Aunque desde el gobierno sigan afirmando que “el FMI no es como antes” buscando humanizarlo, basta con repasar las exigencias del rescate griego para comprobar a quienes afectará la reducción del déficit fiscal y la aplicación del plan de reformas anti obreras.
Miércoles 23 de mayo de 2018
“…Las autoridades (argentinas) recalcaron que los objetivos del programa incluirían el establecimiento de una trayectoria clara hacia un crecimiento fuerte, sostenido e inclusivo y la sólida creación de empleo; el restablecimiento de la confianza de los mercados a través de un programa macroeconómico claro que reduzca las necesidades de financiamiento y encauce la deuda pública por una firme trayectoria descendiente; y, fundamentalmente, la protección de los estratos sociales más vulnerables durante esta transición. Estos objetivos cuentan con nuestro pleno respaldo.”
Esas fueron las palabras de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, publicadas en un comunicado de prensa al finalizar la reunión directiva del organismo, donde se trató el pedido de un préstamo stand by “excepcional” por parte de Argentina.
Durante las últimas semanas la economía argentina atravesó momentos de fuerte corrida cambiaria, impulsados por los sectores especulativos, que profundizaron los efectos y límites de los desequilibrios fiscal y de cuenta corriente de la economía. El dólar llegó a los $ 25, devaluándose un 40 % desde diciembre de 2017, las tasas de interés (recesivas) treparon al 40 %, y en menos de dos meses se perdieron más u$s 10.000 millones de reservas, con proyecciones de inflación no menores al 30 %. En esas condiciones de crisis económica, el gobierno macrista decidió volver al Fondo.
Luego del Supermartes de la semana pasada, una relativa y transitoria calma llegó a los mercados y ahora se espera conocer los condicionamientos del FMI a cambio de crédito.
Mientras tanto, un repaso por la crisis de deuda griega y los chantajes a los que estuvo sometida para no caer en la bancarrota puede acercarnos al abanico de recetas y exigencias que podría poner como condición el organismo liderado por Lagarde.
Los programas de "rescate" griegos
La economía griega estuvo hundida en una profunda crisis económica, política y social. El pedido de asistencia financiara o “rescate” a la Troika (conformada por el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo), ya lleva 9 años de sacrificios para el pueblo griego.
El primer "rescate" fue en 2010 por un monto de 110.000 millones de euros, entregado en varios tramos que se fueron habilitando a medida que Grecia cumplía con las exigencias de la Troika para reducir el déficit fiscal. Este fue un Acuerdo Stand By (SBA), según las modalidades del FMI.
El segundo "rescate" económico fue en el año 2012 y la cifra acordada para evitar que el país quiebre fue de 130.000 millones de euros.
A mediados de 2015, bajo el gobierno de Alexis Tsipras (Syriza), luego de largas negociaciones para un tercer “rescate”, que incluyeron un referéndum donde el 60 % de los griegos votaron por rechazar las condiciones de austeridad de la Troika., se aprobó el “rescate” por un máximo de 86.000 millones de euros, que se irían entregando a cambio de la aplicación de más de 200 medidas de ajuste y reformas. Su finalización es en agosto de este año.
Podes leer: Grecia después del NO
Recetas del FMI para reducir el déficit fiscal: suba de impuestos y reformas anti obreras
Los más de 300.000 millones de euros desembolsados por los acreedores internacionales no fueron gratuitos, a cambio durante los 9 años que duraron los “rescates” la economía griega estuvo monitoreada, con misiones permanentes del FMI instaladas en Atenas. Los condicionamientos de la Troika para reducir los números del déficit fiscal fueron salvajes e incluyeron los siguientes recortes:
*Reforma laboral: eliminación de los de los convenios colectivos de trabajo, reducción del salario mínimo por debajo de los 600 dólares (según confirmaba el Ministerio de Trabajo en 2012).
*Reforma sanitaria que incluyó recorte del gasto en salud y despido de enfermeros y médicos.
*Reforma jubilatoria: reducción del peso de las pensiones en el gasto, reducción del número de pensiones por discapacidad, planes de subir la edad jubilatoria (de 60 a 65 años) combinado con jubilaciones adelantadas en la planta estatal.
* Implementación de un impuesto inmobiliario (sobre todo tipo de propiedad), aumento del IVA al 23% y el aumento del impuesto de sociedades en 2015 del 26 al 28%.
