Un 9 de julio marcado por postales del saqueo, la fuga y la abundancia del campo. Las elecciones legislativas entre el relato y la realidad. Precarización, salarios y salud: protagonistas de nuevas jornadas de lucha.
Jesica Calcagno @Jesi_mc
Domingo 11 de julio de 2021
¿La patria es el fondo?
Mientras en las redes sociales el 9 de julio muchos inundaban de banderas argentinas para festejar la fecha patria, el G20 en Venecia nos dio una postal que tuvo poca repercusión. El propio ministro Martín Guzmán subía en su cuenta de twitter una foto junto a Christine Lagarde, la ex titular del FMI que otorgó el millonario y fraudulento préstamo al gobierno de Mauricio Macri.
Disertaron juntos en el Foro Global de Productividad de la OCDE sobre los problemas de la desigualdad y el acceso equitativo a créditos en el mundo. ¿Qué loco, no? Otro dato llamativo del Foro fue algo que señaló Juan Grabois, del Frente de Todos, en su cuenta de twitter: “Guzmán y Lagarde comparten panel en Venecia. No dice nada de la estafa perpetrada por el FMI”. No se le escapó ni una crítica, ni una mención a la deuda macrista, ni al organismo que el propio gobierno responsabiliza de una serie de irregularidades.
En el mismo viaje Martín Guzmán se juntó con Kristalina Georgieva y con la secretaria del tesoro norteamericano, Janet Yellen. La diplomacia para encaminar la negociación con el FMI no tiene pausa.
Otra postal del Día de la Independencia fue el oportuno desembolso del gobierno de U$S 164 millones para pagar la deuda a los especuladores (por los intereses de los bonos a los tenedores de bonos Global, Bonar y GE).
Imágenes que nos recuerdan que, a pesar de algunos cambios coyunturales por la previa electoral, el rumbo de sometimiento y dependencia del país con organismos internacionales continúa y prepara nuevos capítulos.
Marcelo Colombres en Tiempo Argentino hace un repaso de las novedades de la negociación con el FMI. El panorama no es bueno, dice que para el Palacio de Hacienda “hay dos cuestiones, sin embargo, que todavía no pueden vulnerar: el plazo máximo de diez años que tienen los programas de asistencia del Fondo y la no aceptación de pagos parciales, al estilo del acuerdo celebrado hace pocas semanas con el Club de París". El problema de los plazos es un punto que el ala de la vicepresidenta viene tomando como una bandera para la negociación.
El ministro Martín Guzmán sigue haciendo buenos gestos al capital internacional, mientras que el conjunto del gobierno del Frente de Todos establece sus prioridades, aunque intente que no se note. Como dice Mónica Arancibia en La Izquierda Diario “desde que asumió Fernández hasta mayo de este año se pagaron alrededor de U$S 6.500 millones (en base a datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso) para los compromisos con organizaciones internacionales de crédito (como el FMI) y deudas contraídas con otros Estados”. Y luego grafica las prioridades: “en lo que va del 2021 el presupuesto de salud equivale al 6 % de los desembolsos del Estado Nacional, y el presupuesto a la vivienda el 1 % mientras los pagos de deuda representan el 8 %”. Estas proporciones no son algo nuevo, dice Arancibia que “esta misma relación sucedió en los gobiernos anteriores, durante el macrismo y el kirchnerismo”.
El presidente Alberto Fernández se refirió al “tema deuda” en el acto que realizó en Tucumán para conmemorar la fecha patria. Allí dijo "Nunca esperen de mí que firme algo que arruine la vida del pueblo argentino, nunca. Espero que me entiendan, porque si alguien espera que yo claudique ante acreedores o laboratorios se equivoca, no lo voy a hacer, antes me voy a mi casa”. ¿Será que no cuentan todos esos millones de dólares que lleva pagados el gobierno a organismos internacionales mientras recortó un 42% las ayudas sociales? ¿No es una claudicación frente a sus votantes que recibieron promesas en campaña y recibieron un mazazo con la pérdida de poder adquisitivo? ¿Qué significa sino destinar más presupuesto a esos organismos internacionales que a salud, vivienda y educación?
Sus palabras son música para los oídos de aquellos que prefieren quedarse con el relato antes que con los hechos, casi como una necesidad de “auto afirmación” que explique por qué siguen siendo parte del Frente de Todos.
De este lado del mapa las consecuencias de destinar apenas el 1% a vivienda son muy concretas. A las familias sin techo que buscan una salida por sus propios medios, la respuesta del gobierno es con topadoras. Nada más ni nada menos que en la provincia de Buenos Aires, se repite la imagen del desalojo y la represión de Guernica. El caso que publicamos en La Izquierda Diario muestra la crudeza de cuál es la realidad para muchas familias laburantes. “Profe, no puedo unirme al meet porque gendarmería vino al barrio a derrumbar casas”, fue el mensaje que alcanzó a enviar uno de los adolescentes que fue desalojado en la Ribera en Lomas de Zamora. ¿No es esto arruinar la vida del pueblo argentino, Señor Presidente?
