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Red Internacional
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Opinion. Editorial de editoriales: las olas de la pandemia

Hubo cadena nacional del presidente Alberto Fernández para alertar sobre la inminencia de la segunda ola de la pandemia en el país. Crisis de vacunas y las contradicciones de la economía. La otra oleada: la realidad desde abajo y las luchas que movilizan el 24 de marzo.

Jesica Calcagno

Jesica Calcagno @Jesi_mc

Domingo 21 de marzo de 2021 12:26

¿Tripartito?

La coalición de gobierno y la oposición de Juntos por el Cambio tienen la mirada puesta en las elecciones legislativas de este año. Desde ese prisma esta semana presenciamos la presentación del libro de Mauricio Macri, Primer Tiempo; la cadena nacional del presidente; el show mediático entre el ministro de seguridad bonaerense Sergio Berni y la de nación Sabina Frederic a partir del caso de la niña M.

Así lo reconoce Horacio Verbitsky en El Cohete a la Luna que arranca diciendo “si algún consenso hay en la política argentina es que el resultado de las elecciones de medio término depende de tres factores: el control de la pandemia, la marcha de la economía y la unidad del peronismo”.

Efectivamente hay consenso en los principales editorialistas que toman el guante de estos debates en sus páginas. Como siempre, el factor ausente en todos los análisis es la realidad desde abajo que sólo puede encontrarse en La Izquierda Diario. El cuarto elemento. Lucho Aguilar te lo cuenta con un repaso de lo que dejó esta semana, con nuevas protestas y reclamos que expresan un malestar social extendido en todo el país (y que también está resumido en este video). No se llega a fin de mes con una inflación que no cesa, sueldos adeudados, precarización laboral y cierre de empresas que se encuentran con la resistencia de trabajadores y trabajadoras. Aunque la casta política y los medios de comunicación hegemónicos desde las alturas del poder no lo tengan en “su agenda”, hay una levadura en esos procesos que inician una experiencia con un gobierno peronista que no cumple con sus expectativas luego de la catástrofe macrista.

Desmenuzando cada uno de los factores, el panorama para la Argentina está plagado de contradicciones, atravesado por una creciente desigualdad que es fermento para que el malestar social se convierte en resistencia y organización del pueblo trabajador.

Pandemia y vacunas

En Argentina los contagios aumentaron el 11%. Preocupan las nuevas variantes del virus y el plan de vacunación que avanza a un ritmo lento por la escasez mundial y las disputas entre países. Esto motivó la cadena nacional de Alberto Fernández del jueves, aunque fue un “alerta” sin medidas concretas. Un mensaje que buscó preparar el terreno, para apuntar a la responsabilidad de la población. El gobierno quiere evitar a toda costa tomar medidas que afecten el funcionamiento de la economía. La Ministra de Salud Carla Vizzotti fue la encargada el viernes de dejarlo más claro: "El objetivo es trabajar con todo lo que aprendimos para que en caso de tener que volver a tomar alguna medida, eso sea sin impactar en las actividades, sin necesitar confinamiento".

Mario Wainfeld en Página 12 adelanta posibles anuncios: “están en cocción para la semana entrante: para empezar, un DNU desalentando viajes al exterior, restringiendo el número de vuelos, imponiendo obligaciones (cuarentena, un PCR) a quienes vuelvan desde el extranjero”. Sigue sonando a poco.

El gobierno venía poniendo todas sus fichas en el plan de vacunación. El propio Wainfeld muestra los pobres datos de su evolución: “el 5,4% de la población recibió al menos una dosis”. Se esperaba que en el primer trimestre estén vacunados los grupos prioritarios (12 millones de personas), pero ese plan ya está demorado: sólo fueron aplicadas 3 millones de dosis. Se suma el problema de los plazos y cantidad de dosis que arribarían al país, que desde Olivos reconocen inciertos.

No hay dudas que la producción y distribución de vacunas es un problema mundial, en sintonía con la irracionalidad y la desigualdad capitalista. La OMS afirmó el mes pasado que de las 200 millones de vacunas contra el covid-19 que se aplicaron en el mundo casi el 80% se concentra en 10 países ricos. Del otro lado hay más de 210 países y territorios con más de 2.500 millones de personas, que no se ha recibido ni una sola vacuna.

Las grandes farmacéuticas y laboratorios se niegan a liberar las patentes, que permitirían una producción y acceso más masivo y extendido. Se llega al colmo de la irracionalidad cuando hay fábricas en distintos países que afirman tener la capacidad de producir cientos de millones de vacunas en poco tiempo si las patentes estuvieran liberadas.

