Del extractivismo a la coalición del ajuste sin escala. Los deseos de Estados Unidos y el establishment en el evento del “Council of Americas”. El Frente de Todos y Juntos por el Cambio le hablaron a los dueños.
Jesica Calcagno @Jesi_mc
Domingo 21 de agosto de 2022 11:24
Foto: Télam
Oro blanco
Entre el lujo del Hotel Alvear, cada uno de los dirigentes políticos oficialistas y opositores que pasaban a exponer en el Consejo de las Américas, tenían atrás un cartel: “corporate sponsors”. Que estuviera in english no era un mero detalle. CitiBank, JP Morgan, Pan American Energy pusieron sus sellos, entre otros como Aeropuertos Argentina 2000 de Eurnekian, que se fundían con el de “Presidencia de la Nación”. Fueron desfilando grandes empresarios, CEOs, el embajador norteamericano, gobernadores opositores y funcionarios oficialistas. Los símbolos acompañaron la tónica de los discursos y un pasilleo de lo más coqueto en el barrio de Recoleta. Sergio Massa, que cerró el evento, se sentía como en su casa. Bandera norteamericana, bandera argentina, una a cada lado del atril. Si ya es reconocido por sus capacidades marketineras, la imagen fue casi un homenaje a la de “ministro auspiciado por….”.
El encuentro combinó definiciones de todo tipo. Entre ellas, el modelo de saqueo y extractivismo para la Argentina, donde el litio picó en punta. Fue un gran eje en la mesa de los gobernadores que expusieron en el Consejo de las Américas: Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza), y Gustavo Sáenz (Salta) se encargaron de ofrecerle a Estados Unidos el “oro blanco”, como se le dice al litio, como parte de un menú variado de minería y entrega de recursos naturales. El embajador norteamericano, Marc Stanley, reconoció su gran interés: “Estados Unidos quiere tener una relación con Argentina para que sea líder en América Latina, su intención es ayudar con la infraestructura, alimentos, energía, litio”.
Página 12 publica este domingo extractos de un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, donde “queda claro que el litio argentino es un recurso fundamental para EE.UU. en su carrera con China”. Además, el informe recomienda nuestro país porque “es el más desregulado”. Dice explícitamente: “El gobierno federal no ha impuesto ninguna regulación a la inversión extranjera en el sector del litio y permite que el mercado dicte el desarrollo de la industria”. Más adelante, agrega: “Dado el conflicto comercial geopolítico con China, ésta podría usar su posición para dirigir el futuro de la transición mundial a una energía limpia. En vistas del estado actual de la cadena de suministro de litio, Estados Unidos se encuentra muy poco preparado para satisfacer el aumento exponencial de la demanda durante la próxima década y con posterioridad”.
En nuestro país rige la modificación del Código Minero que se hizo bajo el menemismo, y faculta a particulares para buscar minas, aprovecharlas y disponer de ellas, cosa que no puede hacer el Estado. Como explica Gastón Remy en La Izquierda Diario: “El litio está en manos de multinacionales de origen australiano en sociedad con Toyota (Orocobre, “Sales de Jujuy”, ahora asociada a Galaxy que opera en Salta –“Sales de la Vida”- conformado el quinto grupo más grande de litio del mundo), chino-canadienses (Exar) como en Jujuy o norteamericanas (FMC) en Catamarca”.
Esta herencia es la que fundamenta la opinión de un científico que cita Página 12: “tenemos el marco regulatorio del litio, que es el más neoliberal de la región”. Un verdadero foco de atracción para multinacionales extranjeras.
El caso de la extracción minera del litio es cuestionada por la gran cantidad de agua dulce que utiliza, y es uno de los motivos por los cuales organizaciones ambientales y comunidades originarias se oponen al saqueo de las multinacionales que operan en nuestro país.
En el turno del gobernador radical Suárez en el Consejo de las Américas, recordó como una pesadilla la gran movilización del pueblo mendocino en defensa del agua que frustró sus planes extractivistas. También recordó que las modificaciones de la legislación provincial a favor de las mineras, fue impulsada junto al Frente de Todos. “Decimos lo mismo” aseguró.
Desde el público aplaudía también Flavia Royón, la nueva secretaría de Energía que puso Sergio Massa. Ex funcionaria del gobierno de Salta, es reconocida por las multinacionales por impulsar junto a los gobernadores “la mesa del litio”.