*Reducción de la planta estatal: de 2010 a 2014 se despidieron 350.000 estatales, pasando de 930.000 empleados a principios de 2010 a 570.000 en 2015.
*Se cerró en 2012 la radiotelevisión pública dejando a 3.000 trabajadores sin empleo, esta medida fue revertida en 2015.
*Bajo el gobierno de Syriza, se llegó a ofrecer al FMI medidas que incluyeron restringir el derecho de huelga, a cambio de nuevos préstamos.
*Reforma educativa, que incluye eliminación de materias en los planes de estudios, reducción del personal docente y disminución del financiamiento.
*Reducción del gasto militar
Privatizando hasta las islas…. sólo queda el agua!!
Las condiciones de ajuste y saqueo sobre Grecia incluyeron la privatización completa de los servicios y del patrimonio estatal. Para que la quiebra de los griegos sea un negocio rentable para empresarios buitres, la Troika diseñó una sociedad financiera para gestionar la venta del patrimonio estatal.
Así nacía en 2011 el fondo de privatizaciones denominado Hellenic Republic Asset Development Fund (HRADF), cuyo objetivo inicial era la recaudación de 50.000 millones de euros a partir de su venta o concesión. A finales de 2015, el importe total obtenido alcanzaba los 3.700 millones. Entre 2015 y 2017, en la negociación del tercer rescate se aceptó como meta recaudar 6.400 millones de euros en privatizaciones.
Los proyectos de privatización más relevantes contemplaron los puertos de Pireo y Salónica, la venta de los 14 aeropuertos regionales y el aeropuerto internacional de Atenas a una empresa alemana (Germany Fraport) y la concesión por 35 años de la autopista Egnatia. En las zonas costeras la privatización avanzó en las áreas de Marina donde se guardan embarcaciones y yates como las de: Pylos, Itea, Zakynthos, Alimos, Chios, y la Marina turística de Mykonos área de cruceros.
La ola privatista incluía la totalidad del sistema de energía que incluyó a Hellenic Gas Transmission System Operation (DESFA), Hellenic Petroleum (HELPE), Public Power Corporation (PPC) y la Public Gas Corporation (DEPA). Dentro de las telecomunicaciones se privatizó la empresa de telecomunicación Hellenic Telecommunications Organization SA (OTE) y la de correo Hellenic Post SA (ELTA).
También se privatizó la compañía de loterías pública OPAP.
Y si con esto no era suficiente, bajo el látigo de la Troika que exigía resultados en la reducción del gasto, intentaron privatizar el agua de Atenas, pero un fallo de la Corte Suprema griega declaró esta acción como inconstitucional en 2014.
Dentro de los monumentos el plan incluye la privatización del Castello Bibelli (en Corfu), y del área de Gournes Heraklion en la Isla de Creta.
¿” Rescatando” o hundiendo a los trabajadores griegos?
Contradictoriamente al resultado obtenido, se denomina “rescate” financiero al préstamo solicitado a un organismo de crédito internacional (representante del poderío imperialista), como en este caso fue el FMI, el BCE y la CE. Pueden ser múltiples las causas de la crisis económica que atraviesa un país dependiente, pero la historia de las últimas décadas ha mostrado que el endeudamiento externo -que se paga con un interés altísimo y condiciones de ajuste brutal- sólo empeoran las condiciones del pueblo trabajador de ese país.
Los ejemplos de crisis de deuda son muchos, pero fue muy usual la comparación entre Grecia 2015 con Argentina en 2001. En ambos casos se repiten mecanismos similares: se toma deuda para hacer frente a compromisos internos y pagos, y se pide más deuda para afrontar intereses de la deuda contraída previamente, de esa forma se retroalimenta una bola de endeudamiento externo e intereses -a veces acompañando con endeudamiento interno-imposible de pagar. Al mismo tiempo para la liberación de esos fondos (rescates, blindaje, mega canje, etc.) los organismos de crédito como el FMI, exigen el cumplimiento de condiciones draconianas, con el objetivo de “ajustar” el gasto y poner en “orden” las cuentas internas.
