Según un estudio del Comité Afgano para la Seguridad de los Periodistas, el 69% de las periodistas sufren de acoso sexual, un 59% fueron molestadas por sus compañeros en el trabajo y un 41% de camino a sus oficinas.
Viernes 15 de abril de 2016
Ejercer el oficio del periodismo en Medio Oriente y en zonas de alta conflictividad y guerras, ya es un trabajo titánico y de alto riesgo. Cientos son los periodistas que han sido asesinados, encarcelados por regímenes dictatoriales, por grupos extremistas y reaccionarios como el Estado Islámico, o que han sido torturados, entre otros vejámenes. Si a esto se le suma el ser mujer, es realmente una odisea.
En un país islámico como Afganistán, las mujeres carecen de derechos y oportunidades, y son relegadas al mundo de ser madres y dueñas de casa. Recién en el 2012 el gobierno de dicho país aseguró que crearía una universidad para mujeres, sin embargo, la realidad es que el nivel de alfabetización para las mujeres afganas alcanza tan sólo un 20% y, en general, la gran mayoría no tiene derecho de estudiar ni trabajar.
Cuando se trata de mujeres que pudieron educarse, la mayoría luego de estudiar se enfrenta a la oposición de su familia, autoridades y grupos religioso extremistas, que no permiten que ejerzan la profesión ni trabajen. Sin embargo, hay cientos de mujeres que luchan por hacerlo de todas maneras, como es el caso de las periodistas, las que se enfrentan a diversos abusos y hostigamientos por el simple hecho de llevar a cabo su oficio y querer ser más independientes.
Según un estudio realizado por el Comité Afgano para la Seguridad de los Periodistas (AJSC), el 69% de las periodistas en Afganistán fueron acosadas sexualmente en el desempeño de su profesión, entre acciones verbales, físicas y visuales, o en interacciones con la audiencia. Un 65% fueron amenazadas por familiares y grupos religiosos extremistas.
Muchas de las periodistas incluso han sido acosadas por funcionarios de gobierno y autoridades, por ejemplo, en pleno desarrollo de entrevistas o reporteo. De acuerdo con la organización que realizó el estudio, se tomó una muestra de 100 periodistas en siete de las 34 provincias del país, donde se determinó que más del 60% han sido intimidadas “por ser mujeres trabajando en medios de comunicación”.
Además, por lo menos un 53% ha tenido que enfrentar la oposición de sus familiares, mientras que en un 58% de los casos, las mujeres tienen que obedecer condiciones para poder trabajar como, por ejemplo, hacerlo en horarios determinados o no tener relación con la audiencia.
El director del AJSC, Najib Sharifi, aseguró que las mujeres “primero no logran obtener el permiso de sus familias para trabajar, y tras conseguirlo afrontan una serie de problemas en el lugar de trabajo, incluyendo acoso y discriminación sexual”. Por otro lado, muchas deben dedicarse a ser “presentadoras” de programas, pero no pueden ejercer como reporteras o corresponsales.