Las estrechas relaciones con Estados Unidos tienen sus próximas paradas con tres super pack de giras oficiales. Como cuenta Claudio Mardones en Tiempo Argentino, “primero viajará el ministro de Economía, Sergio Massa, en una misión que incluirá reuniones con el Tesoro, el Banco Mundial, el BID y con la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva”. También tiene su turno Alberto Fernández quien, finalmente, parece que concretará su ansiado encuentro con su par yanqui, Joe Biden. El tercero es el del cristinista Wado de Pedro, que viajará a Estados Unidos con diez gobernadores del “Norte Grande”, del oficialismo y la oposición. Justo los más interesados en el avance de los proyectos extractivistas del litio.
El ministro del interior fue protagonista en el Consejo de las Américas, en una cena privada, donde se llevó los elogios de la titular de la organizaciones empresarial norteamericana, Susan Seagal. Hasta Eduardo Van Der Kooy en Clarín destaca el desempeño de De Pedro con el establishment. Lo describe como “El kirchnerista que siempre actúa como moderado. Por un auricular recibe instrucciones de Cristina” . Y agrega que “inauguró otra moda: cortejar a empresarios y políticos de Estados Unidos. (...) Conversa asiduamente con Marc Stanley. Al embajador estadounidense le cae bien”.
La vicepresidenta Cristina Fernández también tuvo sus encuentros con el imperio del norte. Con el embajador Stanley y con la generala del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson. Hace algunos días se conocieron declaraciones de esta mujer que encajan con el tema que retomó el Consejo de las Américas: “El ‘triángulo del litio’ está en esta región. Hay muchas cosas que esta región tiene para ofrecer, muchos recursos” dijo en referencia a América Latina. En la misma línea del informe de Washington sobre el litio que publica Página 12, la generala mostró su preocupación por la injerencia china en la región: “están jugando al ajedrez” y “creo que están allí para socavar a Estados Unidos, están allí para socavar las democracias”.
Las fichas del TEG se están moviendo. La estafa de la deuda con el FMI y el extractivismo ganan protagonismo para reforzar el sometimiento y la dependencia de Argentina. El Frente de Todos da señales a dos bandas en la disputa Estados Unidos-China como contamos el domingo pasado.
Un ajuste de todos
El encuentro empresarial dejó más tela para cortar y colonizó el debate político. Una de las frases más comentadas, fue la intromisión directa del embajador de Estados Unidos, Marc Stanley. “Me encantó lo que dijeron los otros oradores, solo una cosa difiero con el jefe de Gobierno Larreta. Él habló de una coalición, él quiere construir una coalición. Yo le diría que lo hagan hoy mismo. No creo que Argentina tenga que esperar a las elecciones de 2023 para hacerlo. Este es el momento de hacerlo. Espero que este país no espere hasta 2023 para hacerlo” dijo dialogando con el discurso de uno de los presidenciables del PRO y Juntos por el Cambio. Larreta ya tiene hace rato en su libreto eso de hacer una “coalición del 70% de la política”. Aunque, como dice Marcelo Falak en LetraP, “piensa en un armado de ese tipo, si es que es posible, posterior al proceso electoral”.
El embajador se sintió como en su casa, para dar la línea política con la que sueña también el mundo empresarial local. Sergio Massa recogió el guante en su turno, y aunque habló de ir a acuerdos y consensos concretos (que hoy los piensa más acotados al ámbito del Congreso), le puso el contenido a ese sueño “del centro” cuando dijo: “La austeridad y el orden lo hacemos entre todos”. Otra manera de decir: el ajuste lo hacemos entre todos. Una premisa que empezó a practicar el propio Frente de Todos internamente dándole el “volumen político” a Sergio Massa para hacer más ajuste del que había iniciado la gestión Guzmán. Pero si hay alguien que no se conforma y tiene altas sus expectativas, es el establishment. Mira hacia el futuro y piensa en más “acciones dolorosas” como ya peticionó para Argentina la titular del FMI, por eso promueve un “gobierno de consenso” transversal a las dos coaliciones mayoritarias. Para escalar más en el ajuste contra las mayorías, ven necesario un “volumen político” superior para afrontar sus consecuencias sociales, y la posibilidad de estallidos.
Mauricio Macri tiene en carpeta el deseo de avanzar con aquello que las masivas movilizaciones callejeras contra la reforma previsional le impidieron. Carlos Pagni detalló esta semana en La Nación sus ideas para una reforma laboral junto a la confesión de quien la elabora con el ex presidente. “Para él este cambio es esencial. Cree que el modelo sindical es incompatible con el desarrollo. Piensa que con los gremialistas hay que hacer lo que se hace con los caballos cuando tienen una lesión incurable: sacrificarlos con el menor sufrimiento posible” le confió el asesor sobre el pensamiento de Macri. Un imagen de terror.
