El movimiento estudiantil y de mujeres pone en el centro debate el sistema educativo mercantil y su deficiencia de políticas de género ¿Qué implica para las trabajadores y las estudiantes una educación sexista?
Miércoles 27 de marzo de 2019
Una de las principales demandas del movimiento de mujeres y del movimiento estudiantil, que se cuestionó con mayor profundidad en el llamado “Mayo Feminista” del 2018 y que continuó con más fuerza este 8 de marzo que trajo consigo una masiva movilización a nivel internacional, fue la discusión sobre qué tipo de educación queremos; una educación no sexista. Este debate se abrió ante los casos de acoso y abuso que se presentaron dentro de las universidades, en donde quedaba expuesto la deficiencia de políticas de género de la universidad y del sistema educativo en su totalidad.
Si bien, ante la ineficiente respuesta, y burocráticas acciones de las autoridades universitarias, se planteaba la necesidad de un protocolo contra el acoso que pudiese tener un carácter preventivo y de resguardo hacia las y los denunciantes, su implementación dentro de la universidad no asegura acabar con la violencia machista, ya que es el mismo sistema educativo que perpetúa los roles de género y permite que se vulneren los derechos de las mujeres y diversidad sexual.
Sin embargo, sí es fundamental que estudiantes en conjunto con profesores y funcionaries discutan y levanten un protocolo triestamental contra el acoso. Que sea efectivo, independiente de las autoridades y que realice las respectivas investigaciones para no dejar impune los casos de abuso, discriminación y persecución política existentes en la universidad. Pero esto no puede quedar en una mera medida punitivista, sino que necesariamente tiene que ir ligado a una gran movilización estudiantil que cuestione la educación mercantil y sexista que precariza, por sobre todo, a las mujeres de la clase trabajadora. Una educación no sexista inevitablemente va de la mano con una educación gratuita, integral y de calidad.
¿A qué nos referimos con educación no sexista?
Una educación no sexista sería aquella que rompe con las lógicas patriarcales de este sistema capitalista; acabar con la diferenciación por género que perpetúa los estereotipos y los roles de género, tanto en les estudiantes como en trabajadores y mallas curriculares, abolir el enfoque heteronormativo que excluye y discrimina a la diversidad sexual, y que el perfil educativo esté en función de entregar herramientas a todes les estudiantes para su desarrollo cultural y social, sin distinción alguna por género u orientación sexual.
La otra cara de la educación sexista
En la otra cara de la moneda de la educación, se encuentran las mujeres trabajadoras, quienes representan la mayor cantidad de funcionaries subcontratades y precarizados por la universidad, expresando la desigualdad de género en los diferentes estamentos. De esta manera, es que la educación sexista tiene directa relación con la jerarquía universitaria, ya que son las mismas autoridades que utilizan sus facultades para dejar impunes los casos de acoso laboral o de abuso por parte de académicos hacia estudiantes. Para enfrentar el autoritarismo universitario es necesario un cogobierno triestamental que permita la participación de estudiantes, académicos y funcionarios en la toma de decisiones de la universidad. Una administración que no dé cabida al abuso de poder.
Así, uno de los desafíos del movimiento estudiantil en conjunto con el movimiento de mujeres, es el luchar por acabar con la empresa de la educación y su lucro, que perpetúa la segregación por clase, y reproduce la violencia de género, afectando principalmente a las mujeres y LGTBI de la clase obrera. No podremos acabar con la educación sexista sin conquistar una educación gratuita basada en un cogobierno triestamental, que elimine la precarización laboral, el autoritarismo universitario, la educación mercantil y el machismo.
Para esto, es necesario levantar instancias dentro de los lugares de estudio para reflexionar y discutir los problemas de género que se presenten en la universidad. Que los trabajadores y estudiantes avancen en la construcción de una educación que responda a las necesidades de la clase trabajadora, uniendo sus fuerzas en las calles y levantando una gran movilización que ponga en jaque las ganancias de los empresarios que lucran con la educación, y que enfrente las políticas represivas del gobierno de Piñera que solo busca profundizar la crisis educativa y criminalizar a las y los estudiantes que se movilizan por querer cambiar negocio de la educación.