Se encuentra en Netflix una película satírica, "El Conde", en la que el dictador chileno Augusto Pinochet es convertido en una suerte de Drácula
Domingo 17 de diciembre de 2023 13:53
En tono de sátira y fábula con mezcla de recursos de temática vampírica, el director chileno Pablo Larraín estrenó El Conde , que cuenta la historia del dictador chileno Augusto Pinochet (Jaime Vadell) convertido en un vampiro milenario de 250 años, que por las noches sobrevuela Santiago de Chile en busca de sangre y corazones.
Al fingir su propia muerte en 2006, se ha retirado a una remota finca en el sur de Chile donde vive con su mujer (Gloria Münchmeyer) y su mayordomo (Alfredo Castro), un ruso que se jacta de haber matado comunistas.
Pinochet está cansado de las acusaciones de haber robado en la dictadura, no de sus asesinatos y desapariciones de personas, y que a raíz de eso anhela morir.
De esto se enteran sus hijos, exigiendo la “herencia” millonaria de todo lo que se robó su padre y su esposa que quiere ser vampiro y vivir muchos años a toda costa, mostrando a una clase parasitaria que hará todo por mantener su status social.
La llegada a la casa de una joven monja (Paula Luchsinger) con intenciones de hacer un relevamiento de todo lo que se robó, sobre cuentas bancarias en el exterior, bonos, propiedades, etc. por orden de la iglesia católica y luego con intención de matarlo, tratará de seducirlo y hará cambiar de planes al protagonista. El personaje de la monja, muestra a una iglesia cómplice con la dictadura.
Este vampiro ha sobrevivido a lo largo de los siglos, como soldado en la Revolución Francesa, matando disidentes, hasta llegar a ser un militar en los años 70 y ser el artífice del golpe en Chile, mostrando como sembró el terror y la muerte a los largo de los años.
“Pinochet es una persona que murió en plena impunidad, libre, sin haber ido a la cárcel nunca. Es posible que hubiese sido distinto si lo hubiéramos juzgado como lo hicieron los argentinos” dijo Larraín en una entrevista.
La película nos lleva a ver cómo cada una de las personas cercanas al dictador son cada una más egoísta y criminal que la otra, y todo se vuelve un juego de traiciones, ahí hay un gran acierto del director en mostrarlo como una farsa y terror a la vez.
Se trata de una sátira feroz y valiente del director, en un país donde se sigue reivindicando a la dictadura.
Con una banda sonora y fotografía en blanco y negro (Edward Lachman) excelentes, la película deja un claro mensaje para mostrar la representación del abuso de poder y la impunidad, sobre uno de los dictadores más sanguinarios de la historia de América Latina.
“El cine, que es la gran máquina del tiempo que hemos inventado como sociedad, como cultura, y que te permite pensar lo pensado, vivir lo vivido y te permite recordar y dejar una huella de memoria y de percepción sobre el pasado. En este caso, una huella sobre la impunidad y cómo la impunidad produce eternidad.” dijo Larraín.
Larraín vuelve al ruedo a filmar en su país y con temática de la dictadura chilena, filmó películas como Tony Manero (2008), Post Mortem (2010), No (2012) y El Club (2015).
Se puede ver en Netflix o buscarla por internet.
Jorge Galeano
Nació en Corrientes en 1976. Egresado de la Escuela Taller de Cine Contemporáneo. Editor, sonidista, miembro del grupo Contraimagen.