La guerra de las vacunas es, ante todo, un negocio. La industria farmacéutica y de laboratorios recibió 10.000 millones de dólares de fondos públicos para financiar sus vacunas, según la revista The Lancet. Sin embargo sigue siendo un bien escaso por su negativa a compartir los conocimientos y declararla un bien público. Al revés, está al servicio de aumentos siderales de sus ganancias. Un estudio que tomó una muestra de 30 compañías del rubro, reveló que sólo en 50 días del 2021 obtuvieron ganancias de 91.830 millones de dólares respecto al cierre del 2020.

Como ya se vio en otros países del mundo, la llegada de los inviernos viene con crecimiento de los casos (en Europa ya se habla de “tercera ola”). Con el descenso de las temperaturas, prevalecen los encuentros en espacios cerrados y desprovistos de ventilación, en vez de frecuentar lugares abiertos. A las nuevas cepas (más contagiosas) se agrega el regreso a las aulas y a otros lugares de trabajo donde no hay condiciones de higiene y seguridad acordes. Es por la responsabilidad del Estado y empresarios. La llegada de una segunda ola se toma como un hecho consumado, pero hay medidas que podrían tomarse. El problema es que los gobiernos eligen otras prioridades.

Economía y presupuesto 2021

De los dos lados la grieta mediática aparece el optimismo económico del oficialismo y el llanto empresarial de la oposición de derecha.

Joaquín Morales Solá encabeza la cruzada de las grandes empresas contra el pedido de información de la Secretaría de Comercio para monitorear el aumento de precios. Aunque reconocen que la medida gubernamental no tiene prácticamente alcances que los afecte y que sólo les suman “papeleo burocrático”, Morales Solá lo califica como “un remedo casi exacto de las viejas prepotencias de Guillermo Moreno, que terminaron en su momento por ahuyentar la inversión y estimular el éxodo de empresas”.

Las quejas de Eduardo Van Der Kooy en Clarín son las mismas, y le suma otra. “El Presidente declaró que si debe optar por los desprotegidos o los acreedores, elegiría a los primeros. Escuálida ayuda para el profesor de la Universidad de Columbia” (en referencia al ministro Guzmán que se encuentra en Washington para retomar las negociaciones con el FMI). Aunque la realidad desmienta la elección presidencial, a Van Der Kooy le gustaría escuchar que elige a los lobos de Wall Street. A confesión de partes…

Alfredo Zaiat en Página 12, va por otro camino. Describe una prometedora situación económica y financiera a partir de algunos indicadores. Plantea el debate en los términos de definir “cómo se reparten los frutos del crecimiento de este año de recuperación económica”. Zaiat sugiere que, para aliviar la inflación, antes que subir retenciones al sector agroexportador, mejor “desacelerar el ritmo de la devaluación”. Lo que nunca entra en las opciones es afectar las ganancias del empresariado más concentrado, ni aumento de salarios que le ganen alguna vez a la inflación.

Tampoco se cuestiona la negociación con la “deuda criminal” con el FMI. Verbitsky se suma a las voces oficiales que dan como un hecho el pago de la estafa, y plantea las tres hipótesis de los términos de la negociación que analiza gobierno.

Marcelo Colombres en Tiempo Argentino sugiere algunas contradicciones de los pronósticos del gobierno. “Esperamos un crecimiento del Producto Bruto del 7% para 2021” dijo el ministro Guzmán en una videoconferencia con representantes de fondos de inversión. Cita el último informe de la consultora PxQ de Emmanuel Alvarez Agis que calcula que el país necesita elevar las exportaciones en un 34% más que el nivel actual para “hacer frente a los pagos de deuda en moneda extranjera y a las importaciones que permitan sustentar un crecimiento sostenido del PBI del orden del 2% anual”. El clásico cuello de botella de una economía dependiente y atrasada.

Randy Stagnaro en Tiempo Argentino recuerda que los bonistas reclaman ajuste fiscal y, aunque a Guzmán no le gusten sus formas, “su derrotero, hay que decirlo, apunta en el mismo sentido”.

Diego Genoud en El DiarioAr refuerza esta idea con el diagnóstico de la directora de la consultora Eco Go “el ajuste que va a pedir el Fondo (…) ya se está llevando adelante y la reducción de subsidios para aumentar tarifas sería apenas la frutilla del postre”.

El FMI hizo público que le exige a la Argentina que presente un programa económico. El gobierno, en boca de Guzmán, contesta que ese programa es “el presupuesto 2021” como lo señaló en la entrevista con Carlos Pagni en La Nación este lunes. El “pequeño” detalle que omiten desde el oficialismo es que es un presupuesto que no contempla la pandemia ni la segunda ola.