En el caso argentino el FMI puso fin a los “rescates”, Argentina entro en cesación de pagos, y tuvo que hacer frente a una de las mayores crisis sistémicas de su historia, saliendo del modelo de convertibilidad que implicó una devaluación del peso y un ataque directo al salario real. En el tercer rescate griego en 2015, la salida de la zona euro era una opción posible (Grexit) ante la imposibilidad de utilizar la política monetaria como herramienta. Luego de durísimas negociaciones, de un referéndum contra los planes de austeridad donde más del 60% voto por el NO al ajuste, y con los bancos cerrados por tres semanas por la falta extrema de liquidez, Syriza se sentó a negociar una mayor entrega a la Troika para conseguir un nuevo préstamo.
Te puede interesar: Grecia: una comparación con la crisis argentina del 2001
A modo de balance, en la actualidad la economía griega mostró un superávit fiscal de 0,8 % (PBI) en 2017, pero esta muy lejos de recuperar el 25 % del PBI perdido de 2010 a 2014. De acuerdo con los datos de la Comisión Europea recién en 2017 mostró un crecimiento de 1,4 % en su economía. Otro dato alarmante es la relación deuda pública/PBI que para 2017 fue de 178,6 %, siendo uno de los países con mayor deuda a nivel mundial. El déficit de cuenta corriente fue de 0,9 %.
La tasa de desempleo sigue siendo alta, en 2017 fue de 21,05 %. El desempleo afecta fuertemente a la juventud griega, para los menores de 25 años el paro llega a 45,4 %. Algunas encuestas mostraron que más de un 50% de los adultos considera que sus hijos vivirán peor que ellos.
Para el Banco de Gracia otro elemento que no mejora es la inversión que cayó más del 60 % y se ubica en un 10 % del PBI.
La tasa de pobreza ronda el 25 % de la población, claramente los beneficiados del “rescate” financiero, del continúo pago de la deuda y del ajuste macroeconómico no fueron los trabajadores griegos.
Que la historia no se repita, que la crisis la paguen los capitalistas
"La tolerancia social y el apoyo político tiene su límite y nos gustaría estar seguros de lograr el equilibrio justo entre ajuste fiscal y reformas", sostuvo un funcionario del FMI en febrero de 2012 cuando el ajuste en Grecia era brutal. Nada más alejado de la realidad, sobre el pueblo griego recayeron con dureza las exigencias del organismo.
En una de las peores postales de la crisis se encuentra una medida adoptada por el gobierno heleno en 2013, autorizando la venta en supermercados de productos caducados a un precio menor. La tasa de suicidios es otra medida de los efectos del ataque sobre el pueblo pobre y trabajador, aumentando un 37 % entre 2009 y 2011 según el Ministerio de Orden Público.
Pero es muy importante destacar la heroica resistencia del pueblo griego que una y otra vez salió a las calles a luchar con todas sus fuerzas contra los planes de austeridad, tomaron estaciones de radio y televisión, realizando más de 20 huelgas generales y cientos de manifestaciones. Esa experiencia llevó al poder a un partido que se proclamaba de izquierda, Syriza asumió en 2015.
El cambio discursivo con el gobierno saliente fue notable, pero con la responsabilidad de hacer pesar el NO a los planes de austeridad luego del referéndum, se poyó en su legitimidad para negociar una mayor entrega dentro del marco de condiciones draconianas de la Troika. El dirigente trotskista Emilio Albamonte sostuvo sobre el rol de Syriza: “Contra el voto ampliamente mayoritario de la población selló el acuerdo con la Troika. Negándose a atacar la propiedad capitalista, Syriza se convirtió en pocos meses en la administradora “de izquierda” de los planes de austeridad y de un plan privatizaciones sin precedentes.”
Te puede interesar: Syriza: el fin de la utopía reformista
No es posible pensar al FMI y sus intenciones sin tener en cuenta la experiencia griega. El endeudamiento externo muestra con mayor visibilidad las relaciones desiguales entre los países imperialistas y los países semicoloniales y dependientes, el pago de la deuda con más deuda no garantiza una salida para los problemas estructurales de esas economías. Tampoco generan mejores condiciones para los trabajadores, sino su contrario, por ese motivo para evitar el saqueo imperialista es necesario atacar los intereses capitalistas. El no pago de la deuda es una salida para que los costos de la crisis no recaigan sobre los trabajadores.
Podes leer:Seamos realistas, no paguemos la deuda
Guadalupe Bravo
Nacida en Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires en 1985. Es economista, recibida en la UBA. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2004. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.