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Red Internacional
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Déficit habitacional. Efecto devaluación de Massa: los alquileres se disparan y se agudiza el drama de inquilinos

Tras la devaluación del dólar oficial un 22 %, que a su vez disparó los dólares paralelos y los precios, el índice de alquileres saltará al menos un 10 % en agosto. Incertidumbre y peligro de renovación de contratos. Es necesario enfrentar el ajuste y pelear por el derecho a la vivienda.

Miércoles 16 de agosto de 2023 20:25

Después de las PASO el ministro-candidato Sergio Massa aplicó una devaluación del tipo de cambio oficial acordada con el FMI del 22 % y una fuerte suba de las tasas de interés. De esta forma el dólar oficial se fijó en los $ 350, impactando a su vez en el dólar blue, que subió casi 30% en sólo tres días y se acercó a los $ 800, empujado también por la incertidumbre electoral.

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La devaluación brusca tiene sus consecuencias. Si bien previamente el Gobierno había definido acelerar las minidevaluaciones diarias del dólar oficial, el salto discreto de 22 % implica, en un contexto de inercia inflacionaria crónica en donde el índice de precios acumula seis meses consecutivos con inflación anual arriba de 100 %, no puede más que acelerar la escalada de precios internos, las remarcaciones en cadena, la especulación y la incertidumbre.

El efecto de la suba del dólar en los precios está dado principalmente por la vía de encarecer gran cantidad de insumos y productos importados así como alimentos y otros productos de la canasta familiar que se exportan (trigo, maíz, carne, aceites) y que actualizarán su precio interno. Estimaciones indican que por primera vez en 21 años la inflación mensual podría ser de dos dígitos, alcanzando entre 10 y 15 % en agosto y podría llegar al 20 % en septiembre.

Entre los precios que se encarecen se encuentra uno muy importante en el costo de vida de las mayorías trabajadoras que no tienen vivienda propia, el precio de los alquileres.

A los elevados aumentos de precios que venían observándose en los últimos meses, por encima de la inflación para los nuevos contratos, se agrega un contexto de incertidumbre en el que los propietarios prefieren esperar para renovar o cubrirse con precios de entrada exorbitantes. La devaluación sólo complica más el panorama.

En este contexto, el propio presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), Alejandro Bennazar, planteó que el aumento del mes de agosto será considerable porque el índice de alquileres que calcula el Banco Central (Índice de Contrato de Locación, con el que se realiza la actualización anual de los contratos cerrados) puede pasar del 110% (que fue el promedio hasta principio de agosto) al 120% en un solo mes. Es decir, al menos una suba de 10 puntos porcentuales.

Además, dijo que hay un mayor vuelco de los propietarios a alquileres temporales y sostuvo que actualmente de "los 12.000 contratos que se vencen por mes, más del 40% no quiere renovar".

Muchos inquilinos que en estos meses ven vencer sus contratos no sabrán si podrán renovarlos, y a qué precios. Los salarios quedaron muy relegados y es prácticamente imposible para una familia trabajadora costear el alquiler que requieren. Para iniciar nuevos contratos el costo de entrada es carísimo y se exigen todo tipo de condiciones.

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En el último relevamiento del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), previo a la devaluación, el precio de oferta de un monoambiente en Capital Federal aumentó 144,9% en julio, mientras que la inflación interanual fue del 115%, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). "La mediana de los monoambientes ofertados en Capital Federal es de $120.000", señaló el informe.

Para garantizar el derecho a la vivienda hay que terminar con el ajuste del FMI y el acuerdo llevado adelante por el Gobierno del Frente de Todos (Unión por la Patria), avalado por la oposición de derecha de Juntos por el Cambio y Milei. Hace falta un plan de construcción de viviendas y urbanización de barrios. Regulación de alquileres. Terminar con la especulación inmobiliaria y tomar medidas a favor del pueblo. Ningún desalojo mientras haya familias sin vivienda. Impuestos progresivos a la vivienda ociosa, revisión de la venta de tierras del Estado a los grandes pulpos inmobiliarios y expropiación de los terrenos y viviendas ociosas que estos grupos tengan. La ley de alquileres tiene que beneficiar a los inquilinos y el Estado debe garantizar que se cumplan sus derechos.

Desde el Frente de Izquierda se convoca a la organización de todo el pueblo trabajador tanto ocupado, formal e informal, precarizado, en blanco o desocupado, a organizarse en los lugares de trabajo y en las calles, para exigir exigiendo un paro general a las centrales sindicales por aumentos salarial de emergencia y derrotar los planes de ajuste que tienen preparados los partidos patronales e imponer otra salida a la crisis.