Como señala Alejandro Bercovich en Bae la única partida por la pandemia es para la compra de vacunas (“Acciones de Mitigación de la Pandemia Coronavirus COVID-19") y que “es un presupuesto que ya se consumió totalmente, según los registros del Banco Central”. El gobierno decidió también este año recortar el presupuesto en salud, eliminar el IFE, el ATP y “hasta el mísero bono de $5.000” con el que se pretendió compensar al personal de salud.

El gobierno anunció como inevitable la llegada de una segunda ola, y en el mismo acto esconde que sus prioridades están en otro lado: el FMI y otras deudas que vienen de la dictadura militar, beneficios impositivos y subsidios a grandes empresas.

Aunque el relato oficial es que “fortalecieron el sistema de salud”, la realidad de las y los trabajadores del sector los desmiente. Hay reclamos y peleas en todo el país, con paros, movilización y asambleas autoconvocadas o interhospitalarias.

En La Matanza, denuncian que el salario básico de un médico está entre $9200 y $9600 por mes, y una enfermera con 20 años de antigüedad cobra $20.000. Le reclaman al municipio de Fernando Espinoza que los mantiene fuera del convenio colectivo y precarizados.

En Neuquén van por la cuarta asamblea interhospitalaria, hicieron cortes de ruta. Crece el descontento con las conducciones de UPCN y ATE. En Tucumán se organizan como autoconvocados e hicieron paro por 72 hs: por aumento salarial, las condiciones de precarización y persecución a trabajadores de la salud. En Chubut también fueron al paro por 72 hs en hospitales públicos de toda la provincia: les deben sueldos, Arcioni les congeló las paritarias y redujo del presupuesto 2021 las partidas de salud y educación mientras subió las destinadas a pago de deuda. En la provincia de Buenos Aires hay tres casos más. El Hospital Lacarde de San Miguel está peleando por condiciones laborales. La Clínica Constituyentes de Morón donde les adeudan sueldos de enero y febrero. Y el caso de la Clínica San Andrés en Tres de Febrero que cerró en medio de la pandemia cuando más se necesitan recursos e instalaciones del sistema sanitario. Están defendiendo 144 puestos de trabajo y reclaman a Kicillof la estatización para ponerla al servicio de enfrentar la pandemia. La clínica está ocupada hace más de un mes por sus trabajadores.

Las y los trabajadores de la salud que están peleando, son parte de quienes marcharán en todo el país este 24 de marzo.

El factor Berni y la unidad del Frente de Todos

La unidad del Frente de Todos va a coronarse este lunes 22: Alberto Fernández asumirá la presidencia del PJ nacional. Harán un acto en el club Defensores de Belgrano, en el barrio porteño de Núñez.

Horacio Verbitsky señala que el único que queda afuera del evento es Sergio Massa “porque su Frente Renovador no integra el PJ”. Agrega que “esto le viene bien a él, porque lo ilusiona con una acumulación personal con proyección futura, pero también a Cristina y Alberto, dado que refuerza la idea de una coalición y la perspectiva de que sumen otras fuerzas”.

A pesar de esas señales de unidad, con el caso de la niña M volvieron a mostrarse las rispideces internas de la coalición de gobierno.

Sergio Berni busca insistentemente llevarse la atención de todas las cámaras con su show mediático, y salió al cruce otra vez contra la ministra de seguridad de la nación Sabina Frederic. Redobló la apuesta este fin de semana, y el espacio se lo dio Infobae. Al hilo, sábado y domingo, Berni se transformó en uno de sus columnistas.

Le contestó directamente a Frederic, contraatacando. “Una práctica cada vez más recurrente consiste en olvidar argumentos y desestimar razones, calificando de ególatra y violento al otro como mecanismo retórico dirigido a justificar la propia inoperancia e hipocresía”, dice. Contrapone sus “acciones concretas” a “las fotos en los despachos” y “la virtualidad de las redes sociales como un mero lugar de enunciación” de quienes califica de inoperantes. Berni intenta aparentar preocupación por la pobreza, con un relato tan poco creíble como cínico.

“Hacer lo que hay hacer” titula uno de sus descargos. Sí, lamentablemente conocemos a este personaje por sus “acciones concretas”. Arrasar con topadoras a las familias sin techo en Guernica, quemarles las precarias casillas y todas sus pertenencias mientras las reprimía y perseguía por los alrededores del barrio. Lo que hace Sergio Berni es desalojar con represión a las familias como las de la niña M. Nunca menos que Patricia Bullrich.