Si algo viene aprendiendo el macrismo es que tirando su programa económico abiertamente, juegan un rol fundamental en correr la agenda a la derecha, y que otras fuerzas adopten sus ideas.
El caso de los tarifazos es representativo. Como dice Diego Genoud en La Política Online “La victoria póstuma de Guzmán y Matías Kulfas es tan apabullante que la ejecutan algunos de sus más encarnizados detractores, con la anuencia de la vicepresidenta y La Cámpora. Si estuviera en condiciones, Alberto Fernández hasta podría festejarlo”. Quienes sí se sienten en condiciones de festejar son algunos referentes macristas como el ex ministro Aranguren: “es muy similar a lo que nosotros intentamos e implementamos a partir del 2016”.
Para colmo este domingo amanecimos con la noticia de una nueva suba de los combustibles, por orden de YPF: un aumento del 7,5% promedio, y en las naftas del 8,5%. La petrolera con participación estatal es presidida por un cristinista, Pablo González. Los precios de este rubro tienen un impacto sensible en una inflación que sigue la inercia de aumentos por cualquier cosa.
Hay otra dinámica que le hace homenaje a la era macrista. Según datos de CIFRA de la CTA, los salarios ajustados por el precio de la comida cayeron a junio de este año el 6% respecto a diciembre de 2019. Lo cuenta Alejandro Rebossio en El DiarioAr. En sintonía con la gran transferencia de ingresos desde las y los trabajadores al capital concentrado que se profundizó con el Frente de Todos según estudios del mismo organismo.
Los últimos, siguen cada vez más ultimos y agrandando las cifras de la informalidad y la pérdida de poder adquistivo. Mientras tanto, Sergio Massa continúa hiperactivo en darle más beneficios impositivos a los grandes empresarios. Cristina Fernández acompaña esta agenda desde el Senado: ya le dio el blanqueo para la construcción que pidió el superministro y se hará oficial este lunes, y prepara la aprobación de otra de esas leyes. Una para beneficiar automotrices, y otra para grandes laboratorios y el campo (la de Bio y Nanotecnología). Como describe Diego Genoud, “todo se hace con la anuencia de una Cristina que guarda silencio pero convalida -por ahora, sin poner la cara- y se mantiene activa como siempre”.
Mauricio Caminos en El DiarioAr habla del silencio de los movimientos sociales que orbitan en el oficialismo. Por un lado, describe que el “acuerdo Massa-Evita significa para el tigrense lograr cierta ´contención´ social y ganar tiempo para demorar medidas concretas”. También incluye a otras organizaciones de la UTEP, y destaca particularmente el silencio de Juan Grabois. “El más cercano a Cristina Kirchner– no volvió a alzar la voz desde que juró el ministro y tampoco se lo vio en la marcha de la CGT, aunque sí hubo una columna del MTE en la calle” agrega.
Una marcha de la CGT que no fue tan convocante como anunció su dirigencia. Sin consignas ni reclamos claros, el balbuceo de la cúpula frente al micrófono de La Izquierda Diario, contrastaron con una sola contundencia. Un “NO” enfático de Pablo Moyano a la pregunta de si harán alguna medida de lucha. Dentro del triunvirato cegetista, Pablo Moyano es quien se viene alineando con la vicepresidenta.
Sergio Massa, al cerrar su discurso en el Consejo de las Américas, retomó la idea de consensos planteada por Larreta y el embajador Stanley: “Dialogar con el otro no significa conceder sino pensar juntos”. Pero el accionar del Frente de Todos muestra un axioma inverso: no le hizo tanta falta la formalidad de "sentarse a dialogar" con Juntos por el Cambio para conceder el camino de un ajuste que se profundiza.
Desde abajo
En varias provincias del país asoman nuevos procesos de organización, huelgas, asambleas, movilizaciones que apuntan contra el ajuste. Como el mismo miércoles que desfiló la CGT, el sindicalismo combativo y la izquierda hicieron cortes en distintos puntos de la provincia de Buenos Aires con los trabajadores del neumático a la cabeza, y luego confluyeron en la Plaza de Mayo. En Santa Fe se combinan reclamos docentes, portuarios, ambientales, por tierra y vivienda. Neuquén tuvo este fin de semana un encuentro de trabajadores y trabajadoras de distintos sectores en lucha. Mendoza viene siendo epicentro de la rebelión docente y la unidad con las familias, y vuelven a escena las medidas de lucha de vitivinícolas.
Prueba de que el consenso del ajuste es de la política sponsoreada por corporaciones y la embajada norteamericana. La fuerza para superarla está en otra política, hecha por la clase trabajadora. Para la clase trabajadora.
Jesica Calcagno
Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.