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Política. El Congreso se tomó vacaciones y se viene el debate por el Presupuesto

En medio de una crisis social y económica que recae en las mayorías trabajadoras, el Congreso entró en receso hasta agosto. Los proyectos y debates que se vienen. ¿Cuáles no se quieren discutir?

Jesica Calcagno

Jesica Calcagno @Jesi_mc

Miércoles 20 de julio de 2022 21:06

La agenda parlamentaria entró en pausa desde este lunes en Diputados y el Senado. Las y los legisladores se pueden tomar vacaciones, aunque la crisis social y económica se siga agravando en medio del recambio de Silvina Batakis. La inflación y las presiones devaluatorias no tienen ningún descanso: repercute en nuevos ataques a los bolsillos populares.

Las y los diputados del Frente de Izquierda siguen activos: en las movilizaciones callejeras, en particular esta semana rechazando la criminalización y el espionaje contra organizaciones sociales. Además están recorriendo asambleas en distintas localidades y lugares de trabajo, debatiendo las salidas a la crisis como la propuesta de crear trabajo genuino reduciendo la jornada laboral a 6 horas y repartiendo las horas de trabajo. Una iniciativa que plasmaron en un anteproyecto.

En estos casi 7 meses, el año legislativo tuvo menos actividad que otros años. Cruzado por los vetos mutuos entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, y la propia crisis política del gobierno, hubo apenas 5 sesiones en Diputados y 4 en el Senado. La conformación y actividad de las propias comisiones empezó con mucha demora en el 2022.

La agenda parlamentaria del primer semestre estuvo más centrada en sancionar leyes “de consenso” entre las dos coaliciones: del acuerdo con el FMI a beneficios para grandes empresas. ¿Cuáles son los debates que se vienen?

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Presupuesto 2023

En agosto se retomará la actividad parlamentaria, y todas las miradas van a estar puestas en la llamada “ley de leyes”. El presupuesto para el 2023 empezará a discutirse a partir del 15 de septiembre. Será una “prueba de fuego” para la nueva ministra de economía Silvina Batakis y para el propio bloque oficialista también.

Todavía está fresca la derrota del oficialismo en diciembre del 2021, cuando no pudo aprobar el presupuesto para este año en Diputados. En aquella oportunidad, el Frente de Todos votó unificado y Máximo Kirchner todavía lideraba el bloque. Juntos por el Cambio y los liberales lo rechazaron pidiendo más ajuste contra el pueblo trabajador. El Frente de Izquierda se opuso por estar diseñado por las metas de ajuste del FMI. Nicolás del Caño había denunciado en aquella oportunidad “lo fundamental se está escribiendo en Washington”.

Los lineamientos del nuevo presupuesto no serán muy distintos. De hecho, antes de renunciar, Martín Guzmán dejó un primer borrador del Presupuesto 2023 que fue presentado en el Congreso cuando Silvina Batakis ya estaba al frente del ministerio de economía. Aunque es un paso forma, antes de presentar el definitivo, tiene algunas pautas que profundizan un rumbo de ajuste atado al FMI. Por ejemplo, incluye un nuevo salto de recorte de gastos del Estado: dice que el déficit primario debería reducirse desde el 2,5% del PBI de este año hasta el 1,9%.

Silvina Batakis afirma desde su asunción que va a continuar las metas pactadas con el FMI. ¿Mantendrá los lineamientos del borrador de Guzmán o hará alguna modificación? ¿Votará unificado el bloque del Frente de Todos en un nuevo presupuesto armado desde Washington? Será difícil votar en contra, cuando el propio Máximo Kirchner tildó de “irresponsable” a la oposición por dejar sin presupuesto al gobierno. Y votarlo, será un apoyo al rumbo de ajuste de Batakis y el FMI.

Son algunas incógnitas sobre el gobierno que volverá a quedar expuesto sobre los alcances de sus propias internas. Pero no son las únicas dudas. ¿Cómo votará esta vez Juntos por el Cambio? ¿Se sumará al consenso con el oficialismo como en el acuerdo con el FMI o volverá a rechazarlo? Tampoco se pueden descartar fisuras en la coalición opositora: la Coalición Cívica ya se mostró crítica de su propio bloque por “voltear” el presupuesto 2022.

Por lo pronto, el Frente de Todos en Diputados buscará tender puentes con el Interbloque Federal (8), Provincias Unidas (4), el MPN (1) y Ser (2). Necesitará asegurarse al menos 129 votos para aprobarlo. Si los 117 propios lo votan, le faltarán todavía 12 voluntades más.

Dos mundos: agendas enfrentadas

El Frente de Todos apuesta a seguir impulsando una “agenda pro empresarial”. Uno de los proyectos que buscará convertir en ley este año es el de Fomento a la Agroindustria, en un nuevo guiño al sector que viene ganando millones, actúa en la inflación, acopia y presiona a la devaluación. Este proyecto fue presentado con bombos y platillos por el ministro de agricultura, Julián Domínguez, y fue elaborado junto al Consejo Agroindustrial Argentino (CAA). Está dirigido a aumentar la producción de cereales, oleaginosas (soja) y legumbres, otorgando más beneficios impositivos (en IVA, Ganancias y otros). Una iniciativa a tono con las leyes pro-empresariales que consensuó el Frente de Todos con Juntos por el Cambio este año, como la que beneficia a automotrices, al agro y grandes laboratorios, o economía del conocimiento. También buscarán avanzar con el “Compre Argentino” (que ya tiene dictamen de comisiones), y la de Electromovilidad.

La “agenda de consensos” de las dos coaliciones mayoritarias para beneficiar a grandes empresarios se fue alternando con la agenda que es funcional a la propia política tradicional. Allí entra en el debate impulsado por Juntos por el Cambio, liberales y otros aliados de la boleta única de papel. O el impulsado por el cristinismo para ampliar los miembros de la Corte Suprema.