No comemos papel
En la Argentina de la administración de la escasez, se pusieron de moda las cartas y proclamas que buscan mostrar la “diversidad en la unidad” de la coalición de gobierno.
El 9 de Julio salió una nueva declaración del “Grupo 25 de Mayo” con la firma de la diputada del Frente de Todos, Fernanda Vallejos, Hugo Yasky, Pablo Moyano, Jorge Taiana, entre otros referentes asociados al espacio del Instituto Patria. Cuestionaron al campo por beneficiarse de “rentas diferenciales” y “aumentar, sin justificación de mayores costos, sus precios locales”. Y se pronuncian por una serie de puntos como “crecimiento de salarios e ingresos por encima de la inflación”. Suena todo muy lindo pero ¿qué medidas proponen para atacar la irrisoria concentración de la tierra que tanto defienden los sectores del campo y la oposición de derecha con su nueva protesta? ¿Por qué la propia Fernanda Vallejos o Hugo Yasky votaron en el Congreso ajustar a los jubilados con la nueva movilidad?
No sólo de proclamas viven en el oficialismo. También hay comunicados. Alfredo Zaiat en Página 12 destaca que “Guzmán consiguió incluir en el comunicado final de ministros del G20 que el FMI revise los "sobrecargos" a la tasa de interés de sus préstamos, que para el caso argentino suman unos 1000 millones de dólares anuales por el crédito inédito y político entregado al gobierno de Mauricio Macri”. El título de su columna del domingo marca un poco el “espíritu”: “El G20 interviene tarde y tibiamente, pero es mejor que nada”. Allí desarrolla algo de la discusión que se dio en el encuentro en Venecia alrededor del impuesto a las multinacionales que estuvo como resolución. Zaiat, aunque saluda la iniciativa, cuestiona que seguirá beneficiando más a los países ricos que a los más que lo necesitan como Argentina.
Vale la pena preguntarse por qué, si necesitamos recursos como es obvio hasta para Zaiat, en Argentina sigue habiendo sectores concentrados de la economía a los que nadie toca. Buena parte del “colador” de recursos en fuga se va con la deuda. Pero también está la concentración de la tierra y el comercio exterior en manos de un puñado de pulpos agropecuarios. Y los bancos. No nos olvidemos de los bancos. Horacio Rovelli en El Cohete a la Luna vuelve a recordar que “las fuertes tasas de ganancia de los diez bancos privados más grandes que operan en el país, las paga básicamente el Estado”. ¿Por qué a los bancos no se los toca? Sería una pregunta interesante de responder por el Frente de Todos. Porque el pueblo trabajador no se alimenta del papel de cartas y comunicados. Pero lo que sí lo afecta son las decisiones del gobierno que profundizaron la pobreza y la caída de los salarios, mientras una minoría se sigue enriqueciendo.
En el Semanario Ideas de Izquierda, Matías Maiello y Esteban Mercatante, polemizan con el libro "La moneda en el aire", de Roy Hora y Pablo Gerchunoff, y plantean qué medidas podrían tomarse para terminar con la sistemática administración de la escasez.
A las urnas
Fueron semanas complicadas para Mauricio Macri. Acobijado en sus paseos por España, tuvo la noticia de la quiebra del Correo Argentino que vuelve a apuntar sobre sus estafas contra el Estado (de muy larga data). El jueves se sumó el carpetazo sobre su colaboración con el golpe de estado en Bolivia: envió material para la represión. El ex presidente salió a desmentirlo varios días después, aunque en algunos medios se publicó la confirmación del envío de los agradecimientos de los golpistas.
A todo esto, se suma el triunfo de Horacio Rodriguez Larreta en el armado de la lista de la Ciudad, con la confirmación de la ex bonaerense María Eugenia Vidal. Patricia Bullrich quedó relegada en sus pretensiones y tuvo que dar un paso al costado. En la provincia de Buenos Aires la interna parece mantenerse entre Facundo Manes, Diego Santilli y Jorge Mari.
Diego Genoud en El DiarioAr hace un análisis de cómo se va perfilando la carrera electoral para los dos coaliciones de la grieta, y las incógnitas por la situación económica y social. Dice que “así como prepara la sucesión en el bloque opositor, la campaña ordena a un Frente de Todos que en la gestión dio muestras elocuentes de ser una familia ensamblada en la que las diferencias provocaron un sinfín de idas y vueltas”. Desde el oficialismo siguen en la línea de buscar una serie de paliativos, con shock de obra pública incluida.
