La mesa de negociación con el FMI está en marcha. Un coctel de anuncios para el día de “las militancias”. Dos postales unidas en el camino del ajuste. Lo que dicen y lo que ocultan en editoriales del domingo.

Jesica Calcagno @Jesi_mc
Domingo 22 de noviembre de 2020
El “supermartes”
La semana estuvo teñida por la maratónica sesión en el congreso del martes. Se terminó de coronar el Presupuesto 2021 que incluye recortes en salud y elimina el IFE. La segunda votación en Diputados se hizo en modo express, para que no se note. Todos los ojos estaban puestos en el “Aporte Solidario” extraordinario por única vez de las grandes fortunas, sectores del oficialismo y la oposición utilizaron el debate para reafirmar sus identidades con encendidas argumentaciones. El presidente Alberto Fernández eligió el mismo día para anunciar el envío de un nuevo proyecto del poder ejecutivo para la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
El aporte solidario a las grandes fortunas, que se viene cajoneando desde casi lo inicios de la cuarentena, terminó este martes con media sanción. Lo que para muchos grandes empresarios significó una ventaja de tiempo para hacer movimiento de patrimonios y cambios de domicilio, para Horacio Verbistky fue una “estrategia de Kirchner de esperar el momento oportuno”. Bueno.
También se trató la llamada “ley del fuego”, que ahora pasó a ser el centro del disgusto de Eduardo Van Der Kooy en Clarín. Fiel a la costumbre de “el gran diario argentino” que sale en defensa los grandes propietarios del campo, apunta contra una supuesta “radicalización” de Máximo Kirchner, que lo distanciaría de la Casa Rosada. No tanto por el “trillado” impuesto a la riqueza, dice, pero “sí, en la media sanción que limita a 30 y 60 años el uso de campos incendiados intencionalmente”.
Martín Rodríguez en El Canciller, resume este “supermartes” legislativo como expresión de “disciplina interna y agenda transversal” propia de una vieja cualidad kirchnerista. Pero remata preguntándose cuánto duró esa agenda: “un día en la vida”.
“Militancias” para los días de fiesta
Todo esto transcurría mientras la misión del FMI estaba en la Argentina. El organismo miró con buenos ojos el presupuesto aprobado, y se relame con la propuesta del ministro Martín Guzmán del “acuerdo de facilidades extendidas” que lo habilita a pedir mayor reducción del déficit: del 4,5% que estima el presupuesto al 3,5%. Más ajuste y reformas estructurales.
Martín Rodríguez Yebra de La Nación advierte sobre las intenciones del FMI. “Cuando el Fondo habla de acuerdo amplio habla de las mayorías parlamentarias necesarias, no de unanimidad. Es un eufemismo para decir que lo apruebe Cristina y su grupo”, es lo que habría aclarado off the record uno de los empresarios que participó de las reuniones con el organismo.
En última instancia la carta de los senadores del Frente de Todos dirigida al FMI es un mensaje para negociar, pero no para rechazar una deuda que, ya es vox populi, fue a la fuga durante el gobierno de Macri. La carta expone contradicciones del préstamo y a la vez pide una negociación “transparente, efectiva y de buena fe”. Es decir, pagar.
El horizonte de que “Cristina y su grupo” aprueben el acuerdo con el Fondo está al alcance de la mano. Algo que también se confirma con “las militancias” que salen a festejar (sí, festejar) en las efemérides peronistas, pero nada de la realidad actual parece inmutarlos. Ni el FMI. Ni la pérdida salarial en un año donde sigue escalando la inflación. Ni las cifras de pobreza infantil que se estima alcanzarán el 63% a fin del 2020. Ni los jubilados. Ni Facundo Castro. Tampoco la represión a los sin techo en Guernica. Como dice Octavio Crivaro hoy en Ideas de Izquierda “militancias en plural y una estrategia en singular: ajustar”.