Como dice Diego Genoud, el problema para estos funcionarios “de acción” es que cuando esas familias que viven en la pobreza “buscan mejorar su situación general por la vía colectiva, pasan de ser víctimas a ser sospechosos”.

El malestar al interior del Frente de Todos con Sergio Berni se produce cuando ataca a una ministra elegida por el presidente. Cuando se trató de la imagen de topadoras y represión a las pobres con el ministro al frente en el terreno, la reacción de los funcionarios no fue la misma. Tampoco hubo tal reacción esta semana, cuando los trabajadores del frigorífico Arrebeef y el pueblo que salió en su apoyo fueron reprimidos en la provincia de Buenos Aires.

Sergio Berni, para la tranquilidad de la unidad, se queda en su puesto. El estómago de los defensores del Frente de Todos es a prueba de balas. Literalmente. Cuenta Pablo Ibañez en El DiarioAr, que una fuente del PJ le reveló que “la política de Seguridad en el conurbano la definen Alberto, Cristina y Kicillof, no la definen los ministros en los medios".

El caso M: nombrar la pobreza

Despejando las peleas de cartel entre funcionarios, el caso de la niña de 7 años que estuvo desaparecida varios días, vuelve a ponerle caras a una realidad creada y agravada a cada paso por la irracionalidad capitalista.

La pobreza infantil en Argentina alcanza al 62,9% de niños y niñas. Según estimaciones de UNICEF, las zonas más críticas son el conurbano bonaerense, grandes ciudades como Rosario y Córdoba, y la región del noreste en Formosa, Chaco, Misiones y Santiago del Estero.

Ahí está la pandemia para recordarnos el ADN del capitalismo en el mundo: la desigualdad. En sólo 9 meses, las 1.000 personas más ricas recuperaron las pérdidas que habían tenido al inicio de la pandemia, y hasta los 10 hombres más ricos ganaron medio billón de dólares desde entonces. Mientras, se calcula que la población más pobre podría tardar más de una década en recuperarse de estos impactos económicos. Las personas que padecen hambre en el mundo aumentaron 82% en 2020 con respecto al año anterior.

Aunque abundan economistas y analistas que festejan con algunos indicadores de la economía, como dice Pablo Anino en el semanario Ideas de Izquierda “el ritmo de la recuperación económica mundial esperado no es equivalente a la mejora en los indicadores sociales de desocupación, pobreza, desigualdad”. Allí analiza el plan de estímulo de 1,9 billones de dólares (millones de millones) que hizo votar el nuevo presidente norteamericano Joe Biden. El monto es equivalente a casi cuatro veces lo que produce Argentina, y aún así “ni siquiera alcanzará para recomponer rápidamente el mercado de trabajo en los propios Estados Unidos”.

Sucede que desde las alturas del poder económico, político y mediático es común escandalizarse con la pobreza para, acto seguido, defender a los acreedores privados, multinacionales, bancos o hasta “devaluaciones dosificadas”. Aunque se lamenten, ya demostraron que no serán ellos los que den una salida a esta cruda desigualdad. Hay que apostar a lo que pasa “desde abajo”. Es hora de dejar a un lado ese antiguo cliché de etiquetar como utópico el objetivo de ponerle fin a la propiedad privada y los privilegios de una clase minoritaria a costa de las mayorías.

Detrás de esa etiqueta, lo que se mantiene es esta barbarie. La de 2.000 millonarios que tienen tanta riqueza que no podrían gastar ni en 1.000 vidas. La que condena la vida de 270 millones de personas que pasan hambre, desde su nacimiento.

PostData

Este 24 de marzo se cumple un nuevo aniversario de la dictadura, y no va a ser como los demás. Nos movilizamos en todas las plazas del país, con los organismos de derechos humanos independientes de los gobiernos, con la izquierda, y con las y los protagonistas de las luchas de la clase trabajadora. Extremando los cuidados sanitarios, tenemos que estar. Por los 30.000 detenidos desaparecidos. Por cada uno, cada una de quienes se decidieron a pelear y organizarse frente a la crisis social y económica. Que levantan su cabeza y se hacen escuchar. Su realidad, su lucha, es un hecho. Y es la de muchos y muchas más. Expresarla en las calles este 24 de marzo es también para darles más fuerza y dar pasos en la coordinación.

Y este 24 de marzo también elegimos iniciar una nueva etapa de La Izquierda Diario. Para que la realidad desde abajo multiplique su llegada, te vamos a necesitar. Por eso te invitamos a compartir todas las novedades que te contamos aca.

Nos vemos el 24 en la plaza.


Jesica Calcagno

Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.

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