Dos vías que terminan en un lugar común: negarse a siquiera a debatir cómo dar respuesta a las necesidades sociales más urgentes del pueblo trabajador. Así se demostró en una de las pocas sesiones en Diputados, cuando Nicolás del Caño del Frente de Izquierda mocionó para debatir el proyecto de aumento salarial de emergencia que presentó su bancada. “Este congreso está por fuera de la agenda de las mayorías trabajadoras. Parece que vivieran en otro planeta”, dijo Del Caño en el recinto a principios de mayo. El proyecto que presentaron y pusieron a discusión propone recuperar lo perdido por los salarios con un aumento del 30% independientemente de lo que se consiga en las paritarias, y que el salario mínimo sea equivalente a la canasta básica total que calcula el Indec. El Frente de Todos, Juntos por el Cambio y los liberales votaron en contra de debatirlo.

Otro de los proyectos presentados por el Frente de Izquierda es el del Boleto Educativo Gratuito y Universal para todos los estudiantes, docentes y no docentes de todos los niveles. Un reclamo extendido en toda la comunidad educativa, y una necesidad para garantizar el acceso a la educación. Todavía no se habilitó el debate en las comisiones.

Con organizaciones sociales movilizadas reclamando por trabajo genuino y respuesta a la emergencia social, la izquierda proponiendo una salida. A la vez que exigen mayor asistencia social y que sea universal como paliativo en la crisis, proponen reducir la jornada laboral a 6 horas y repartir las horas de trabajo. Myriam Bregman explicó el anteproyecto que elaboraron con sus compañeros de bancada Nicolás del Caño y Alejandro Vilca del PTS - Frente de Izquierda. “Es para crear trabajo genuino con derechos. Aplicada sola sólo a las 12 mil grandes empresas permitiría crear en forma inmediata un millón de puestos de trabajo” detalló la diputada. Del Caño agregó que “todos los proyectos que presentamos los ponemos a disposición de la pelea y la organización de la clase trabajadora, porque nadie nos va a regalar nada y sabemos que se conquistan con la lucha”. Por eso están recorriendo distintas localidades, en barrios, lugares de trabajo, para debatir el anteproyecto de reducción de la jornada laboral y reparto de las horas de trabajo, impulsando el debate y la organización.

Uno de los temas candentes en la crisis económica es sobre las jubilaciones. El Frente de Izquierda presentó recientemente un proyecto de moratoria para regularizar deudas previsionales sin distinción de género y garantizar un haber mínimo equivalente a la Canasta del Jubilado. Esta semana se publicó en el Boletín Oficial la prórroga de la moratoria previsional hasta el 31 de diciembre de 2002, que iba a vencer este sábado. En el Senado, el bloque oficialista impulsó un proyecto de Plan de Pagos Previsional que obtuvo media sanción. Lo que no ponen en cuestión es la movilidad jubilatoria, que de hecho la cambiaron apenas asumieron para ajustar a las y los jubilados. Por eso desde la izquierda insisten en garantizar un haber mínimo que alcance, y que se reconozca el trabajo de toda una vida. De la mano de la moratoria, el Frente de Izquierda tiene presentados otros dos proyectos: para el “blanqueo laboral” y por el 82% móvil.

Una ley que vuelve a traer polémica es la de Humedales. Trabada en el Congreso por el propio oficialismo cediendo al lobby agrario e inmobiliario, el ministro de ambiente Juan Cabandié anunció ahora la presentación de un proyecto de Ley de Humedales contrario al que vienen presentando y defendiendo organizaciones ambientales. Ya salieron al cruce de Cabandié denunciando que su proyecto “permite explotar humedales, restringe el alcance de su protección y está hecho a medida de los sectores que los destruyen”, como dice el comunicado de la Red Nacional de Humedales. El Frente de Izquierda acompaña el proyecto elaborado colectivamente desde hace años por las organizaciones ambientales.

Sueldos de privilegio

Luego del anuncio de Sergio Massa y Cristina Fernández del aumento del 69% de los salarios para trabajadores y trabajadoras del Congreso, aclararon que el mismo no aplica para legisladores y legisladoras. Informaron que “Cualquier aumento a senadores y senadoras y diputados y diputadas, deberá ser tratado y aprobado por el pleno de cada Cámara”.

Como si algo faltara para ratificar la lejanía de la política tradicional con las necesidades sociales más urgentes, después de darse el lujo de tomarse vacaciones, diputados y senadores discutirán el aumento de sus ya privilegiados sueldos. Los mismos que se negaron a debatir medidas para que las y los trabajadores recuperen lo perdido desde el macrismo como propuso el Frente de Izquierda.

Nicolás del Caño respondió al anuncio con la propuesta de “igualar las dietas al salario de lxs docentes”. Algo que implementan en la bancada de la izquierda desde que asumieron, aportando todo lo demás a la lucha de trabajadores y sectores populares. En la vereda opuesta de los Javier Milei, que es otro emblema de los que están muy alejados de las necesidades populares. Milei reconoció que cobra hasta U$S 10.000 por una charla ante CEOs y empresarios del mundo financiero. Es decir, vive mantenido por los que hacen lobby empresarial en los propios palacios del Congreso.

Los privilegios son de la política tradicional y la clase empresaria. La dinámica y la agenda del Congreso que viene muestra una vez más que son un dúo y funcionan bien coordinados. La agenda de las y los trabajadores tendrá que hacerse su lugar donde es fuerte: en la calle.


Jesica Calcagno

Nació en Buenos Aires en 1984. Licenciada y profesora en Sociología (UBA). Acreditada en el Congreso.

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