En la ronda de conversaciones con el FMI, la creme del empresariado de la AEA fue otra vez una de las estrellas del convite. Por iniciativa del ministro Martín Guzmán, se reunió con los tres miembros de la misión del FMI (Julie Kosack, Luis Cubbedu y Trevor Alleyne) y Paolo Rocca (Techint), Enrique Cristofani del Banco Santander, entre otros titulares. Esta vez se ausentó Magnetto (Clarín). Un comando común con la AEA para convalidar la estafa macrista.
Ajustados: datos, no opinión
Alfredo Zaiat en Página 12 insiste en su columna dominical sobre “la mentira del ajuste”, y se focaliza en dos grandes temas: jubilaciones y ayuda social.
Sobre las jubilaciones, sigue defendiendo la nueva movilidad propuesta por el gobierno, aunque no esté atada a la inflación. Dice que “un ajuste sería que las jubilaciones mínimas no empaten la tasa de inflación de este año”. Según sus cálculos, con el último aumento por decreto que anunció el gobierno del 5% quedarían “equilibradas”. Pero como apuntó Ismael Bermúdez, “en un solo mes, octubre, la canasta básica de alimentos aumentó el 6,6% (…) Y por tres meses, el aumento de las jubilaciones, pensiones y demás prestaciones sociales será del 5%. Cómo calificar esto?”.
Lucía Ortega explica en La Izquierda Diario cómo la suspensión de la movilidad que ordenó Alberto Fernández (antes de la pandemia) fue una pérdida para todos los jubilados. Los incrementos por decreto acumulados de este año “van a estar entre 24,3 % y 35,3 %, mientras que con la movilidad sumaban 42,1 %”. Se convalidaron así los 21 puntos que perdieron los jubilados con el macrismo, y se suma un ajuste más.
En última instancia, la justificación de Zaiat es que siempre los “gobiernos nacionales y populares impulsan políticas expansivas” al contrario de las experiencias neoliberales que son partidarias del ajuste. Pero hay algo de esa experiencia neoliberal que ningún gobierno revirtió: la formidable rebaja a las contribuciones patronales de Domingo Cavallo que desguazó la caja de ANSES. Se toma como un hecho dado la herencia neoliberal de la escasez de recursos para jubilaciones, administrando la miseria para las y los abuelos. Lo que vino desde entonces llevó a sucesivos gobiernos a cambiar la movilidad en forma permanente, oh casualidad, cada vez que los jubilados podían tener un aumento un poco mejor.
Alfredo Zaiat finaliza enumerando todas las medidas de emergencia y ayuda social del año. Desde créditos, IFE, ATP hasta las nuevas reducciones de contribuciones patronales. Medidas que nadie niega pero que, además de que muchas serán recortadas en el presupuesto 2021, no son contradictorias con el ajuste en curso. Al punto que son parte de las “sugerencias” del FMI. Como contó Alejandro Bercovich este viernes “Bajen gasto pero sean inteligentes. Que no tenga costo social” ordenó Julie Kozack del FMI en uno de los encuentros virtuales de esta semana. La misma operación que viene denunciando el Frente de Izquierda “te robo 100 y te devuelvo 2”. Convalidar el ajuste previo, hacer uno nuevo, y presentar la miseria como “digna” para el pueblo trabajador.
A este coctel también se suma el gran aumento de la deuda pública que describe Marcelo Colombres en Tiempo Argentino. “En octubre se tomó deuda por el equivalente a 6757 millones de dólares. Casi la mitad de esa suma corresponde a los bonos dollar-linked”. Esos bonos atados al dólar fueron los que emitió el ministro Guzman para controlar la corrida cambiaria de los especuladores. El “aporte solidario” que se votó este martes y fue tan festejado por “las militancias” va a recaudar con suerte unos 3000 millones de dólares.Lo que entraría por una ventanilla, ya se fue, por otra. Un círculo vicioso de fuga y especulación.
El país real: lo que NO cuentan en editoriales
Mientras la burbuja mediática y de algunas “militancias” va por carriles alternativos, en La Izquierda Diario se puede encontrar la cobertura de lo que ya se está moviendo en la clase trabajadora. Aca un primer panorama con un listado de los conflictos donde los reclamos de las y los esenciales empiezan a hacerse notar.
