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Red Internacional
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SUPLEMENTO EL HILO ROJO. El Cordobazo

Emblema de la unidad obrero-estudiantil desde hace 47 años. Comenzó un ascenso que tendría su punto culminante con la caída de Onganía.

Jueves 26 de mayo de 2016 17:14

¿Cómo poder expresar la batalla obrera más importante de los últimos 80 años en una página? Imposible transcribir los rostros tensos y las miradas valientes y orgullosas de estudiantes y obreros que enfrentaban masivamente a la dictadura militar y a su policía, por primera vez.

Indignaba escuchar las noticias, un par de días antes, de los pibes muertos en Corrientes y Rosario. El pueblo odiaba al milico represor que había usurpado el poder para instalar los intereses de los burgueses. Y como gota que rebalsa el vaso, a los estudiantes (más pobres que hoy) les aumentaban el comedor, y a los obreros les quitaban el sábado ingles, medio día de trabajo y descanso hasta el lunes. Pero no se puede hablar del Cordobazo, sin repasar, a vuelo rasante, los hitos de la clase obrera mundial, revolucionada por aquellos años.

El Mayo Francés, huelga general revolucionaria de obreros y estudiantes que paraliza el país (1968). La revolución de los claveles rojos en Portugal que derriba la dictadura militar (1974) y, en nuestro continente, el alzamiento de los mineros bolivianos con la Asamblea Popular (1971) y la lucha obrera y popular en Chile, que lleva al gobierno a Salvador Allende (1970). Vamos a los hechos: paro nacional de la CGT el 30/5/69. Córdoba lo adelanta 12 hs y lo convierte en activo. Cinco mil trabajadores de IKA Renault, junto a trabajadores de la UOM, conforman una masiva columna que baja por Av. Vélez Sarfield. Se enfrentan con carros de asalto. Se divide en dos la columna, y siguen su destino, haciendo huir a la policía bajo, una lluvia de piedras. De Fiat Condord, salen unos 200 trabajadores (su sindicato pro patronal, el SITRAC, no adhiere al paro) y emprenden su camino al centro. Los trabajadores de IME (fabricaciones militares) son encerrados en la fábrica, por las FF.AA.

Unos 150 escapan e inician bloqueos de la Avenida “Fuerza Aérea”. Los estudiantes, que el día anterior realizaron asambleas masivas en Filosofía, Derecho, Económicas, Medicina y la Universidad Católica, se unen a la columna del sindicato de Luz y Fuerza, con Agustín Tosco al frente, en el puente Centenario. La columna más grande, la de mecánicos de Renault, en Santa Isabel, se divide en varias columnas de unos 400 trabajadores, que penetran las calles adyacentes, evitando los retenes policiales. Columna armada con bulones, gomeras, barras de hierro, clavos “miguelitos” y bolitas; estas últimas, para que patinen y caigan los caballos. A las 12.15 hs. cae asesinado el obrero mecánico, Máximo Mena. La policía disparaba balas de fuego, cuando escapaba de la furia obrera. A las 13 hs comienza una contraofensiva de la cana, que fracasa rápidamente. Las calles están pobladas de barricadas.

El Ejército argentino saca su primer comunicado anunciando consejos de guerra para los revoltosos. La cana se queda sin gases, sin nafta. “Parecían las invasiones inglesas”, relata un comandante represor, porque desde los balcones les tiraban con todo. Un comisario y 4 vigilantes son tomados de rehenes. La cana intenta rescatarlos, pero no puede superar las barricadas. Hasta que sus guardias obreros los abandonan para seguir al resto de los manifestantes que se movía de aquí para allá. Una columna estudiantil, asalta el círculo de suboficiales, alimentando con sus muebles los fuegos del combate.
Los manifestantes no saquean ni se equivocan: Seros, Citroën; la bronca contra las empresas imperialistas que saquean el país. Hay una pausa, llena de cansancio y esperanza. Nuevas caras de lucha y charlas llenas de anécdotas triunfales. 150 manzanas en manos de los piquetes.

CIUDAD TOMADA

¿Y ahora qué? Dos horas duró la pausa. Llega el Ejército. Siendo las 17 hs., ingresan 3 mil soldados. Entran por Alberdi, zona con pocas barricadas, y se meten en Clínicas, bastión estudiantil ombativo. Las paredes pintadas, reclaman al soldado, no disparar contra su pueblo, y sublevarse contra el oficial opresor. Pero los oficiales comienzan a disparar. Los techos se pueblan de francotiradores, que no tiran a matar, sino a confundir al Ejército. El soldado no era el enemigo. A duras penas, las FF.AA. recuperan el centro, y con la llegada de la noche, los enfrentamientos y escaramuzas, se trasladan a los barrios obreros de San Martín, Santa Ana, Los Paraísos. Los francotiradores siguen teniendo a maltraer a las fuerzas represivas hasta el viernes posterior, día en que sigue habiendo incendio de autos, resistencia en barrio Clínicas y barriadas obreras alejadas. Por la noche, se recupera el control de la ciudad.

Conclusiones

Hasta aquí la batalla obrera y popular. Vamos a algunas conclusiones.

1. ¿Espontáneo o consciente? Tenía elemento de ambos. Era consciente porque estaba organizado en un paro general y porque el día anterior hubo coordinaciones entre organizaciones obreras y estudiantiles.

El SMATA también coordinaba sus columnas. Pero también era espontáneo, pues rebalsó el bjetivo de sus direcciones. Actos relámpagos, que desafiaran la prohibición de realizar manifestaciones populares.

2. ¿Una semi insurrección? Las masas no llegaron a una insurrección. No lograron (ni se proponían) tomar la casa de gobierno, los canales de televisión y radios, los cuarteles militares. No tenían una política generalizada para dividir a las FF.AA. Pero si lograron derrotar a la policía y transformar Córdoba en una ciudad tomada.
Derrotada la policía, ¿que podían hacer? Ésta es la respuesta más difícil, y que pone en toda su dimensión, la necesaria existencia de un partido revolucionario, que se prepare para estos omentos históricos.

El Cordobazo abrió un período de ascenso de las luchas obreras revolucionarias y de organización obrera, sólo cerradas con el golpe militar de 1976.