Investigación de CLIP. El Estado gestionado por el kirchnerismo le regaló millones de dólares a la familia Milei

Este miércoles un grupo de periodistas nucleados en el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística publicó una investigación sobre las riquezas de la familia de Javier Milei. Hugo Alconocada Mon en La Nación, Emilia Delfino e Iván Ruiz en El Diario Ar y otros miembros de CLIP lograron determinar que entre 2005 y 2007 el Estado nacional conducido por Néstor Kirchner entregó no menos de U$S 33 millones a las empresas de transporte de Norberto Milei, padre del actual presidente y de la secretaria general de Presidencia. Y además que parte de esa fortuna fue a los propios bolsillos de sus hijos.

Las empresas de colectivos en cuestión son Rocaraza S.A. y Teniente General Roca S.A. , que Norberto Milei presidió entre 2003 y 2007. Los millonarios subsidios “resultaron clave para consolidar el patrimonio familiar” de los Milei, afirman en la investigación.

Además, esas “ayudas que repartió el gobierno de Néstor Kirchner entre las empresas de transporte figuran por montos mucho menores en los balances que las sociedades que integró Milei presentaron ante la Inspección General de Justicia (IGJ)”. Concretamente, Milei y sus socios declararon sólo el equivalente a US$ 10 millones (según el tipo de cambio de entonces). Y también se determió que gracias a esos subsidios la familia logró superar el concurso de acreedores en el que había caído Teniente General Roca S.A. en 2001.

La historia se completa con un dato central: Norberto Milei se hizo empresario ya de grande. Había arrancado como simple chofer de las líneas 111 y 21. Un día se compró uno de los colectivos que manejaba. Años después terminó siendo accionista. Y más tarde su nombre figuraba a la cabeza de tres empresas. Además de Roca y Rocaraza , se encumbró en Francisco de Viedma S.A. , una especie de empresa cabecera de las otras.

“Desde la constitución de la controlante Francisco de Viedma S.A. en 2001 y hasta 2007, el padre del Presidente presidió esa sociedad y las dos firmas controladas, que operaban las líneas 21, 31, 108 y 146 de colectivos. Más aún, durante los primeros años fue, también, su accionista mayoritario”, afirman en la investigación del CLIP.

Y detallan que “sólo Teniente General Roca llegó a tener una flota de al menos 115 colectivos con créditos prendarios de cuatro bancos y de Mercedes Benz Leasing y Círculo Cerrado S.A. , a los que pudieron sumarse otros rodados libres de préstamos, según surge de más de 15 balances”.

En ese recorrido, se pudo determinar que Roca y Rocaraza recibieron subsidios del Estado nacional por al menos US$ 33 millones al tipo de cambio de aquel momento. Fue entre 2005 y 2007. Pero Milei y sus contadores habrían dibujado los balances y lo que era dólares se pasó sin más a pesos. Los informes contables de las dos empresas a la IGJ (firmados por Norberto Milei) indican que cosecharon $ 33,6 millones.

El grupo de periodistas que investigaron afirma que “ante esa situación, se pidió la información completa sobre los subsidios al Ministerio de Transporte, en reiteradas ocasiones, pero desde esa dependencia no brindaron la información, requerida también para esta investigación a través de un pedido de acceso a la información pública”.

Según el CLIP, con parte de esos subsidios del Estado Milei “también ayudó a sus hijos: Karina Milei accedió a un departamento de 150 metros cuadrados en Vicente López que rotuló como ‘herencia’ al presentar su declaración jurada ante la Oficina Anticorrupción (OA). Javier Milei accedió a una Ford Ecosport 2.0 negra, modelo 2005, con dinero de su padre, que luego vendió para, con dinero adicional propio, comprar una coupé Peugeot RCZ. Declaró a la OA que la adquirió en 2013 con ‘fondos propios’”.

Rocaraza S.A. recibió al menos $ 13,9 millones entre 2005 y 2007, que en ese entonces equivalían a U$S 4,5 millones. Por subsidio al gasoil fueron $ 9 millones, es decir casi el 70 % de todos los subsidios. También fue beneficiada por la Secretaría de Transporte a través del Sistema Integrado de Transporte Automotor (Sistau) y por el Régimen de Compensaciones Complementarias (RCC) para las líneas que circulan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).

