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Diputados. Educación sexual: nuevas divisiones de los bloques mayoritarios en el debate del Congreso

A un mes del debate sobre aborto, promueven cambios a la ley de Educación Sexual Integral. Los límites de la sororidad. La izquierda y el reclamo de separación de la Iglesia del Estado.

Sol Bajar

Sol Bajar @Sol_Bajar

Miércoles 5 de septiembre de 2018 04:58

Hace dos meses que la Cámara de Diputados no tiene sesiones, y todo indica que hasta la llegada del Presupuesto 2019, los legisladores y legisladoras no irán al recinto. Sin embargo, ayer martes, a un mes del rechazo del Senado al proyecto sobre aborto, las presidencias de las comisiones de Educación y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia convocaron a debatir un dictamen que promueve modificar la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), aprobada en 2006, bajo la gestión kirchnerista.

Fue un tema que se escuchó casi constantemente en quienes rechazaron la ley: "lo que falta es educación", afirmaban. Ayer, en el plenario que condujeron los radicales José Riccardo y Alejandra Martínez, se los vio acudir a todo tipo de maniobras para evitar los cambios a esa norma que dispone -aunque no lo garantiza- la enseñanza de la ESI. Es que, como explicó la diputada del FIT, Nathalia González Seligra, luego de la eliminación de la ley 1420, en el año 2014, no hay ninguna norma que a nivel nacional disponga el carácter "laico" de la educación pública argentina. "Por eso estamos ante esta situación", dijo, y detalló que "doce años después de la sanción de la ESI, hay sólo nueve provincias que adhieren, muchas otras que lo hacen de manera limitada o confusa, y tres que directamente imponen la educación religiosa en las escuelas".

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Para defender la injerencia de la Iglesia, estuvieron presentes diversas organizaciones que se autodenominan "pro-vida". Muchas de ellas, como contamos desde La Izquierda Diario, vienen de promover la creación del Partido Celeste, vinculado a instituciones evangélicas. Otras, en cambio, se alinean con la jerarquía de la Iglesia Católica, que desarrolló una activa y costosa campaña contra el aborto legal, con financiamiento del Estado.

Con carteles, rezos e interrupciones, aseguraron que "los primeros educadores son los padres" y volvieron a encontrar eco en diputadas como Marcela Campagnoli (Coalición Cívica), Gabriela Burgos (UCR) y Flavia Morales (Frente de la Concordia Misionero), fervientes opositoras al proyecto de la Campaña por el derecho al aborto. Las diputadas "celestes" mostraron nuevamente que su rechazo se extiende a la anticoncepción gratuita, a la educación sexual y a cualquier otra demanda que fortalezca la autonomía de las mujeres y de la diversidad sexual.

El dictamen

Aunque recién hoy miércoles se conocerán las actas y números definitivos, por mayoría se impuso el dictamen propuesto por las presidencias del plenario. Con la firma de unos 29 diputados y diputadas, la propuesta que está en condiciones de llegar al recinto determina el carácter "laico" de los contenidos educativos referidos a la ESI, ya sea que se brinden en instituciones de gestión estatal como de gestión privada. Además, establece que la ley pasará a ser de “de orden público”, de modo que -de aprobarse- debería aplicarse de forma obligatoria en todas las jurisdicciones.

La eliminación del controvertido artículo 5 es otro aspecto destacado del dictamen que propone modificar la ley 26.150, que hoy permite que los establecimientos educativos adapten la educación sexual al “ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”. Este elemento, cuestionado ampliamente por la comunidad educativa, fue acordado en su momento por las direcciones sindicales docentes, los representantes de los distintos cultos religiosos, el propio Vaticano y el gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner, que tuvo como Ministro de Educación al actual diputado Daniel Filmus. Ni en aquella oportunidad, ni en esta, se convocó a la docencia ni al estudiantado a realizar sus aportes.

Aunque demoró en prestar el quórum necesario para el funcionamiento del plenario, la diputada Laura Alonso sostuvo que el Frente para la Victoria apoyará la iniciativa si ésta llega al recinto. El tema, sin embargo, parecía incomodar, como sucedió también con el debate sobre aborto. Alonso, que tiene a su cargo la vicepresidencia de la Comisión de Educación de la Cámara baja, es autora de hecho de un proyecto que también propone realizar algunos cambios a la ley de Educación Sexual Integral, pero mantiene sin modificaciones la injerencia de la Iglesia, que habilitan entre otros los artículos 1 y 5 de la ley del kirchnerismo.

Sororas pero no tanto

“La educación sexual integral es un tema que todos consideramos socialmente importante”, sostuvo el presidente de la comisión de Educación al comenzar el debate. Alejandra Martínez, a cargo de la comisión de Familia, se apoyó en estadísticas oficiales: "cada año en Argentina hay 3 mil niñas menores de 15 años que se convierten en madres, y en el 83,4 por ciento de los casos fueron embarazos no planificados", sostuvo. La diputada jujeña advirtió además que Argentina es el país que más casos de HIV registra en toda América Latina, y afirmó que 9 de cada 10 personas que contrajeron la enfermedad no utilizaron preservativo.

A su turno, Marcela Campagnoli, aliada de Carrió, reclamó contra el remplazo de la "comunidad educativa" por el concepto de "instituciones", que busca limitar la injerencia de la Iglesia, y se quejó por el poco tiempo de debate del dictamen, como si no hubieran sido suficientes los meses de audiencias y sesiones en el Congreso ni las masivas movilizaciones callejeras ni las muertes que continuaron sucediendo por la criminalización del aborto.

Quien replicó las declaraciones de los diputados "verdes" y "celestes" aliados a Cambiemos fue la diputada docente Nathalia González Seligra. "Yo tampoco quiero, como decía la diputada Lospenato, que esto sea una utopía", dijo la dirigente del PTS/Frente de Izquierda, y denunció que el saqueo que digita el gobierno nacional, así como las medidas recientemente anunciadas por Mauricio Macri, que incluyen el cierre de programas para las víctimas de violencia machista, o el traspaso del Ministerio de Salud al rango de Secretaría, "tendrán consecuencias más que preocupantes sobre la salud y la educación pública, así como sobre la vida de millones de mujeres".

Para la referente del FIT, "quedó claro el rol que jugó el Senado y la jerarquía de la Iglesia para impedir que del Congreso salgan leyes favorables a nuestros reclamos, por eso insistiremos dentro y fuera de esta Cámara, con la movilización en las calles, para que se garantice la ESI, la anticoncepción gratuita, el aborto legal y la inmediata separación de la Iglesia del Estado, como proponemos en distintos proyectos que impulsamos con Nicolás del Caño, y queremos que entren en debate".

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Terminar con la injerencia de la cúpula de las Iglesias en los contenidos educativos es una de las tareas que dejó planteada la enorme marea verde que en estos meses tiñó las calles y los lugares de trabajo y estudio de todo el país. Aunque los partidos vinculados al clero buscaron contener esa enorme potencia, y aunque hubo llamados a "no enojarse con la Iglesia", como el que realizó la propia Cristina Fernández de Kirchner, el movimiento de mujeres despertó la simpatía de millones, que anudaron los pañuelos verdes y naranjas. El reclamo es profundo y la exigencia de inmediata separación de la Iglesia del Estado hoy se continúa también en un potente movimiento estudiantil que ha mostrado que en las universidades, terciarios y colegios, tampoco hay disposición a aceptar que los mandatos del clero sigan teniendo injerencia en la educación pública.