Genoud cita una encuesta de Ricardo Rouvier de todo el país que da cuenta de las principales preocupaciones (muchos son puntos críticos de la gestión “frentetodista”) . Primera, está “la inflación (52,1%), la desocupación (33,6%), la pandemia (28,9%) y la pobreza (19,2%)”. Agrega que “frente a ese panorama, el 39,7% responde que su mayor miedo es no poder afrontar los gastos del mes, el 26,6% quedarse sin trabajo y 25,6% contagiarse del virus o que alguien de su familia se contagie. Ese pesimismo se extiende hacia el futuro en las expectativas sociales”.
Cómo se armarán las boletas del Frente de Todos, todavía es una incógnita y hay todo tipo de rumores y especulaciones. Si el candidato es el proyecto, que los intendentes miden mejor, que hay que poner ministros. Brenda Struminger en Infobae hace un repaso de las opciones que están en danza.
Lo nuevo que asomó este domingo, que mencionan varios, son las intenciones de “correr” al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Rumores que vienen del lado de la asociación Máximo Kirchner – Sergio Massa que pretenden el puesto. Diego Genoud agrega el dato de la aparición de Martín Redrado, como parte de un movimiento de Massa por mostrar un posible reemplazante de Martín Guzmán en Economía. Nadie descarta que las elecciones traigan también cambios en algunos ministerios.
Para recordar un poco el rol de Massa bajo el gobierno de Macri, es interesante la entrevista que publicó Diego Genoud al empresario José Luis Manzano (que es parte de su nuevo libro “El peronismo de Cristina”). Sus respuestas sobre el peronismo socio de la gobernabilidad de Macri son elocuentes. También las reflexiones sobre cómo operó el desvío electoral del peronismo luego de las jornadas de movilización contra la reforma jubilatoria en 2017.
Lo que habla la calle
Joaquín Morales Solá y Eduardo Van Der Kooy hablan este domingo de “malhumor social” o de “una sociedad sublevada”. Pero sólo porque el campo se movilizó el 9 de julio con las quejas propias de una minoría privilegiada. Desde los entreveros por la exportación de carnes, la amenaza de que le suban las retenciones, la intromisión del Estado en la hidrovía, hasta los “varados” en Miami que lo consideran un ataque a la libertad. Hay videos un poco cómicos en las redes de turistas bronceados y en malla desde la playas intentando generan empatía como si fueran víctimas. La protesta del campo engloba, podríamos decir, “los reclamos de la abundancia” que nada tienen que ver con la realidad del pueblo trabajador. Como reconoció el propio libertario José Luis Espert que se mostró en la protesta explicando que “Me sumé a la marcha como productor agropecuario de la región. Tengo campos en Pergamino”. En plural.
Muchos periodistas y políticos de ambos lados de la grieta prefieren darle visibilidad a ese tipo de reclamos de los privilegiados, que termina inclinando la cancha para nunca afectar sus intereses.
Del otro lado de las minorías que defienden su abundancia, está la mayoría del pueblo trabajador y esa realidad que preocupa: no llegar a fin de mes, la inflación, el desempleo. No es sólo una cuestión de malhumor social, a muchos trabajadores se les va la posibilidad de un plato de comida para sus familias.
Las protestas de trabajadores y sectores populares persisten, y dan cuenta de “los por qué” de la desilusión con el gobierno. Esta semana fueron los tercerizados del ferrocarril que junto a despedidos de Edesur y otros sectores solidarios cortaron las vías del Roca y conquistaron que el gobierno tenga que sentarse a discutir su efectivo pase a planta permanente. También el paro en el Hospital Garrahan, que en algunos sectores tuvo el 80% de la adhesión, en reclamo de paritarias. Empezaron a coordinar con estatales y otros sectores en lucha para dar más fuerza a la pelea. El viernes en Mendoza una impactante movilización de más de 10.000 trabajadores y trabajadoras de la salud y la educación, junto a judiciales, vitivinícolas, guardaparques, de la televisión y organizaciones sociales y políticas mostraron un camino de unidad para enfrentar el ajuste
Es en estas protestas y reclamos de todo el país donde está presente la izquierda. Siempre del mismo lado. El objetivo del Frente de Izquierda y la propuesta de unidad para transformarse en tercera fuerza nacional será una batalla también electoral, con una perspectiva de futuro. Frente al ajuste y la administración de la escasez, los reclamos del pueblo trabajador necesitan unirse, coordinarse y ganar fuerza como alternativa política. Los cambios no vendrán desde arriba, será obra de las y los trabajadores mismos.
Jesica Calcagno
Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.