los precios de la Argentina han subido 14 veces, los precios de los alimentos aumentaron 25 veces, y los precios que conforman de la canasta de pobreza crecieron 22 veces. El capitalismo argentino es incapaz de controlar y asignar los precios de los alimentos, inclusos los precios que se producen internamente. Gigliani finalizó que la lucha también hay tiene que apuntar a las ideas del cambio social.
Esteban Mercatante planteó que el gobierno es todo lo neoliberal que le permite la relación de fuerzas. Sin la pata auxiliar del sindicalismo, así como los gobernadores e intendentes peronistas, el gobierno no podría sostener su agenda. Además señaló que el apoyo de las burocracias sindicales que más allá de alguna confrontación en los discursos mantienen la tregua.
También apuntó que el kirchnerismo a comienzos de este año alimentaba la expectativa de que este espacio político sería el puntal de la resistencia contra el ajuste. Pero el caso López, y la aplicación del ajuste por parte de gobernadores kirchneristas desmintieron estas expectativas.
Mercatante finalizó que es necesario apostar a la construcción de una fuerza política con inserción en la clase trabajadora y la juventud, que lejos de apuntar hacia un imposible “capitalismo en serio” despliegue un programa anticapitalista y antiimperialista. Hay que girar a la izquierda.
Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.