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Red Internacional
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ELECCIONES EN ISRAEL. El Estado de Israel va a su tercera elección en un año

Este lunes comienza un nuevo proceso electoral. El Likud y su principal oponente Kahol Lavan, a la espera de que les den los números para formar gobierno. La ultra derecha secular continúa como árbitro.

Mirta Pacheco @mirtapacheco1

Domingo 1ro de marzo de 2020 18:55

Finalmente llegó el tan esperado día “D”, sobre todo para Benjamín Netanyahu. Luego de una campaña electoral que ya lleva varios meses desde que en las últimas elecciones legislativas - septiembre 2019 (las segundas que se celebraron), ni su partido el derechista Likud, ni el de centro derecha Kahol Lavan (Azul y Blanca), dirigido por Benjamín Gantz –un ex jefe de las Fuerzas de Defensa Israelí- pudieron formar gobierno.

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Dueño de un estilo pendenciero, como el colonialista que sabe que la fuerza física está de su lado, las bravuconadas de “Bibi” (como se lo conoce en Israel) contra los palestinos y el peligro de hacer de la región un polvorín, asustaba al votante de centro y le hacía perder votos de ese sector de la población israelí, sumado esto a los hechos de corrupción (está acusado formalmente por tres hechos de corrupción y a mediados de marzo comenzará uno de los juicios).

Esto hizo que en este último año primero emergiera con fuerza y luego lograra polarizar las campañas electorales, su principal rival Benjamín Gantz, que a medida que pasaba el tiempo, para conquistar al votante desencantado del Likud, se fue corriendo más a la derecha.

En el medio Netanyahu lanzó por varias semanas, bombardeos constantes a la Franja de Gaza con la excusa de perseguir a líderes de la Jihad islámica.

Junto con esto y como parte de su campaña, estuvieron (y están) sus promesas de anexión de las colonias judías en los territorios ocupados –consideradas ilegales por casi todo el mundo, menos por Estados Unidos y el propio Israel, lógicamente-.

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Donald Trump, que también atraviesa su propio proceso electoral, hace unas semanas presentó en la Casa Blanca, junto con el primer ministro israelí el auto proclamado “acuerdo del siglo”. Que significa continuar con el robo de territorio palestino para agrandar las fronteras del Estado sionista.

Pero otros actores intervienen. El ex ministro de Defensa del gobierno de Netanyahu, Avigdor Lieberman, líder de la ultra derecha secular, con su partido Nuestra Casa es Israel (Israel Beitenú) se convirtió en el árbitro de la contienda electoral.

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Anteriormente se negó a darle los votos al Likud para poder formar gobierno, ya que el partido que gobierna Israel desde hace más de una década, no llegaba por si solo a los 61 votos necesarios para eso.

Lieberman viene manteniendo una disputa con la ultra derecha religiosa que, apoyados por Netanyahu –por un cálculo oportunista de no enemistarse con quienes tienen mayor peso político entre los colonos de los territorios ocupados-, se niegan a realizar el servicio militar obligatorio. Además de plantear un avance más rápido con la anexión de los territorios.

El ex ministro de Defensa nunca tuvo planteado apoyar a Gantz sobre todo con el argumento del rechazo a los posibles aliados como los partidos árabes y el laborismo.

Aunque en los últimos días Gantz apoyó la posible anexión de las colonias judías, corriéndose cada vez más a la derecha.

Los partidos árabes se nuclean en el frente Lista Conjunta, las últimas encuestas arrojan que obtendrían entre 14 y 16 bancas. Actualmente con 13 diputados es la tercera fuerza en el parlamento.

Su mensaje se centra en los ciudadanos árabes –israelíes, en particular mujeres y juventud (las personas de origen árabe que viven en Israel con documentación de ese país, son considerados ciudadanos de segunda).

Los últimos resultados de las encuestas muestran que la Lista Conjunta verá aumentar su caudal de votos gracias a la participación de jóvenes árabes israelíes, entre 18 y 24 años, que en las dos veces anteriores no habían ido a votar. En ese sector, sube a un 58% los que sí acudirán a las urnas esta vez.

La campaña de esta coalición planteando que la comunidad árabe no puede ser ignorada, que es algo muy sentido por esa población, está calando hondo entre los más jóvenes. Hasta ahora solo se expresa en este muy posible aumento de votos.

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Luego está la coalición Yamina, que actualmente cuenta con 7 bancas. Se trata de otro frente entre la derecha y la ultra derecha religiosa. Uno de los partidos que integran este armado es Nueva Derecha, dirigido por Naftali Bennett sucesor de Lieberman en la cartera de Defensa y anteriormente ministro de Educación.

Bennett es el que quería prohibir la lengua árabe en las aulas de pre escolar de los colegios mixtos (de árabes y judíos), cuestión que fue imponiendo en algunas escuelas progresivamente.

También competirá el Judaísmo de la Torá Unida, cuyo principal referente es el actual vice ministro de Salud Yaakov Litzman. Nuclea a los judíos ultra ortodoxos de origen europeo.

Por otro lado, también como agrupamiento de judíos ultra religiosos pero de origen sefaradí (de Medio Oriente), está Shas (Unión de Observadores de la Torá).

Finalmente entre los moderados sionista, se encuentra la coalición Labor-Meretz. Se trata del histórico partido Laborista israelí en alianza con un partido socialdemócrata como el Meretz.

En Israel históricamente, desde su constitución, hubo un régimen bipartidista y el poder se alternaba entre el partido Laborista y el Likud, este último gobernó Israel desde su creación hasta 1977 en forma ininterrumpida.

Israel, más allá de sus particularidades, no escapó a la crisis de los bipartidismos que se dio a nivel mundial.

Lo más probable es que recién el martes se conozcan los resultados. En las últimas semanas Netanyahu repuntó y alcanzó a Gantz que lo venía superando. Pero esas diferencias entran en el llamado “margen de error” de las encuestadoras.

Pronostican otro virtual empate con 35 bancas para el primer ministro actual y 34 para quien pretende sucederlo. Esto repetiría el escenario anterior.

Netanyahu puede sumar, en caso que resulte ganador, los votos de los dos partidos ultra ortodoxos y los de la extrema derecha Yamina. Pero aún con esos apoyos solo alcanzaría 57 votos, de los 61 que se necesitan para estar habilitado para formar gobierno.

Gantz, que en las últimas semanas denunció que estaba siendo blanco de varias operaciones políticas para perjudicarlo, acusando como responsable a Netanyahu, estaría en una situación similar: aun contando con los votos de sus previsibles aliados como Labor-Meretz y posibles como la Lista Conjunta (con el argumento de que es preferible eso para echar a Netanyahu), llegaría a 56 votos.

Lieberman sigue teniendo la llave para que el Likud siga al frente del Estado. Pero ya declaró que si Netanyahu continúa al frente, no le dará sus votos al actual partido gobernante.

Con este posible escenario de un empate técnico y que eso haga a la imposibilidad, por tercera vez de formar gobierno, este lunes 2 los israelíes irán a las urnas.

Mientras tanto el gobierno ordenó el cierre general de Cisjordania y de la Franja de Gaza, hasta que terminen los comicios.