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Red Internacional
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Crisis Política. Ecuador: tras la destitución del vicepresidente, la Asamblea Nacional eligió a su reemplazante

El arco político se mostró dividido, pero finalmente todos los sectores aportaron su esfuerzo para ratificar a la vicepresidenta interina Vicuña en el cargo, en un proceso antidemocrático y de mero trámite parlamentario.

Lunes 8 de enero de 2018 12:47

Foto: El Telégrafo

Con los números justos, el oficialismo consiguió que la Asamblea Nacional (AN) designe definitivamente a María Alejandra Vicuña como vicepresidenta de Ecuador. A pesar de la fractura en el bloque de Alianza País (AP), los morenistas consiguieron los votos necesarios gracias al apoyo de la centro izquierda, el indigenismo y parte de la derecha.

Tras anunciar la destitución de Jorge Glas, el presidente Lenin Moreno confeccionó una lista con los nombres de tres funcionarias, para que se elija al sucesor del ahora ex vicepresidente. La AN terminó ratificando a la vicepresidenta interina Vicuña, en un principio impuesta por un decreto en el cargo.

Con una dosis de cinismo, Vicuña afirmó durante la posesión en el cargo que "consultaremos al pueblo ecuatoriano las veces que sean necesarias para construir una democracia verdadera". También convocó a "todas las organizaciones políticas a apostar con fuerza a la unidad y el diálogo como una verdadera forma de gobernar, porque creemos que podemos construir grandes acuerdos".

Para consumar los planes, el oficialismo necesitaba apenas 69 de los 137 votos que hay en la AN. Es decir, el régimen constitucional permite que con sólo la mitad de los escaños del Pleno se designe un cargo de elección popular vacante. El proceso fue revestido de institucionalidad, pero no oculta su carácter antidemocrático, que separa a las y los trabajadores de las decisiones políticas que los afectarán.

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Foto: El Comercio

Antes de la sesión, los morenistas ya contaban con los números necesarios. La facción de AP que cumple con los designios del primer mandatario reunió 45 asambleístas, y sumaron 14 de la Bancada Integración Nacional (BIN), compuesta por el indigenismo, la socialdemocracia, el partido nacionalista militar, y el populismo de derecha.

El asambleísta de Pachakutik (PK), Jaime Olivo, justificó el apoyo con un argumento insólito: “Necesitamos una vicepresidenta para dar una buena imagen institucional y que vengan los inversionistas”. Al parecer, olvidó que es el avance de la explotación imperialista de los recursos naturales lo que más afecta los territorios, las formas y las condiciones de vida de los pueblos indígenas a los que su partido afirma representar.

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El oficialismo tampoco tuvo reparos en contar con el auxilio de la rancia “partidocracia” que AP dijo haber combatido. A los cinco asambleístas de PK en el BIN, se suman otros 3 de Izquierda Democrática -del ex presidente Rodrigo Borja (1988-1992)-; 2 de Sociedad Patriótica -del ex coronel Lucio Gutiérrez (2003-2005), con el que el indigenismo ya experimentó una fallida alianza-; y 1 de Fuerza Ecuador -conducido por Abdalá Bucaram Pulley, hijo del ex mandatario Abdalá Bucaram Ortíz (1996-1997)-.

El sustento de parte de la derecha tampoco desentonó. El movimiento SUMA aportó los escasos 9 escaños con los que cuenta, luego de la temprana ruptura de la alianza con CREO. El líder de la bancada, Guillermo Celi, afirmó que su partido no iba a trabar “el camino hacia una institucionalidad democrática”.

Por su parte, el movimiento CREO (25 escaños), cuyo líder es el ex candidato presidencial y banquero, Guillermo Lasso, anticipó que no prestaría sus votos: “Se pretende reemplazar a Glas con personas igual de instrumentales en todos los abusos y atropellos que se dieron en la última década”, explicaba el comunicado emitido por su dirigencia nacional. Con esto dieron cuenta que la posibilidad de una negociación por los nombres de la terna estaba abierta, pero Lenin Moreno eligió en soledad.

No obstante el rechazo del segundo bloque más importante en la Asamblea, 3 de sus legisladores se plegaron al llamado oficialista y votaron a favor de Vicuña, asegurando así la elección de la nueva vicepresidenta. El coordinador de la bancada de CREO, Roberto Gómez, acusó que estos tres asambleístas “no pertenecen al movimiento”.

Foto: El Comercio

En soledad quedaron los 29 asambleístas identificados con el ex presidente Rafael Correa, que retornó desde Bélgica el pasado viernes y anunciará pronto la fundación de su nuevo partido llamado “Revolución Ciudadana”. Por primera vez, AP mostró su fractura en el Pleno, y la facción correista se negó a votar por la reemplazante de Jorge Glas, a quien consideran judicialmente perseguido.

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También rechazaron la votación los 14 asambleístas del bloque del Partido Social Cristiano. Su referente, Luis Fernando Torres, afirmó que no se harían responsables de la destitución del vicepresidente sin un juicio político previo.

Finalmente, María Alejandra Vicuña fue ratificada como vicepresidenta con 70 votos afirmativos, 17 negativos, y 19 abstenciones. De esta manera, la institucionalidad burguesa del régimen de la Constitución de Montecristi convalida un proceso ilegítimo, que destaca por la inexistencia de algún tipo de consulta a las y los trabajadores.

A ellos y ellas sí los convocan a votar cuando necesitan legitimar su poder en las elecciones convencionales. Después de eso, la casta política ya puede encargarse sola de afirmar los golpes palaciegos y las ganancias de los empresarios.