Las bailarinas y bailarines nuevamente se encuentran denunciando públicamente las condiciones laborales y artísticas bajo las que desarrollan su trabajo.
Lunes 31 de diciembre de 2018 09:27
Frente a la no respuesta por parte de las autoridades y la dirección artística del Ballet, a cargo de la bailarina Paloma Herrera, las bailarinas y bailarines del cuerpo estable decidieron hacer pública, a través de la página de FB del Ballet, una de las cartas que han elevado durante el año junto con un comunicado en el que expresan el malestar frente al trato que vienen recibiendo.
Recordemos sólo a modo de breve repaso el avance sobre el área de danza durante este año. Se vio afectado por el recorte presupuestario con el cierre del Ballet Nacional, que dirigía Iñaki Urlezaga, a principios de este año por parte del (hasta ese momento) Ministerio de Cultura de la Nación que dirigía Pablo Avelluto. Así como los numerosos reclamos que han realizado sobre las condiciones de contratación, laborales y adeudamientos de sueldos bailarines del Ballet Folklórico Nacional dependiente de la misma cartera, devenida ahora en Secretaria de Cultura de la Nación, que continúa a cargo del mismo funcionario.
También podemos incluir los reclamos por motivos similares que vienen denunciando los bailarines y bailarinas del Cuerpo Estable del Teatro Argentino de la Plata, donde el reclamo escala a condiciones cotidianas bajo las que realizan su trabajo, no concreción de funciones, contratos laborales, e imposibilidad de diálogo con la dirección del teatro, dependiente del gobierno provincial de Maria Eugenia Vidal.
Como puede notarse el elemento común que atraviesa todos estos reclamos, y sobre el cual hacen especial hincapié los bailarines del teatro Colón, viene siendo precisamente el de flexibilizar y precarizar las condiciones laborales. Manteniendo una marcada diferencia en los tipos de contrataciones dentro del elenco del Ballet (In)Estable, cuestión que vale aclarar, no es exclusiva de esta gestión macrista. Por ejemplo, veamos cómo se expresan estos aspectos.
En el ballet por un lado están los estables, es decir de planta permanente. Por otro, los contratados anuales, que no se encuentran bajo relación de dependencia, pero realizan el mismo trabajo que un estable cobrando un sueldo mucho menor. Luego los contratos por obra, que pueden durar todo el año, con paga cada dos o tres meses. Y por último los refuerzos del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (ISA) que cobrarían algo similar a una pequeña renta. En resumen existen estables y contratados, anuales o por obra sin relación de dependencia, mostrando una considerable diferencia de sueldos y estabilidad laboral por mismo trabajo realizado.
Un ataque de conjunto
La situación que vuelve a emerger con este reclamo es una muestra más del avance para privatizar, flexibilizar, y profundizar la precarización laboral sobre todas las áreas del teatro Colón. Situación que fue denunciada también frente a la bochornosa y ampliamente repudiada gala del G20.
El ataque comenzó tiempo atrás con retiros voluntarios y concursos suspendidos hasta nuevo aviso para concretar el pase a planta permanente de los contratados. Así como también las reiteradas producciones privadas que afectan la realización de títulos propios y eventos de carácter político de propaganda oficialista.
Como denuncia su propio personal, y denunció el mismo Ballet a fines del 2016 bajo la consigna ¡Basta!, la idea oficial es que haya cada vez menos producción propia. Y como también diría el mismo Ballet estable, la producción propia, los artistas y las trabajadoras y trabajadores son los que hacen único al Teatro Colón.