Este espacio de reflexión y encuentro construido desde abajo por profesionales del sistema de salud en formación, regresó tras su interrupción durante la pandemia para debatir sobre la práctica hospitalaria en el sistema público de salud.
Miércoles 17 de mayo de 2023 19:01
Desde el lunes 15 de mayo hasta este miércoles 18 transcurrieron las Jornadas Metropolitanas de Residentes de Salud Mental en el Centro Metropolitano de Diseño, bajo el título “Violencias y trauma: encrucijadas de la clínica actual”.
Dichas jornadas son un clásico de las y los profesionales en formación de las disciplinas de psicología, psiquiatría, trabajo social, terapia ocupacional y musicoterapia, que se vieron interrumpidas durante la pandemia del Covid-19 y volvieron para quedarse.
Contaron con la presencia especial de concurrentes de las mismas disciplinas que también participaron y expusieron trabajos, así como también con la coordinación de mesas por parte de compañeros que ya finalizaron su pasaje por el sistema de residencias y concurrencias.
Se trata de un espacio autoorganizado desde abajo por los propios jefes de residentes que son elegidos entre sus compañeros, y que destaca así de otros congresos y jornadas cuyo impulso está fuertemente marcado por la presencia de laboratorios y farmacéuticas que aprovechan los espacios de encuentros entre trabajadores de la salud mental para ofertar sus drogas y hacer marketing.
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Fueron tres días de intenso debate que abordaron diversas problemáticas, con más de 100 trabajos presentados por compañeros de diferentes efectores de salud de todo el AMBA, abordando diversos aspectos de la clínica. No se pretende que este sea un recorrido exhaustivo de todas las presentaciones, sino destacar algunos en particular que interesaron a la autora de este artículo.
Entre los temas abordados se vieron problematizaciones en torno a cómo realizar abordajes desde una perspectiva que incluya los atravesamientos del género,entendiendo que el machismo y la opresión genera sufrimiento psíquico tanto en hombres como en mujeres, pero no de la misma manera. La cuestión de los determinantes sociales en la clínica se hizo presente también a la hora de pensar la importancia del posicionamiento político de las y los trabajadores de la salud, evitando patologizar cuestiones que responden a las condiciones materiales de existencia en este sistema social capitalista y patriarcal, y que se vuelve necesario poner sobre la mesa en un contexto de cada vez más ajuste que vienen impulsando el gobierno de Alberto, Massa y Cristina, con el aval de toda la oposición de derecha desde Juntos por el Cambio a Millei, y que está sometiendo a miles de persona a la pobreza y la precarización, generando cada vez nuevos y complejos padecimientos de la mano de las condiciones que impone el FMI.
Se debatió también en torno al “burnout” laboral como la expresión más brutal de la precarización del sistema de salud que arrastramos desde los ´90 a esta parte, poniendo el foco en la importancia de colectivizar estos padecimientos de quienes trabajamos en el sistema de salud para poder pensar una salida transformadora que supere la supervivencia individual, destacando la potencia y la fuerza que tenemos las y los residentes y concurrentes cuando nos organizamos y ganamos las calles como a fines del año pasado. En este mismo sentido, la potencia de nuestro rol estuve presente a la hora de pensarla falta de recursos necesarios y la mala distribución de los mismos para un abordaje de salud mental que sea acorde a la Ley 26.657 que aún no se cumple, a pesar de haber pasado ya más de 10 años desde su sanción, quedando claro que se trata de una decisión política de todos los gobiernos de tocar intereses claros de asociaciones profesionales así como también de quienes lucran con la salud y para quienes un enfoque comunitario y preventivo no trae ganancia.
Distintos trabajos cuestionaron las prolongaciones de los tiempos de internación, tanto para la población infanto-juvenil como para los adultos, frente a “cuestiones sociales” donde la falta de acceso a vivienda y vacantes en hogares entre otros recursos, son las principales trabas para el alta hospitalaria de cientos de personas. También se cuestionó que lamentablemente la institucionalización sigue siendo la principal respuesta a la hora de pensar los abordajes de salud mental o en el área de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, contrario a lo que dictaminan las leyes vigentes.
En otras mesas, compañeros se preguntaron por el desencuentro entre la formación recibida y las necesidades de la población, mostrando como cuentan con más herramientas para el trabajo con cuadros de psicopatología grave pero que no son los más prevalentes en la población de nuestro país, que tiene más problemas asociados a la ansiedad en sus distintas formas o diferentes tipos de demencias frente al envejecimiento cada vez mayor de la población. En este sentido, resonaba en otras presentaciones la pregunta por la falta de formación en herramientas de gestión hospitalaria para poder empezar a repensar cómo organizar más y mejor los recursos disponibles en pos de las necesidad sociales, así como la necesidad de construir mayores datos epidemiológicos desde una mirada crítica.
Finalmente, el compromiso social y la solidaridad con otros trabajadores en lucha, no estuvieron ausentes de las jornadas. Diversos compañeros se sumaron a la campaña en solidaridad con les trabajadorxs del subte que desde hace semanas vienen tomando medidas de fuerza para eliminar el asbesto del subte, defendiendo así sus vidas y la de los pasajeros frente a la desidia de Metrovías y Larreta.