Las y los periodistas del CLIP consultaron sobre el tema a Manuel Adorni, vocero presidencial, a través de un cuestionario de preguntas donde instagram sobre todo sobre el patrimonio de Javier Milei y su secretaria general. Pero hasta la publicación de la investigación no obtuvieron respuestas. Desde el entorno del Presidente sólo dijeron que se trata de “cosas de hace veinte años y de terceras personas, y los bienes de él están todos declarados como corresponde”. Adorni style.

Vale recordar que los subsidios del Estado nacional a empresarios parasitarios del transporte público no es algo exclusivo de los gobiernos kirchneristas ni sus beneficiarios fueron solamente los miembros de la familia Milei. La entrega de millonarias sumas de dinero a sociedades anónimas u otras figuras patronales comenzaron con fuerza en el período anterior al conducido por Néstor Kirchner, es decir por la presidencia transitoria del senador Eduardo Duhalde. Y siguen hasta hoy.

Empresarios como Roberto Milei, los hermanos Sergio y Claudio Cirigliano o Sergio Taselli se enriquecieron al tiempo que los servicios públicos de los que eran concesionarios se caían en picada sin control de los propios funcionarios que firmaban la entrega de los subsidios. La Masacre de Once, de febrero de 2012, fue el ejemplo más catastrófico de entramado, con 52 víctimas fatales en un sólo choque de tren. Otro tanto se puede decir de los subsidios a la energía, con beneficiarios como Edenor, Edesur y Edelap.

Dos de los secretarios de Transporte que pasaron por las administraciones kirchneristas terminaron condenados por integrar ese entramado de negocios turbios. Incluso Ricardo Jaime, bautizado como “el señor de los subsidios”, no sólo fue preso por entregar sumas millonarios sin control sino por enriquecerse él mismo.

Un dato más de la investigación del CLIP. Norberto Milei durante esos años, además de recibir decenas de millones de dólares sin tener que rendir cuentas de qué hizo con ellos, se la pasaba reclamándole al Estado la suba del boleto de colectivo. “Si bien el Estado Nacional ha incrementado el 119 % el valor de los subsidios a las empresas de transporte de pasajeros, estos guarismos no alcanzan para cubrir el incremento producido en los costos de explotación”, dijo el mismo Milei en el último balance que firmó como presidente de Rocaraza .

Eso sí, las firmas del padre del Presidente durante esos mismos años evadieron “varios impuestos y acumularon deudas con la AFIP, la Anses y ARBA, en ocasiones por montos millonarios, que luego buscaron regularizar con moratorias y planes de pago”, según surge de la investigacíon periodística. Rocaraza “ingresó en 2005 en moratorias por Ingresos Brutos y el Impuesto a la Radicación de Vehículos”. Por eso la firma fue condenada judicialmente por evasión ante ARBA (la agencia recaudatoria bonaerense) por un monto aproximado de U$S 35.000.

Norberto Milei dejó ser CEO y accionista de las empresas de colectivos a mediados de 2007. Esas acciones pasaron a pertenecerle a ejecutivos del Grupo DOTA como Rafael Marino, Miguel Marino y Pascual Guarino. Hoy DOTA es una de las empresas que más concentran líneas de colectivos del AMBA. Según CLIP, a octubre de 2023 el capital del grupo ascendía a más de $ 2.104 millones.

El pasado miércoles 22 de mayo Milei hizo un pathetic show en en el Luna Park . Allí presentó su nuevo libro (su nuevo plagio), cantó y volvió a sentirse un (precario) rockstar. En primera fila estaban Norberto y Alicia, los mismos progenitores con los que no se habló durante muchos años producto de los maltratos recibidos durante su infancia y adolescencia.

El Presidente podría no haberlos nombrado. Sin embargo, en un momento de su discurso hizo alusión a la presencia de su padre. “¡Vos y tus negocios, ¿qué hacés?!”, dijo con su sonrisa rígida el gatito mimoso del poder económico. Y siguió hablando pestes del Estado, sus subsidios y sus impuestos. El mismo Estado que ayudó con sumas millonarias al crecimiento de su familia y a que él se dedicara a su carrera como “economista”. Lo que se dice un desagradecido.