Con la inflación que escala y salarios que se siguen quedando atrás, nuevamente se movilizaron trabajadoras y trabajadores de la salud del AMBA, en Rosario hubo un paro histórico de la UTA en defensa de puestos de trabajo, condiciones laborales y salario, en el gremio de la alimentación hubo asambleas y movilizaciones que se expresaron en todo el país. En la Mina El Aguilar en Jujuy frente al anuncio de cierre los trabajadores dicen “la producción de la planta puede ser recuperada por los trabajadores y vuelta a poner en funcionamiento por su capacidad”. Los ferroviarios también pelean por salario y lo hicieron en la calle. En Mendoza se unieron trabajadores de la educación y de la salud en una importante movilización. Este sábado más de 700 jóvenes precarizadxs hicieron una asamblea en Guernica con la consigna “trabajo con derechos y tierra para vivir”.
Mientras la dirigencia de la CGT hace tibios reclamos por comunicado e insinúa la posibilidad de alguna medida de fuerza, las y los trabajadores ya lo están imponiendo desde múltiples sectores a lo largo y ancho del país. Ricardo Carpena en Infobae enumera algunas de las tensiones de esa dirigencia con el gobierno y dice que “el diálogo con el gobierno no se rompió, pero a la CGT le costará más que antes llegar a plantear sus demandas ante la plana mayor del poder”. A las disputas por cuotas de poder de la burocracia sindical, se agrega la olla a presión por esta bronca que empezó a motorizarse desde abajo como expresión del empeoramientos generalizado de las condiciones de vida.
El problema del trabajo y el salario se suma al de la tierra, que continúa y se sigue expresando en todo el país. En pocos días se cumplirá un mes del desalojo en Guernica, el símbolo de una represión donde mueren los relatos. La pelea por tierra y trabajo se empieza a transformar en motor de la lucha de clases. La unidad de trabajadores ocupados y desocupados, precarios y formales, tiene la potencia para que el debate no sea ajuste y miseria, sino la reorganización de todos los recursos al servicio del pueblo trabajador.
PostData
El viernes fue noticia que el banquero Jorge Brito falleció en un accidente en helicóptero. Políticos, empresarios y periodistas le hicieron su homenaje. Un personaje que supo cosechar vínculos con el peronismo, aunque sus últimos días los dedicó a un ferviente lobby contra el aporte solidario a las grandes fortunas y alentando “una rebelión fiscal”. Diego Genoud calificó ese lobby, en este perfil, como su modus operandi. Jorge Fontevecchia también le dedicó una columna para homenajearlo, y de alguna manera expresa la radiografía de la clase empresaria argentina y su historia. Jorge Brito, dueño del Banco Macro que adquirió en 1985, hizo su primera fortuna con una financiera fundada en 1976. En sólo dos años y con apenas 20 años, ganó su primer millón de dólares gracias a los beneficios del ministro Martínez de Hoz. Fontevecchia recuerda “la broma” del origen de las siglas del Banco Macro: acrónimo de “MuyAgradecidosCelestinoRodrigo”. Celestino fue el célebre ministro de economía de Isabel Perón que en 1975 desató el “Rodrigazo”. Huelga, movilización y coordinadoras interfabriles del movimiento obrero lo obligaron a renunciar por el plan de ajuste que le declaraba la guerra a la clase trabajadora. Un ministro festejado por los empresarios y odiado por el pueblo trabajador. Fontevecchia agrega, como orgulloso, que el historial de Brito incluye otras crisis que supo aprovechar para sus negocios: la del Tequila, la del 2001/2002. En cada una compró bancos privados en dificultades. “Las crisis de Argentina hicieron a Brito” dice. Algo que puede ser generalizable a toda la clase empresaria que se hizo rica a costa de que millones se vayan haciendo cada vez más pobres. Siempre hay ganadores y perdedores, y hasta ahora siempre ganaron los mismos. La cuestión hoy pasa por ahí: que la clase trabajadora rompa ese “hecho maldito” y las riendas de la historia ya no estén en manos de los que nos arrastran a la decadencia y el saqueo.

Jesica Calcagno
Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.